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La travesía de los africanos a la frontera, por una vida mejor

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Asentados ahora también en las inmediaciones del punto de cruce fronterizo de esta ciudad, los migrantes de Haití y otros países de África como El Congo siguen a la espera de alcanzar el sueño por una vida mejor y relatan sus experiencias en su paso por San Luis Río Colorado, mientras existe el riesgo latente de que muchos ya no sean acogidos por el Gobierno de Estados Unidos y crezca la crisis en las fronteras de BC y Sonora

Bibiana García Garza

SAN LUIS RÍO COLORADO, Sonora.- Al igual que en Tijuana y Mexicali, Baja California, cientos de migrantes procedentes de Haití y diferentes países africanos han empezado a llegar a San Luis Río Colorado, en algunos casos, como última instancia para saber si les será posible cruzar a Estados Unidos en calidad de refugiados.

Hasta el pasado 03 de octubre, en la entidad vecina han arribado más de 10 mil migrantes Haití, un país que por cierto quedó devastado por el terremoto de 2010 y actualmente se encuentra en situación de pobreza extrema, como El Congo o Guinea, en donde las oportunidades de empleo son escasas y la supervivencia es dura.

De esos 10 mil migrantes internacionales al menos 6 mil han logrado cruzar a la Unión Americana como refugiados pero el resto sigue varado en la frontera norte de México desde Tijuana hasta San Luis Río Colorado mientras que el arribo de personas no se detiene, siguen llegando por cientos.

Según ha trascendido, desde poco más de un mes inició el arribo de africanos a esta ciudad y muchos han logrado cruzar a San Luis, Arizona, aunque no se ha oficializado una cifra específica.

Mientras tanto, funcionarios del Ayuntamiento como el Secretario, Ángel Acacio Angulo López, precisó que el Gobierno Municipal ya está en pláticas con otras instancias de gobierno para atender esta situación.

La mayoría de los viajeros vienen de Brasil, nación a donde inicialmente partieron miles desde Haití y otros países africanos a trabajar y enviar remesas a sus familias desde hace alrededor de cuatro años.

Sin embargo, Brasil es otro país que se ha visto golpeado por la desolación económica y política en los últimos años y ya no representa una alternativa para los migrantes que se habían mudado en busca de mejores condiciones de vida por lo que los migrantes marcaron a Estados Unidos como su nuevo destino y el paso, obviamente, México.

Una vez aquí, los migrantes han ido consiguiendo permisos de estancia temporal en México –válido por 20 días- por parte del Instituto Nacional de Inmigración (INM) para llegar a Tijuana y de ahí cruzar, aunque para muchos, para aquellos que han tenido que quedarse a esperar, no ha sido tan fácil.

El punto de entrada a territorio mexicano ha sido Tapachula, Chiapas, en donde en menos de dos meses más de 20 mil africanos, según registros del INM documentados por el diario Excélsior este jueves 06 de Octubre.

De esos 20 mil, se han extendido 12 mil 500 permisos para que los africanos transiten por este país de manera segura mientras han saturado la estación migratoria de esa ciudad mientras que la ayuda por parte del gobierno mexicano se ha percibido como laxa, casi nula, según las críticas que se han hecho respecto al tema por parte de grupos humanitarios.

 Al no encontrar paso en Tijuana, algunos han optado por quedarse en las calles de la gran frontera bajacaliforniana, pernoctan ahí, comen donde pueden, otros han empezado a tomar la zona de tolerancia de la ciudad para acampar y conformar una especie de barrio haitiano en donde confluyen hombres jóvenes, niños y mujeres, algunas de ellas embarazadas y otras cuantas que ya han dado a luz aquí en México.

Otros caribeños y africanos, -incluso recién llegada gente de Nepal y de Cuba- se quedan en albergues aunque ya todos están abarrotados, fenómeno que desde hace unos meses ya se empieza a observar también en Mexicali en donde esta semana ya nacieron dos bebés mientras sus madres esperaban cruzar a EU y obtener asilo político.

Esto a pesar de que desde el 22 de septiembre se dio a conocer que los haitianos que intenten ingresar de manera ilegal a Estados Unidos serán deportados a su país, por parte del Secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, Jeh Johnson.

La crisis se intensifica y adquiere ya un carácter humanitario porque el fenómeno no disminuye, sino todo lo contrario, ante el temor de autoridades y ciudadanía en cuanto a qué medidas se van a tomar para darles albergue a las personas que sigan llegando.

Inclusive, hay voces que se han preocupado también por los riesgos sanitarios que esta migración masiva pudiera representar para México, aunque las autoridades bajacalifornianas han descartado la presencia de enfermedades contagiosas como casos de cólera, VIH y paludismo, temas que además desataron la polémica en las redes sociales.

Pase al paraíso

En medio de las oleadas de migrantes, más notables que los ´nuestros´ por su color de piel, sentado en una esquina a las afueras del motel Internacional se encontraba LeBron Piere, originario de El Congo, a sólo unos pasos de la Garita San Luis I.

Bajo la sombra de un árbol y pensativo junto con dos amigos relató parte de su historia como padre de familia de dos hijos a quienes hay que mandarles dinero, como lo había estado haciendo desde Brasil en los últimos tres años.

