En la frontera del coronavirus
El Eslabón Perdido
Humberto Melgoza Vega
Esfuerzos extraordinarios son los que ha venido haciendo el gobierno de Sonora, y el de Baja California, y los municipios de San Luis Río Colorado, Hermosillo, Mexicali y Tijuana y nuestros vecinos allende la frontera por contener la expansión del temible coronavirus, que continúa avanzando, arrasando a todo el que se descuida a su paso.
El cierre parcial de las fronteras era una medida desesperada que se había venido proponiendo con anticipación, pero solo llegó a tímidos intentos de cada lado del enorme muro metálico que separa a ambas naciones.
Conflicto binacional seguro, ninguno de los dos países podía tomar esa decisión de manera unilateral, por el intenso intercambio comercial, de trabajo y de añeja vecindad que existe entre Mexicali y Caléxico y el Valle Imperial, así como de San Luis Río Colorado, San Luis, Arizona y el Condado de Yuma, que en conjunto forman una región estratégicamente poderosa e influyente.
Con el repunte de los casos del lado americano, ahora fueron los gobernantes locales de México los que se están poniendo estrictos para que los residentes de California y Arizona no crucen la frontera hacia territorio nacional a solo que tengan negocio comprobable porque de otra manera no serán bienvenidos.
Las playas del Golfo de Santa Clara y San Felipe estarán cerradas, con retenes y filtros sanitarios a las salidas y entradas de las ciudades hermanas, San Luis y Mexicali, además de que restringirán el transporte de cerveza a máximo un 12 por persona, situación que ha despertado gran inconformidad y expresiones de que no están facultados por ley para hacer esos decomisos,por parte de algunos abogados.
Las quejas no se han hecho esperar porque en días y semanas anteriores algunos conocidos tardaron hasta 7 horas para cruzar en carro de Caléxico a Mexicali, porque revisaban carro por carro para ver si no traían mas cheve de la permitida, porque se las decomisan o los obligan a que la tiren.
Lo que menos quiere la alcaldesa Marina del Pilar son pachangas, porque así empiezan los contagios, pero las largas filas no dejan de ser molestas.
Por eso el alcalde de San Luis Río Colorado todavía la está pensando, esperando instrucciones superiores porque no quiere propiciar el mismo caos por esta frontera, aunque sabe que de alguna manera se debe restringir el acceso porque ahorita Arizona es la mata del coronavirus.
De alguna manera, nuestra ciudad ha dejado de ser el epicentro de la pandemia en Sonora. Ahorita nos ubicamos en cuarto lugar en contagios y tercero en muertes, con 830 y 122, respectivamente, mientras que algo raro y muy malo está pasando en Hermosillo, donde acumulan 3, 125 casos de Covid-19, por 196 muertes; y Ciudad Obregón, que encabeza la lista fatal con 275 fallecimientos por 1,773 casos positivos confirmados.
La locura.
A este ritmo que vamos, con los hospitales saturados y cada vez más personal del Sector Salud contagiándose del agresivo virus –nada menos ayer se reportaron 127 de los 410 nuevos casos positivos de Covid–, al rato no va a haber ni quien atienda a los enfermos que caigan graves a los hospitales.
Suena alarmista, es preocupante, pero es la cruda verdad.
Lamentablemente, por más que se anduvo cuidando, ayer el secretario de Salud de Sonora, Enrique Clausen Iberri, informó en la misma transmisión vespertina que encabeza de lunes a domingo desde hace 4 meses que había resultado positivo para Covid-19, con lo que se suma a la estadística, pero que aun así seguiría informando, mediante un enlace de video en vivo desde su casa, donde permanecerá aislado, como marca el protocolo, a la espera de que la enfermedad le sea leve.
Nuestros sinceros deseos para que don Kike Clausen –quien se la ha rifado durante la pandemia–, así como todos los que se han contagiado por este virus, y que irremediablemente lo seguirán haciendo, salgan airosos de esta terrible situación y vivan para contarlo.
Y si no es mucho pedir, por favor, procuren quedarse en casa el mayor tiempo posible y si salen, que sea con todas las medidas de protección.