LAS 10 NOTICIAS QUE MARCARON EL RUMBO DEL NARCO EN MÉXICO EN 2024
Este es un recuento de las principales noticias que reconfiguraron el mapa del narcotráfico en México, definieron alianzas antes improbables y explican los motivos de la violencia desbordada en Sinaloa, que se extiende a Sonora, Baja California, Tamaulipas…
Mica Treviño / Especial
En 2024, el panorama de los cárteles mexicanos experimentó cambios sísmicos con detenciones de alto nivel y una escalada de los conflictos internos. Hombres armados mataron a El Cheyo Ántrax en Culiacán, Sinaloa, mientras que Joaquín Guzmán López se entregó y ayudó a orquestar el secuestro del Mayo Zambada para obtener clemencia. Sus acciones también sugirieron posibles ventajas para su hermano, Ovidio Guzmán López, El Ratón, extraditado a EEUU en 2023.
Mientras tanto, la Guerra Civil de Sinaloa se intensificó, con Los Chapitos enfrentándose violentamente contra la facción de Zambada liderada por Mayito Flaco. A lo largo del año, regiones enteras se desestabilizaron a medida que la violencia escalaba hasta convertirse en uno de los conflictos internos más sangrientos de la historia de los cárteles.
El nuevo presidente de México y el presidente electo de Estados Unidos prometieron una renovada ofensiva contra el crimen organizado, centrada en el tráfico de fentanilo. Sin embargo, la corrupción sistémica y la capacidad de adaptación de los cárteles ponen en duda el impacto de estos esfuerzos.
Rubén Oseguera González, alias «El Menchito», fue condenado en Washington, D.C., lo que supuso un duro revés para el CJNG. Mientras tanto, Dámaso López Serrano, conocido como «El Mini Lic», reapareció con una nueva detención por cargos de fentanilo, lo que subraya el implacable control de los opiáceos sintéticos en el comercio. Estos acontecimientos pusieron de manifiesto no sólo la fragilidad de las alianzas de los cárteles, sino también su implacable evolución en respuesta a las presiones externas.
Para los cárteles mexicanos, 2024 fue un año de agitación, en el que sobrevivir significó redefinir el poder en un panorama cada vez más volátil.
Para esta revisión de fin de año, he clasificado los 10 principales eventos relacionados con los cárteles de 2024 en orden de importancia. No se trata sólo de una cronología; es un desglose de los momentos que fracturaron alianzas, intensificaron la violencia y expusieron hasta dónde llegarían los cárteles para aferrarse al poder. Cada acontecimiento fue elegido por su efecto dominó, ya sea porque desestabilizó el liderazgo, cambió el territorio o forzó a los cárteles a alianzas desesperadas. No se trata de incidentes aislados, sino que forman parte de una historia más amplia sobre la evolución del crimen organizado en México bajo presión, dejando un sangriento rastro de consecuencias que marcarán el año 2025 y más allá.
10. El nuevo presidente electo de EEUU
Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 trajeron un nuevo líder cuya campaña dio prioridad a la lucha contra la epidemia de fentanilo. Ante el aumento de las muertes por sobredosis, el presidente electo prometió medidas más duras contra el tráfico y una mayor cooperación transfronteriza con México para combatir los laboratorios de producción y las rutas de contrabando.
Aunque las promesas eran audaces, los detalles siguen sin estar claros. La aplicación efectiva de las políticas requerirá equilibrar la aplicación de la ley con la diplomacia y abordar los retos internos de la salud pública.
Estados Unidos es el principal mercado de los cárteles mexicanos, por lo que cualquier cambio en la política antidroga estadounidense puede perturbar las operaciones de los cárteles. Sin embargo, si no se lleva a cabo una reforma sistémica, se corre el riesgo de que la producción pase a la clandestinidad o de que aumente la violencia en México.
Este acontecimiento ocupa el último lugar porque su impacto potencial aún no se ha materializado. Los planes de la administración aún están formándose, por lo que su influencia en el panorama de los cárteles es en gran medida especulativa.
9. La nueva presidenta de México
En julio de 2024, Claudia Sheinbaum asumió el cargo como la nueva presidenta de México con la promesa de hacer frente a la corrupción, desmantelar los cárteles y restablecer la seguridad. La retórica inicial sugería un cambio de las políticas de «abrazos, no balazos», pero los problemas sistémicos –incluida la corrupción arraigada, la escasez de recursos y la debilidad de las instituciones– siguieron paralizando los esfuerzos de las fuerzas de seguridad.
Los críticos sostienen que, a pesar de sus firmes promesas, la presidenta ha tenido dificultades para obtener resultados significativos. Cárteles como el CJNG y Los Chapitos siguen atrincherados, y la violencia no cesa en regiones clave como Tamaulipas y Sinaloa.
El liderazgo de México desempeña un papel fundamental en la configuración de la dinámica de los cárteles. Sin una reforma significativa, la inacción de la presidenta podría envalentonar a los cárteles y perpetuar el ciclo de violencia e impunidad.