Volviendo la mirada una y otra vez hacia el cruce fronterizo, con la mano en la barbilla, con el cansancio a cuestas y bolsas en los ojos por la falta de sueño platicó que ya tiene casi tres semanas en México, dos en la frontera.

LeBron llegó sólo a Tapachula, Chiapas, en camión, luego de haber sido víctima de robos, abusos y violencia por parte de ladrones y policías en América del Sur que le quitaron casi todo lo que le pagaron como finiquito al terminar su contrato de trabajo en Brasil, tanto que ha tenido que llamar a su familia para que le envíen más dinero.

Aunque rechazó que en México haya tenido problemas con las autoridades o que haya sido víctima de alguna extorsión, esa no deja de ser una realidad que ya empiezan a sufrir otros como él quienes sufren abusos tanto en el hospedaje y en los alojamientos en donde empieza a generarse el hacinamiento, mientras que a otros los rondan bandas delincuenciales dedicadas al tráfico humano.

LeBron sin embargo dijo estar tranquilo pero a la expectativa, lo remitieron las mismas autoridades migratorias de Mexicali a esta frontera pues allá están cruzando, según lo último que le dijeron, hasta 40 personas por día.

“Acá están dejando pasar gente también, y también nos han dicho de otras fronteras, pero hay que esperar, yo llegué aquí el viernes en la noche y hoy pasaron doce personas de El Congo, casi todas mujeres y niños, hombres tienen que esperar”, señaló.

No obstante, mencionó, es cuestión de suerte porque a algunos de sus compañeros sí les han permitido el cruce sin problemas.

Acerca de su situación, LeBro contó que ni en Brasil, -en donde trabajó como electricista durante tres años-, ni en el Congo, las cosas están fáciles, económicamente hablando, por distintas situaciones.

Es por eso que su intención fue, como la de muchos de sus amigos, moverse para buscar un mejor futuro.

“Las cosas no están bien allá, no iban nada bien, y yo veo que la gente se comienza a mover, y yo me moví también para ver si tenemos una vida mejor más pa´ delante, porque uno sale de su casa buscando una vida mejor, porque hay problemas allá, guerras entre civiles, por eso necesitamos irnos a vivir a otro lugar, lo necesitamos para estar más tranquilos”, externó.

Sin embargo, su tranquilidad todavía no es completa, mencionó, porque no ha logrado cruzar para establecerse en un trabajo a la vez que su familia sigue allá, esperando que él le mande dinero a la madre para la manutención, sin importar que está separado de su cónyuge.

“No es fácil vivir en un país donde no estás en tu casa y tienes que estar trabajando porque tienes que pagar la luz, el agua, las cuentas, la comida, eso no es bueno; tienes que estar trabajando, ahorrando dinero y luego, como en Brasil, convertir el dólar para mandar allá y ya no te queda nada”, comentó Piere.

Sin embargo, agregó, ese es costo del pase al paraíso, a poder acceder a una vida mejor ni siquiera comparable a la que tenía en El Congo en donde el trabajo es esporádico, temporal, y del que los que se llevan la mejor parte son los patrones que pagan lo mínimo a sus empleados.

Sólo de paso

En la conversación que sostuvo CONTRASEÑA con LeBron esta semana, el joven fue incisivo en remarcar que él, como todos sus amigos migrantes están sólo de paso en esta frontera y que no es su intención quedarse en México ni dejar de trabajar.

“Uno tiene que moverse más para adelante, para no andar en la calle pidiendo, ¿me entiendes? Tú tienes que trabajar para que el día de mañana puedas buscar un futuro, allá donde yo estaba no tenemos futuro, y en Brasil tampoco lo tenemos y hay que buscarlo porque sólo uno sabe lo que es bueno para su familia”, reflexionó.

Ante la posibilidad real de que no se le permita el paso a Estados Unidos, LeBron guardó silencio por unos momentos, y luego respondió: “no sé, sólo Dios sabe, si no me dejan pasar de uno u otro lado tengo que buscar algo que hacer para ayudarme y servir de algo, vine a México no para quedarme sino para viajar de punta a punta, no para quedarme”.

En ese sentido, dijo estar consciente de que los documentos del permiso que le dieron sólo son para una estancia temporal además de que no tiene intención de quedarse aquí como ilegal  sólo para estar huyendo de la policía y de los agentes de migración.

La única manera en la que pensaría quedarse aquí sería, mencionó, si el Gobierno Mexicano acepta ofrecerles un refugio a quienes se encuentren aquí y que se les ofrezca un empleo y una vivienda.

“Quedarse para estar huyendo de la Policía o de migración no, yo no; yo me regresaría, a mí no me gusta tener problemas con la Policía o no poder estar saliendo y estarme escondiendo, no quiero eso”, afirmó, y continuó su reflexión, ahora con la mirada hacia el horizonte pero perdida entre mil y un pensamientos.

-Y ¿Qué vas a hacer LeBron?, pregunta CONTRASEÑA.

-“Estoy aquí sentado, pensando, no hay gente que esperar pero veré si puedo pasar, ya entregamos el cuarto aquí en el hotel y no sabemos si nos regresamos para Mexicali. Queremos esperar, a veces unos van y los dejan pasar, ellos ya saben que no tenemos documentos pero a ver, todo es cuestión de suerte”. @

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