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Chuy Corona en San Luis: Cruz Azul será campeón

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De vacaciones, luego que terminó el torneo y que el Tata Martino no lo convocó para la Copa Oro ni para la Copa América, el portero de Cruz Azul, Jesús Corona, hizo una parada técnica en San Luis Río Colorado, donde convivió durante largo rato con amigos locales y se tomó fotos con todos los que se lo pedían.

Humberto Melgoza Vega

Con la promesa de hacer campeón al equipo en el próximo torneo de apertura 2019, el portero del Club Deportivo Cruz Azul de la Primera División del Futbol Mexicano, Jesús Corona, se despidió de San Luis Río Colorado para continuar con sus vacaciones por la zona costa de Baja California.

El pasado martes, el guardameta mundialista y seleccionado nacional estuvo de visita por esta frontera, donde tiene buenos amigos, y por la noche se reunieron en la Refinería Brewery para cenar algo rico y tomarse unas cervezas.

Este reportero, fan de toda la vida del Cruz Azul, recibió la invitación para participar en la tertulia sin saber que el invitado especial era nada menos que el porterazo de la Máquina celeste.

Luego de la agradable sorpresa, nos enfrascamos en amena plática, le pregunté de todo y siempre contestó de muy buena manera, sencillo, amable, directo.

De vez en vez, comensales que lo reconocían se acercaban a la mesa para pedirle una selfie a lo que con gusto accedía, se tomó fotos con quien quiso y hasta la crew del restaurante le pidió la foto de grupo para el recuerdo.

En persona es más amable de lo que parece cuando transmiten en la televisión los partidos de la Máquina, donde el capitán del equipo les habla fuerte a los jugadores y al árbitro y en más de una ocasión ha llegado hasta a los golpes, cuando la pasión futbolera se desborda.

Con una sonrisa menciona que ha trabajado en esa parte de su temperamento, famoso en el mundillo deportivo, el cual ha ido domando a base de auto-control, deportivismo y “dalay”.

Luego de que termina el partido y de coserse a patadas, como en la caricatura del Coyote, se dan la mano y conservan su amistad fuera de la cancha, como la que tiene Corona con muchos jugadores entre ellos  Guillermo Ochoa, a pesar de ser antagonistas cuando Memo jugaba en el América y hasta por la titularidad en la Selección.

“¿Quién es el mejor jugador del mundo, Messi o Cristiano Ronaldo?”, le preguntó el Flicho Valencia, también aficionado del Cruz Azul, haciéndola de reportero.

“Cristiano Ronaldo”, contestó el portero quien debutó en el Atlas de Guadalajara, fan declarado del Real Madrid y emblema de la Máquina cementera, encargado de cubrir el marco desde hace diez años.

A sus 38 años, Chuy se encuentra en la plena madurez futbolística y aunque todavía no piensa en el retiro, dice que le gustaría hacerlo en Cruz Azul, no sin ante haber salido campeones, de lo cual aseguró está a punto de darse bajo la conducción de la dupla Ricardo Peláez-Pedro Caixinha.

 Corona está más que consciente de la apremiante necesidad de levantar la copa del torneo, algo que no sucede desde el lejano 1997 cuando la Máquina se coronó ante el León

Reconoce que la afición de Cruz Azul sin duda es la mejor de México, al menos la más fiel, sufrida y bulleada por tantos subcampeonatos, cuando se han quedado a un pasito de la gloria por alguna extraña maldición.

A estas alturas del partido, los fanáticos cementeros ya no sabemos cuál ha sido peor, si la dramática final de 2013, cuando el portero de las Águilas, Moisés Muñoz se sumó al ataque y en el último minuto remató de cabeza una pelota que fue desviada por un defensa cruzazulino para empatar el global y después ganar en penaltis;  o la amarga final de diciembre de 2018, en la que Cruz Azul jugó a nada y su archirrival les ganó tranquilamente 2 a 0.

Corona sabe que la única manera de desterrar del vocabulario la desagradable frase “cruzazulearla”, sinónimo de ca…jetearla, es siendo campeones y sacudirse la nefasta “paternidad” que presumen los americanistas tapando bocas a punta de golazos.

Cuando menos, admite, en el último partido de la liguilla demostraron que sí le pueden dar un baile al América, al que le ganaron luego de una década, aunque terminaron eliminados por el marcador global. Eso mejoró la mentalidad del grupo.

Chuy comenta que Milton Caragglio se queda, al igual que Edgar Méndez, el que parece que ya no entra en los planes del técnico es Martín Cauteruccio, además que vienen refuerzos para la defensa, medio creativo y un centro delantero matón.

Acompañado de su esposa Melissa Rivas, el guardameta tapatío departió al parejo, tomando cerveza de la que hace honor a su apellido, de manera relajada porque al día siguiente el arquitecto Calderón y Lupita los llevarían de paseo a la zona costa de Baja California, a comer langosta en Puerto Nuevo y recorrer la internacionalmente famosa Ruta del Vino en el valle de Guadalupe.

Cuando se retire, a Jesús Corona le gustaría seguir en la institución en algún puesto directivo aunque tampoco descarta la posibilidad de prepararse como entrenador.

Al despedirse, tras la última sesión de fotos, hasta videos para sus fans, como Brisa Montes, de Mexicali, Chuy Corona hizo el compromiso de alcanzar la anhelada novena, de ser preciso en el siguiente torneo, porque se lo merece el equipo pero es una urgente necesidad para la afición.

Hasta entonces, admite, ya podrá descansar en paz don Nacho Tréllez, quien hizo historia en la Máquina de los setenta y que a sus 102 años todavía va a los entrenamientos del equipo de sus amores, aunque se queda dormido en la silla de ruedas. @

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