A pesar de su potencial impacto a largo plazo, las políticas de la nueva administración aún no han producido resultados mensurables, lo que la mantiene en la parte baja de la lista.
8. El Crimen del Cheyo Ántrax
El 8 de enero de 2024, El Cheyo Ántrax, lugarteniente de la facción de Zambada, fue ejecutado en Culiacán, Sinaloa. Operador de confianza y sobrino de El Mayo Zambada, El Cheyo era una figura clave en el ala de ejecución del cártel. Sin embargo, su muerte no fue obra de un rival, sino un castigo interno ordenado por el propio Mayo, acusado de robar y de traicionar a la facción de Zambada. Su asesinato envió un mensaje escalofriante sobre la lealtad y la disciplina dentro del cártel, incluso entre sus agentes de mayor confianza. Alimentó la desconfianza y preparó el terreno para nuevas fracturas que desembocaron en la Guerra Civil de Sinaloa.
7. La deportación de El Nini
El 22 de noviembre de 2023, El Nini, jefe de seguridad de Los Chapitos, fue detenido en Culiacán, Sinaloa. Conocido por sus brutales tácticas y su papel en la supervisión de las rutas de tráfico de fentanilo de Los Chapitos, su deportación a Estados Unidos en mayo de 2024 supuso un importante trastorno para sus capacidades de aplicación de la ley.
La ausencia de El Nini dejó a Los Chapitos vulnerables durante el punto álgido de su conflicto con la facción Zambada, obligándoles a adaptar sus estrategias en la Guerra Civil de Sinaloa.
Como ejecutor y estratega clave, la eliminación de El Nini debilitó la capacidad de Los Chapitos para defender sus operaciones, especialmente contra facciones rivales como el grupo Zambada.
Aunque impactante, el arresto de El Nini afectó principalmente a la estructura de seguridad de Los Chapitos, con una influencia menos inmediata en el panorama más amplio de los cárteles.
6. El arresto de Joaquín Guzmán
El 25 de julio de 2024, Joaquín Guzmán López, también conocido como «El Moreno» o «El Güero», fue detenido en El Paso, Texas. Como líder clave de Los Chapitos, Guzmán López dirigía operaciones críticas de blanqueo de dinero y tráfico de fentanilo que sostenían el poder de la facción. Su captura supone un duro golpe para Los Chapitos, ya que desbarata su estructura financiera y debilita su capacidad para financiar su guerra contra la facción Zambada.
La falta de su presencia golpea el corazón de la red logística de Los Chapitos, debilitando su capacidad para financiar su guerra en curso con la facción Zambada. La captura de Joaquín perturbó la estabilidad financiera y operativa de la facción, complicando aún más sus esfuerzos en la Guerra Civil de Sinaloa.
5. La reaprehensión de El Mini Lic
En diciembre de 2024, Dámaso López Serrano, conocido como El Mini Lic, fue reaprehendido en Virginia en libertad condicional por tráfico de fentanilo. Antiguo aliado de confianza del Cártel de Sinaloa, El Mini Lic traicionó a los Chapitos al cooperar con las autoridades estadounidenses. A pesar de ello, se reincorporó a la política de los cárteles en 2024, alineándose con la facción de Mayito Flaco en la Guerra Civil de Sinaloa.
Su nueva detención puso de manifiesto su continua implicación en el tráfico mundial de fentanilo y puso de relieve las dificultades de las fuerzas de seguridad para vigilar a antiguos informantes. Su regreso a la política de cárteles, alineándose con la facción de Mayito Flaco en la Guerra Civil de Sinaloa, desestabilizó aún más a Los Chapitos y expuso fracturas dentro del cártel de Sinaloa.
Su implicación en el tráfico de fentanilo pone de manifiesto la persistente influencia de antiguos miembros del cártel, lo que complica los esfuerzos de Estados Unidos y México para hacer cumplir la ley. Las acciones de El Mini Lic modificaron la estructura de poder dentro del cártel, intensificando el conflicto y poniendo de relieve las dificultades de desmantelar el crimen organizado cuando figuras influyentes siguen operando a pesar de su cooperación con las autoridades
4. La condena de El Menchito
En septiembre de 2024, Rubén Oseguera González, alias El Menchito, fue sentenciado en Washington, D.C., a un mínimo de 40 años por tráfico de drogas. Como hijo y heredero de El Mencho, líder del CJNG, su condena supuso un duro golpe para la estructura de liderazgo de la organización.
Aunque el CJNG sigue siendo poderoso, la pérdida de su heredero aparente plantea dudas sobre su estabilidad a largo plazo.
3.- La alianza entre Los Chapitos y el CJNG
A mediados de 2024, Los Chapitos y el CJNG –antes acérrimos rivales– formaron inesperadamente una alianza temporal para contrarrestar las amenazas mutuas, en particular la facción de Zambada. Esta sorprendente colaboración podría permitir a ambos grupos reforzar su control sobre territorios estratégicos, como Baja California, Zacatecas, Durango y Sonora.
