Se cumple la profecía: IVA en alimentos
Por mucho que se prometió que no se gravarían alimentos ni medicinas, a mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto se cumplió lo que se vaticinó desde que se implementó el primer aumento de impuestos que acompañaría a la Reforma Fiscal, sin embargo, el SAT asegura que se trata que es una medida implementada desde hace 15 años y que muchas empresas no acataban
Bibiana García Garza
A medida que el dólar sube de manera desmesurada hasta rozar los 16 pesos, aunque el gobierno federal asegura que ahora “le toca al gobierno apretarse el cinturón” con los programas públicos, otro aumento al IVA entró en vigor a partir de esta semana a los productos de comida rápida que se venden en las tiendas de autoservicio.
Aunque el Servicio de Administración Tributaria (SAT), asegura que el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) que se aplicará a dichos alimentos en realidad es una medida implementada desde hace 15 años y que muchas empresas aplicaban a discreción o no lo hacían, se generó una reacción negativa de parte de la ciudadanía y también mucha incertidumbre.
Torteros y vendedores ambulantes de tortas y burritos ya empezaban a externar su preocupación ante este incremento que, encima de todos los demás que se aplican en escalada y a ´caída libre´, fuera a perjudicar más su ya de por sí mermada economía.
Sin embargo, hace apenas unos días, antes de este miércoles 01 de julio que entró en vigor el impuesto adicional del 16 por ciento en las tiendas de autoservicio, -aquí en San Luis en Oxxo´s, Círculo K y Sun Mart-, se esclareció que no se pretendía cobrar a los vendedores independientes.
No obstante, costarán más -en dichos establecimientos y supermercados también-, burritos, pizzas, hot-dogs, lonches, sándwiches, tortas, baguettes, sincronizadas tamales, sopas instantáneas, nachos, sushi u otros alimentos similares.
Todos estarán gravados con IVA de 16%, según se estableció en la Tercera Resolución de Modificaciones a la Resolución Miscelánea Fiscal para 2015, del SAT.
Ante ello, ya se advierte que se cumplió la “profecía” de quienes afirmaban que el IVA a alimentos y medicinas será ineludible, a pesar de las justificaciones del SAT.
También aseguran que el Ejecutivo ya “prepara el terreno” para aplicar IVA de la misma manera en los medicamentos y productos de la canasta básica.
El Gobierno Federal, en tanto, alega que los alimentos a los que se les aplicó el impuesto del 16 por ciento no pertenecen a la canasta básica, como el huevo, el pan, la leche, el arroz, la carne, etcétera.
Aun así, advierten legisladores de oposición, pareciera que se trata de un sondeo para medir la respuesta popular ante la inminente imposición del IVA en medicinas y alimento.
Además, se criticó la medida por ser ´post-electoral´ cuando ya se empieza a discutir el Presupuesto Base Cero.
En Sonora, como municipio fronterizo, hay quienes tienen la incertidumbre de que, en medio de la confusión se cobre el impuesto doble, que en esta región ya de por sí paga el 16 por ciento de IVA perdiendo así todo suelo parejo de competitividad.
Esta situación se suma también al bajo crecimiento económico que, coinciden diputados opositores, la Reforma Fiscal ha acarreado y que sigue afectando al gasto de las familias mexicanas, e incrementa los índices de desempleo, advierten.
Mientras tanto, cada viaje al Oxxo, o a la tienda de abarrotes de la esquina a partir de esta semana significará llevar más cambio spor los panecitos, los volovanes, los rollitos o los molletes del Chavo, o Lonchibon.
Aunque pareciera que no es así, esta medida sin duda azotará a los que menos tienen que son, en general, quienes recurren a la compra de este tipo de alimentos ya preparados para paliar el hambre, sobre todo aquellos en situación de calle que no cuentan con un lugar a dónde ir a prepararse un par de huevos o una lata de frijoles.
En total, por un sandwich preparado de arriba de 25 pesos, tentativamente, más un refresco de lata o de 600 litros de 9 a 12 pesos terminaría pagando casi 40 pesos por medio comer, a la vez que las botanas y las frituras también son la prueba del aumento desmedido de impuestos desde principios del este año.
Lamentablemente, tanto pagar por comida chatarra como por comida “saludable” resulta cada vez más costoso, ya sea agua embotellada como jugo o refresco, una ensalada o una torta, el precio ahora es alto y se aplica sin ninguna consideración al bolsillo del mexicano promedio. @