San Luisito, al rojo vivo – Contraseña
La reciente ola de violencia que se vive en San Luis Río Colorado, una serie de balaceras y ejecuciones al estilo de la mafia, junto con los “levantones” y privaciones ilegales de la libertad, tendría su origen en el crimen de uno de los hermanos Huerta, cuyo cuerpo encobijado fue encontrado el pasado 4 de octubre sobre la carretera de cuota al Golfo de Santa Clara. La estela de muerte siguió anoche con el asesinato de tres personas.
Humberto Melgoza Vega
SAN LUIS RÍO COLORADO.- Cuando todo indicaba que el pleito por la plaza en San Luis Río Colorado se había calmado, que al menos había bajado de intensidad, en los últimos días algo se descompuso en el negocio de los narcos que ha desatado una racha violenta a la que no se le ve fin.
Desde el gobierno tienen la hipótesis que esta nueva temporada de balas inició desde que apareció el cuerpo sin vida, envuelto en una cobija y con visibles huellas de violencia de Pancho Huerta, un personaje harto conocido en el bajo mundo pero que se codeaba a los más altos niveles.
Después de la noticia de su muerte, en diversas páginas de Facebook comenzaron a circular unas fotos donde se le ve sonriente al lado del Mayito Gordo, de la dinastía Zambada, y dan a entender que por motivo del atroz crimen habría represalias.
Consecuencia o coincidencia pero a partir de ahí se ha desatado una inusitada racha de violencia en esta frontera, con baleados, ejecuciones dirigidas en la vía pública, levantones con gente armada a cargo del operativo y un código rojo permanente el cual se mantiene hasta el cierre de esta edición cuando se registra un enfrentamiento entre narcos en la Libertad y 22 con saldo de cuatro hombres muertos y una joven empleada del Oxxo herida de manera leve como daño colateral (ver recuadro).
En los corrillos se comenta que por alguna razón, a Huerta lo acusaban del robo de una maquinaria pesada en Sonoyta y mientras estaba en Culiacán se lo trajeron para San Luis, en donde antes de matarlo lo torturaron para sacarle alguna información.
El cuerpo de Huerta fue encontrado el pasado 4 de octubre, cuatro kilómetros después de pasar la caseta de cobro que lleva al Golfo y llega a Puerto Peñasco; estaba maniatado, envuelto en una cobija, con múltiples golpes, el tiro de gracia y en su mano le dejaron pegada una identificación oficial con su foto y domicilio en esta frontera.
Gente que conoce el teje-maneje de la maña refiere que desde siempre el Pancho Huerta tenía amistades y compadrazgos con puros pesados de Sinaloa, Sonora y San Luis, desde El Mayo Zambada y los hermanos Beltrán Leyva para abajo.
En 2008, tras la primera gran ruptura en el Cártel de Sinaloa con la detención en Culiacán de Alfredo “Mochomo” Beltrán Leyva –de cuya detención Arturo Beltrán siempre culpó al Chapo Guzmán– los hermanos Huerta se instalaron en esta frontera.
Con amigos en todos los grupos, prefirieron poner tierra de por medio y mantenerse neutrales, inclusive temporalmente fuera del negocio para no comprometerse.
Una fuente civil que colaboró con algunos datos para esta nota con la condición de mantener el anonimato cuenta que a la víctima le encontraron una serie de mensajes y diálogos en el celular, los cuales molestaron a los altos mandos en Culiacán quienes decidieron su suerte.
Mala racha
Desde los tiempos cuando reinaba Pedro Avilés, San Luis Río Colorado no había atravesado por una racha tan sangrienta, la cual tiene desconcertadas y muy atareadas a las autoridades de los tres niveles de gobierno y de nuevo en sicosis colectiva a residentes locales quienes ya comienzan a clamar por un basta ya de violencia a través de sus redes sociales.
La temporada violenta arrancó la noche del 5 de octubre, apenas un día después del hallazgo del cuerpo encobijado, cuando un grupo armado topó a los tripulantes de una vagoneta Dodge Journey modelo 2022 que circulaban por la avenida Revolución entre las calles 41 y 42, frente al panteón municipal.
