Entre “selfies”, porras, tortas y simulación, Anaya pide unidad al panismo
Alvaro Delgado
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Ante unos 3 mil asambleístas reunidos en la capital del país, casi todos traídos en autobuses y sometidos a una dieta de torta, refresco y papas, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, se exhibió, este domingo, como un hábil practicante de la simulación.
“Me comprometo a trabajar de tiempo completo, todos los días, con todas mis fuerzas, sin distracción alguna, para sacar adelante estas elecciones”, ofreció el aún no confeso aspirante presidencial para pedir la unidad del panismo, una condición clave –dijo– para lograr las victorias en los estados de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz.
En su vehemencia por llamar a la unidad de los panistas –divididos en tres bloques que disputan la candidatura presidencial–, Anaya hasta citó al prócer recién muerto Luis H. Álvarez: “Que la tarea esté por encima de la discusión y que la misión esté por encima del espíritu sectario”.
Pero la práctica se impuso a la prédica: Antes de iniciarse formalmente la XXIII Asamblea Nacional Ordinaria del PAN, con un quórum de 2 mil 891 delegados, Anaya se placeó, durante casi una hora y media, en la Expo Santa Fe, saludando y tomándose selfies con la militancia.
Y tras la clausura de la Asamblea Nacional, que formalizó su poder en más de las dos terceras parte de los integrantes del Consejo Nacional –el máximo órgano de dirección de ese partido–, Anaya volvió a envolverse con prosélitos que le gritaron algo que, salvo en Baja California, no había ocurrido antes, desatado ya el futurismo: “¡Anaya presidente, Anaya presidente, Anaya presidente!”
La delegación panista de Sonora.
Exultante, sonriente, sudoroso en medio de la muchedumbre, Anaya armó todo para llegar con única figura de la Asamblea Nacional que terminó en apenas una hora, tiempo en el que se cantó el Himno Nacional, se tomó protesta a los nuevos 300 consejeros nacionales y él dio el único discurso del día.
Con las delegaciones de Sonora, Michoacán, Ciudad de México y del comité juvenil apoderadas de las primeras filas, provistos la mayoría de banderas blancas del PAN, Anaya y su equipo articularon un plan para ganar el “aplausómetro”, que efectivamente funcionó.
Anaya, en efecto, fue ovacionado cuando reivindicó al PAN como un partido “nacionalista” y criticó la debilidad del gobierno federal –nunca se refiere al presidente Enrique peña Nieto– ante las amenazas contra los mexicanos de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, donde precisamente viven su esposa y sus tres hijos, que estudian inglés.
La simulación de Anaya la puntualizó Margarita Zavala, ella sí confesa aspirante a la candidatura presidencial del PAN –o independiente, como amenazó Felipe Calderón, su marido–, al destacar que los hechos no se corresponden con las palabras.
“Dijo que se iba a concentrar en el 17, y no parece así. Está concentrado en sí mismo”, acusó Zavala, quien, al igual que Anaya, desfiló durante casi hora y media entre los militantes panistas para tomarse fotos.
–¿Ve aquí un acto anticipado de campaña de Anaya?
–Este es un acto del PAN y de los consejeros. Si en realidad se pusieron de acuerdo para que hubiera grupitos adelante, etcétera, lamento que en eso hayan dedicado su tiempo.
–¿Es tiempo de que Anaya se vaya?
–Lo que no se vale es ser juez y parte.
Pero la propia Margarita Zavala tampoco es ajena a la simulación instalada en el PAN: Critica, por ejemplo, que a los funcionarios del gobierno de Peña se les pague la gasolina para sus automóviles “y hasta el café”, pero ella usa vehículos y personal del Estado Mayor Presidencial (EMP), cuyos gastos se pagan con los impuestos de los mexicanos.
No fue el mejor día de Zavala: Aunque fue recibida con aplausos por un sector de los delegados de la Asamblea Nacional, fue evidente su condición de minoría: Sus afines lograron, si acaso, 41 de los 300 consejeros nacionales, los mismos que la tarde de ayer se reunieron en un salón del World Trade Center para planear el futuro.
Anaya obtuvo las dos terceras partes de los consejeros, 210, y el resto, 51, son del expriista Rafael Moreno Valle, quien en unos días dejará de ser gobernador de Puebla para buscar la candidatura presidencial del PAN y quien, extrañamente, no asistió siendo consejero nacional.
La delegación del PAN de Puebla, constituida íntegramente por afines a Moreno Valle, la encabezó la esposa del gobernador, Martha Erika Alonso, consejera nacional también, quien es secretaria general de ese partido en la entidad y perfilada para ser candidata a gobernadora en 2018.
–¿Y Moreno Valle? –le pregunté.
–Inaugurando obras.
Moreno Valle, en efecto, inauguró este domingo, en Puebla capital, “Arboterra”, un centro de entretenimiento familiar y educativo, negocio de los dueños de Africam Safari, y también inauguró la remodelación de la escuela primaria José María Morelos y Pavón, en Chigmecatitlán, en la Mixteca poblana.
No estuvo físicamente, pero Moreno Valle se dejó sentir también con sus porras, uniformadas con chaleco azul y estampados con el emblema del PAN y de Puebla: “¡Rafa presidente, Rafa presidente, Rafa Presidente!”
La más enjundiosa de las porristas era una mujer, ya mayor, que forma parte del comité estatal, Martha del Sagrado Corazón Fernández de Castro y Diez, quien no dejaba de fumar cigarrillos en la Expo Santa Fe, lugar cerrado.
–¿Sabe que está prohibido fumar aquí?
–Sí –respondió sorprendida.
–¿Y por qué lo hace?
–Porque soy muy desobediente –retó.
Y sí: Fue declarada legalmente muerta, en 1995, como parte de un juicio de fraude en que ella estaba implicada y “resucitó”, en 2015, para integrar la planilla que Moreno Valle impuso en el comité estatal del PAN, que de facto encabeza su esposa, Martha Erika Alonso.
Josefina, al Edomex
El que también se placeó entre los asistentes fue Felipe Calderón, esposo de Margarita Zavala, quien mostró un talante avinagrado con varios de los jerarcas del PAN, inocultable en el caso de Santiago Creel, Anaya y Josefina Vázquez Mota.
Justamente la presencia de Vázquez Mota en el presídium cobró relevancia, no porque sea integrante del CEN del PAN, sino porque se ha reactivado la idea de Anaya de que sea candidata a la gubernatura del Estado de México, donde prácticamente está muerta la alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y cuyo plazo para registrarla vence este lunes a la medianoche.
El propio Anaya advirtió que está latente la candidatura de Vázquez Mota, cuya fundación Juntos Podemos recibió mil 54 millones de pesos del gobierno de Peña Nieto.
“Ella está posicionada de manera muy fuerte en las encuestas, Josefina encabeza la mayoría de los sondeos que se han hecho. Sí mantenemos diálogo con ella, no ha tomado todavía una decisión definitiva, está abierta esa posibilidad”.