Aunque la alianza reforzó sus perspectivas inmediatas, puso de relieve las estrategias cambiantes de ambas facciones a medida que se adaptaban a la creciente presión de las fuerzas de seguridad y a la escalada de los conflictos internos.
2.- La Guerra Civil de Sinaloa
En 2024, la frágil unidad del Cártel de Sinaloa se había derrumbado por completo cuando Los Chapitos, los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, se enfrentaron a la facción Zambada, liderada por Mayito Flaco, el hijo de Ismael «El Mayo» Zambada.
El conflicto estalló tras el secuestro de El Mayo, lo que llevó a Mayito Flaco a tomar el control y lanzar una brutal ofensiva contra Los Chapitos, a quienes considera responsables del secuestro. La violencia resultante se convirtió en una feroz batalla por el dominio, el control de las rutas de tráfico y las operaciones clave de fentanilo.
La guerra no se detuvo en Sinaloa. La violencia se extendió a Baja California, Sonora y Chihuahua, y ambas facciones no sólo persiguieron a sus rivales, sino también a sus familias. Ciudades enteras se convirtieron en campos de batalla y las masacres y los secuestros pasaron a ser una realidad cotidiana. El caos también abrió oportunidades para que cárteles rivales como el CJNG ampliaran su alcance a territorios dominados durante mucho tiempo por Sinaloa.
Este conflicto reconfiguró la dinámica de poder del Cártel de Sinaloa, fracturando una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. La violencia interrumpió la producción de fentanilo y las rutas de tráfico, desestabilizando las operaciones y creando oportunidades para la entrada de rivales. Para las fuerzas de seguridad, la guerra civil ofreció tanto oportunidades como desafíos: debilitó la cohesión de los cárteles, pero también complicó los esfuerzos para rastrear y desmantelar sus operaciones.
La Guerra Civil de Sinaloa ocupa el segundo lugar porque fue el conflicto que definió el año 2024. Su escalada de violencia, su impacto en las operaciones de fentanilo y sus consecuencias a largo plazo para el dominio del cártel lo convierten en uno de los acontecimientos más importantes del año. Sin embargo, queda eclipsado por el acontecimiento que lo puso todo en marcha: la detención de El Mayo Zambada.
1. Secuestro y detención de El Mayo Zambada
El 14 de julio de 2024 ocurrió lo impensable: Ismael «El Mayo» Zambada, el escurridizo líder del Cártel de Sinaloa, fue secuestrado y entregado a las autoridades estadounidenses como un calculado «regalo» de Los Chapitos. Su captura no fue un accidente: fue meticulosamente planeada por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán, con la ayuda de su hermano Joaquín Guzmán López y del FBI.
Durante décadas, El Mayo había eludido a las fuerzas del orden basándose en una lealtad inquebrantable, una estrategia de perfil bajo y un dominio inigualable de la política de los cárteles. Este movimiento no sólo eliminó a un rival clave, sino que también demostró la voluntad de Los Chapitos de colaborar con las autoridades para consolidar su poder.
El Mayo era algo más que un líder: era el pegamento que mantenía unido al Cártel de Sinaloa. Como uno de los últimos grandes narcos de la «vieja escuela», su liderazgo encarnaba la astucia y un enfoque calculado para mantener la estabilidad dentro del cártel. A lo largo de una carrera sin precedentes de 50 años, se las arregló para no pisar nunca una celda, hasta ahora. Su destitución no sólo sumió a la facción de Zambada en el caos, sino que también provocó ondas más allá de las filas del cártel.
Grupos rivales, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), aprovecharon la agitación para introducirse en los territorios desestabilizados por las luchas internas.
Al mismo tiempo, los rumores sobre lo que El Mayo podría revelar a las autoridades hicieron que los agentes se apresuraran a asegurar sus operaciones, intensificando el clima de paranoia e incertidumbre.
En 2024, la frágil unidad del Cártel de Sinaloa se había derrumbado por completo cuando Los Chapitos, los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, se enfrentaron a la facción de los Zambada, liderada por Mayito Flaco, hijo de Ismael «El Mayo» Zambada. El conflicto estalló tras el secuestro de El Mayo, lo que llevó a Mayito Flaco a tomar el control y lanzar una brutal ofensiva contra Los Chapitos, a quienes consideraba responsables del secuestro. La violencia resultante se convirtió en una feroz batalla por el dominio, el control de las rutas de tráfico y las operaciones clave de fentanilo.
La guerra no se detuvo en Sinaloa. La violencia se extendió a Baja California, Sonora y Chihuahua, y ambas facciones no sólo persiguieron a sus rivales, sino también a sus familias. Ciudades enteras se convirtieron en campos de batalla, y las masacres y los secuestros pasaron a ser una realidad cotidiana. El caos también abrió oportunidades para que cárteles rivales como el CJNG ampliaran su alcance a territorios dominados durante mucho tiempo por Sinaloa. @