En el sitio perdieron la vida dos jóvenes oriundos de Navojoa, al sur del estado, y en el vehículo la policía encontró además de los cuerpos perforados un arma de fuego tipo pistola y en el asiento trasero junto con la segunda víctima un rifle de asalto.
El 6 de octubre se registró un hecho inédito en esta frontera. Un sujeto al que la autoridad identificó como Alex Rodríguez fue acribillado por un grupo armado mientras hacía fila hacia el otro lado, sobre la avenida Carlos G Calles (Internacional) entre Segunda y Tercera, a nada de cruzar a Estados Unidos.
La víctima, que viajaba en un pick-up Ford F150 blanco con placas de Arizona, tenía una flotilla de tracto-camiones en San Luis, Arizona y también manejaba maquinaria.
Enseguidita del ataque armado sobre la fila a los EU se registró otro pasando el puente Río Colorado, en la colonia Miguel Alemán, donde el conductor de un Toyota Tacoma color café con placas de Sonora fue alcanzado y rafagueado.
Todavía con vida alcanzó a ser trasladado al Hospital General de San Luis para su atención inmediata pero no pudieron salvarlo por las múltiples heridas de bala, un de ellas en la cabeza.
La fiesta de balas siguió la noche del viernes 7, cuando los jóvenes tripulantes de una camioneta Nissan Kiks blanca del año fueron emboscados por un comando armado.
En el interior de la unidad, sobre la avenida Zacatecas y 22, quedaron los dos cuerpos que fueron certificados sin vida por médicos y periciales.
Horas más tarde, el comando de la muerte atacó en la avenida Mérida y 34, donde los policías inspeccionaron un Audi 2014 que estaba como coladera y con rastros de sangre, aunque no se contabilizaron víctimas.
La semana comenzó caliente. La noche del lunes se registró otro ataque armado mientras el chofer de un Mazda gris 2005 estaba detenido en la calzada Benjamín Flores (La Brecha) y 9, afuera de una panadería.
Al sentirse heridos por su propia cuenta se trasladaron al hospital general donde fueron atendidos de heridas que no eran de gravedad, a Saúl le dieron en el brazo y un rozón en la espalda y a tres mujeres que iban con él resultaron con heridas en las piernas.
En la escena del fallido atentado encontró los 9 casquillos percutidos de la pistola que no bastaron para que el inexperto gatillero consiguiera su objetivo.
Horas después al 911 de emergencias se reportó que en la Quintana Roo y 47 había una persona muerta tirada sobre la calle.
La policía reportó que la víctima había intentado escapar de sus captores pero lo “venadearon”. A escasos metros en una casa de seguridad las corporaciones encontraron a otro sujeto que también estaba privado de la libertad y lo rescataron.
La tarde del miércoles se activó de nuevo el Código Rojo con el ataque a balazos dirigido hacia Daniel Hurtado alias “Chamoy”, supuesto jefe de pistoleros del cártel que tiene la plaza en San Luis, quien se encontraba acompañado en su Hyundai Sonata 2000, parqueado sobre la Tlaxcala 18 y 19 frente a la yarda de autos.
Oriundo de Navojoa, Hurtado había sido comandante de la Policía Municipal en Álamos , también estuvo comisionado en San Luis y tras ser dado de baja de las filas policiacas se pasó de lleno del lado de la delincuencia, identificado por la Fiscalía Estatal como uno de los principales generadores de violencia en esta frontera.
En el tiroteo mortal resultó con heridas de consideración Julissa Sarahí, de 20 años, policía municipal en activo quien se encontraba fuera de servicio y que recibió atención médica en un hospital donde se reportó fuera de peligro.
Un día antes del crimen del “Chamoy”, un comando armado de encapuchados llegaron en dos camionetas a los tacos Moreno del callejón Sonora y calle 26 buscando al dueño y como no estaba se llevaron por la fuerza a su hijo Fernando Moreno y al trabajador Jesús Yáñez, quienes hasta el cierre de esta edición seguían desaparecidos y sus familias clamando por su liberación en redes sociales. @