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La clave de la información

Investigan violación a niña

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RIO COLORADO.- Nunca en su vida profesional como pediatra durante más de 30 años le había tocado atender un caso similar, ni siquiera parecido.

Cuando le llevaron para consulta a una niña de 1 año 3 meses, se topó con uno de esos casos de la vida real, que se presentan en un sector de la sociedad donde privan la ignorancia, la falta de valores y la pobreza de espíritu.

“Se me hizo la piel chinita y no pude contener la ganas de llorar”, recuerda José Luis Mendoza Merino, médico pediatra con residencia en San Luis Río Colorado.

La mañana del pasado 21 de agosto hasta su consultorio de la calle 7 llegó Aleida, una vieja conocida, madre de tres hijas –todas de diferente papá– para pedirle que por favor revisara a su nieta de 1 año 3 meses, de nombre Scarlett.

Le contó que su hoja Mariani, de 15 años, se había ido a vivir a la casa del novio, de 17, donde además vivían hacinados con sus papás y otros familiares, en una casa humilde de populosa colonia. Tenía dos semanas que había regresado al hogar materno porque se había peleado con su esposo adolescente.

Hasta entonces, cuando se le ocurrió cambiarle el pañal a la bebé se dio cuenta de que estaba “muy rosada”. Le preguntó a su hija y ésta le dijo que andaba así “porque habían ido a las albercas” y había cogido una infección.

Al revisarla, el pediatra de inmediato se percató que presentaba un caso avanzado de condiloma acuminado en el ano, enfermedad de transmisión sexual que es más frecuente en sexo-servidores, personas con una seria falta de higiene y que a menudo consumen drogas.

Tras hacerle una breve auscultación, concluyó que la niña había sido violada y de paso contagiada de una enfermedad de transmisión sexual, las llamadas ETS.

Aunque su obligación como médico era reportar el delito a las autoridades correspondientes, a la irresponsable abuela le advirtió que si no la llevaba al Hospital General, él mismo le hablaría a la policía.

Mendoza Merino reportó el caso al DIF Municipal, donde tuvo conocimiento la Subprocuraduría para la Defensa del Menor, así como al médico legista de la Procuraduría Estatal de apellido Guevara.

Se apoyó para reforzar su diagnóstico con el Colegio de Pediatras de San Luis Río Colorado donde coincidieron que se trataba de un condiloma contagiado producto de una violación.

“Un colega mío de Tijuana, que tiene mucha experiencia, indignado al igual que todos mis compañeros me dijo `si no lo denuncias te conviertes en cómplice´”, menciona.

Luego se enteró que la niña había sido entregada a la abuela, pero que aún no se había dado con el responsable ni se le había castigado por la atrocidad cometida.

“Yo les dije que si no tomaban cartas en el asunto y castigaban al responsable yo iba a hacer este asunto mediático porque quiero que se haga justicia, no puede andar por ahí un violador suelto”, dice.

“Chevo” Mendoza, titular de los Servicios Médicos Municipales de 2006 a 2009, considera que los abusos fueron cometidos de manera reiterada. “Esta persona es un monstruo para mí; lo que hizo me indigna como ser humano, como padre de familia y como médico y por eso quiero que se castigue a quien resulte responsable”.

Por tratarse de un tema tan delicado, identidades y domicilios de los involucrados se mantienen bajo reserva sobre todo “para evitar un linchamiento social, ya ves cómo están las redes sociales, y hasta físico, gente que quiera ir a hacer justicia por cuenta propia como quemarles la casa, o que paguen inocentes…”.

Sociedad en decadencia

El caso de presunta violación a la niña de año y medio está siendo investigado por la Subprocuraduría para la Defensa del Menor  en coadyuvancia con el Ministerio Público encargado de atención a delitos sexuales cuyo titular es Mauricio Espadas.

La subprocuradora Dolores Josefina Torres López afirma que al caso se le está dando seguimiento para, en caso de que se compruebe el delito de violación, castigar con todo el peso de la ley a quien resulte responsable.

De ninguna manera se le ha dado “carpetazo”, pero tampoco tenemos la obligación de darle información a una persona externa que no sea familiar o que esté relacionado con el expediente, señala.

Entrevistada en sus oficinas del DIF Municipal, donde labora desde septiembre pasado que entró la nueva administración, Torres López se limitó a decir que la menor está a salvo, pero se rehusó a revelar si se encuentra con la familia o bajo resguardo de la dependencia que encabeza.

“Es un tema muy delicado y no puedo dar información para no afectar el debido proceso que debe guardar la investigación, para nosotros siempre será prioridad el bien supremo del menor”, resalta.

“Aquí todos los asuntos son importantes y se les da la debida atención. Desafortunadamente la sociedad está en decadencia y en algunos casos presenta patologías que están fuera de nuestro alcance”, resume. @

 

 

 

 

 

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