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SIN GRANDES AVANCES, A UN AÑO DE LA TRAGEDIA EN EL BEERHOUSE

Sin grandes avances en la investigación, y en espera de que el responsable sea sentenciado, a un año del trágico acontecimiento recordamos a las 13 víctimas fatales, los que murieron en el lugar asfixiados por el humo, y quienes perdieron la batalla posteriormente en hospitales de Mexicali y Estados Unidos.

Carina Arguilez y Manuel Cuen

SAN LUIS RÍO COLORADO, 22 de julio de 2024.- A lo largo de la historia, nuestra comunidad ha sobrevivido a diversas tragedias que provocaron daños materiales y cobraron la vida de personas inocentes.

Con el paso de los años, tales sucesos se han almacenado en la memoria colectiva de distintas formas, para hacer llegar a las generaciones futuras, el mensaje de que no importa cuál sea la tragedia, si todos trabajamos juntos podemos salir adelante.

El terremoto del Domingo de Pascua del 2010 y la Pandemia del Coronavirus en 2020, son un ejemplo de lo anterior. Pero fue el incendio provocado en el bar Beerhouse hasta ahora la mayor tragedia en los anales de la historia de San Luis Río Colorado.

La mayor tragedia en la historia de San Luis.

La madrugada del sábado 22 de julio de hace un año, amanecimos con la noticia de una tragedia que cobró la vida de 13 personas, quienes disfrutaban tranquilamente de una tocada de rock, en un centro nocturno de la ciudad.

Entre las víctimas, los propios músicos, integrantes del grupo Mitosis, empleados y parroquianos que escogieron esa noche para disfrutar de lo que les gusta.

Las primeras noticias hablaban de que un sujeto, molesto porque los guardias lo sacaron del lugar, regresó con un recipiente de combustible y le encendió fuego a la entrada del lugar, en el que se estima que había entre 50 y 80 personas.

El responsable, identificado como José Luis N, de 28 años, no solamente fue detenido al día siguiente, sino que en el momento de su presentación ya se encontraba en la ciudad el Fiscal del Estado para dar una conferencia de prensa y puntualizar la información con que se contaba en el momento.

Trago amargo

La noticia del acontecimiento corrió como reguero de pólvora la misma madrugada, como efecto de las redes sociales. Para el día siguiente la noticia ya estaba en los diarios y noticieros nacionales e internacionales.

Algún medio local lo publicó de la siguiente manera: “Como si no bastara la ola de violencia que azota a la ciudad, ahora esto”.

Con el paso de los días, pudimos enterarnos que una de las salidas de emergencia del lugar incendiado estaba bloqueada por cartones de cerveza y que también tenía puntos de soldadura.

Para colmo, es la puerta de salida había cables que echaban chispas y chicoteaban. Aun así, muchos de los asistentes pudieron salir. Otros, no corrieron con la misma suerte.

Igualmente, se supo que el lugar no había sido supervisado por Protección Civil. Ni el estado, ni el municipio cumplieron con las verificaciones de ley, necesarias para la protección de los asistentes. Los propietarios igualmente fueron omisos.

De ser otra la circunstancia, no estaríamos lamentando lo sucedido.

Por eso es importante hacer que se cumplan los ordenamientos de ley, que no están de adorno.

Raja política

A fin de cuentas el que pagó todas las culpas, es quien provocó el incendio. Fue juzgado en otra parte para evitar linchamiento. Nadie más ha pisado prisión por el asunto.

Los diputados de Movimiento Ciudadano, promovieron en aquel tiempo, juicio político contra el alcalde, pero no contaban con representación suficiente para hacerla prosperar. Se quedaron con las ganas.

Monumento a la negligencia. Foto: Humberto Melgoza

Independientemente de todo, lo que sí es cierto, es que esta tragedia dejó al descubierto una serie de actos de negligencia por parte de las autoridades responsables.

Si los ordenamientos que establece la ley se hubieron cumplido no estaríamos lamentando los acontecimientos.

Un año después, el suceso ha quedado almacenado en la memoria colectiva de los sanluisinos, como una mancha de lo que no debe suceder nunca más.

No se ocupan más leyes y reglamentos para evitarlo. Lo único que se ocupa es la aplicación irrestricta de la le ley y de los reglamentos.

Si todos procuramos que se cumplan, podremos salir adelante, evitando tragedias como ésta.

Sin grandes avances en la investigación, y en espera de que el responsable sea sentenciado, a un año del trágico acontecimiento recordamos a las 13 víctimas fatales, los que murieron en el lugar asfixiados por el humo, y quienes perdieron la batalla posteriormente en hospitales de Mexicali y Estados Unidos:

Miguel Ángel Contreras Arreola, vendedor de flores; los músicos de Mitosis Adrián Becerra, Ricardo Martínez, Aarón Hernández y Antonio Cisneros; Julissa Cuen y su hijo Emiliano; Betzy Burgos y su novio Benjamín Pedraza.

Además Lizbeth Denisse Nava, Águeda Escobedo, Evelyn García y Lizeth Reyes. @

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