La ONU elige a Arabia Saudita para proteger derechos de las mujeres
Pese a que Arabia Saudita tiene uno de los peores registros mundiales en relación al trato de las mujeres, el Consejo Económico y Social de la ONU la eligió el pasado 19 de abril como miembro secundario de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer para un período de cuatro años a partir de 2018.
Debido a esto, la elección de la ONU ha provocado la ira de UN Watch, grupo de derechos humanos con sede en Ginebra (Suiza), que condenó fuertemente la decisión de la organización de incluir a esta monarquía en una Comisión “exclusivamente dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”.
“Elegir a Arabia Saudita para proteger los derechos de las mujeres es como hacer a un pirómano jefe de bomberos de la ciudad”, ha afirmado el director ejecutivo de UN Watch, Hillel Neuer.
“Cada mujer saudita”, aclara Neuer, “debe tener un tutor masculino que tome todas las decisiones en su nombre, controlando la vida de una mujer desde su nacimiento hasta la muerte. Arabia Saudí también prohíbe conducir a las mujeres”, por ello calica como “absurda” esta decisión.
La decisión ha provocado la indignación de las redes sociales y en especial de mujeres sauditas que viven fuera de allí: “Ojalá pudiera encontrar palabras para expresar cómo me siento ahora mismo. Soy saudita y esto [la decisión de la ONU] se siente como una traición” dijo una internauta saudita en Twitter.
Algunos de los temas que abordará esta comisión son la eliminación de la discriminación contra la mujer, Igualdad de participación de las mujeres en los asuntos políticos y públicos, Grupo de Trabajo sobre la cuestión de la discriminación contra la mujer en la legislación y en la práctica, Relator Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Acelerar los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra la mujer, El derecho a la nacionalidad: la igualdad de la mujer en el derecho y en la práctica, entre otros.
Desde la ONU se han limitado a afirmar que la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer realiza una labor importante en la promoción “de los derechos de las mujeres, documentar la realidad de la vida de las mujeres en todo el mundo y formular normas mundiales sobre igualdad de género y empoderamiento de la mujer”.
Como muestra del rigor de esta monarquía contra el género femenino, te dejamos estos ejemplos.
-Desplazarse sin un pariente masculino. Las saudíes deben contar siempre en sus movimientos fuera de casa con un “mahram”, un guardián varón que muchas veces es el marido o tiene algún grado de parentesco. La tradición religiosa se fundamenta en el principio de que la libertad de movimiento hace a las mujeres “vulnerables al pecado”. La norma es estricta, y también se aplica a las salidas de casa para las compras o la visita al médico.
-Conducir. La monarquía saudí ya permite a las mujeres votar y ser votadas en los consejos municipales, pero solo si cuentan con el permiso de sus maridos y son conducidas por estos a los lugares de votación. La doctrina religiosa wahabí -la más radical del islam- prohíbe a la mujer conducir el vehículo por los riesgos de relacionarse con varones en caso de avería.
-Viajar. Para desplazarse fuera de la ciudad donde reside debe contar con una autorización expresa de su marido o tutor legal.
-Abrir una cuenta bancaria sin permiso de su marido.
-Mostrar su belleza con la ropa o el maquillaje. El código de vestimenta en Arabia Saudí es estricto. Las mayoría de las mujeres se ven obligadas a llevar una túnica negra -la abaya- y un velo que deja al descubierto solo el rostro. La policía religiosa saudí controla estrictamente esta norma en las calles y centros comerciales.
-Darse un baño. Hay playas solo para mujeres. En los hoteles de lujo, las piscinas y gimnasios son solo para los varones.
-Relacionarse con hombres. Las mujeres deben limitar al máximo su conversación con un varón que no sea de su parentela. Todos los edificios públicos, recuerde, tienen entradas diferenciadas para hombres y mujeres.
-Practicar deportes a la vista de todos. En las raras ocasiones en que atletas femeninos saudíes han acudido a competiciones internacionales, lo han hecho acompañadas de guardianes masculinos y con ropa deportiva que les cubría todo el cuerpo y el pelo.
-Probarse la ropa durante las compras. La mera idea de que haya probadores femeninos en las tiendas escandaliza al clero wahabí saudí, fuente de legitimidad de la monarquía de los Saud. Hasta enero de 2012, los empleados de las tiendas de lencería en Arabia Saudí eran hombres, por lo general empleados asiáticos; tras una revuelta de las mujeres, ahora se exige que sean chicas.