Huelga de hambre con sabor a derrota
Sin ser tomada en cuenta por las autoridades de ningún nivel en poco más de dos semanas, la señora Marisela se retiró el pasado miércoles sin que ninguna de sus demandas fuera siquiera atendida, su último recurso: exhortar a la comunidad a ampararse contra el DAP. Mientras tanto, ahora debe enfrentarse al regreso a la realidad y a los daños físicos que se infligió con la esperanza vana de que su voz fuera escuchada.
Bibiana García Garza
SAN LUIS RIO COLORADO.- Luego de 17 días de haber emprendido una huelga de hambre para levantar la voz contra las injustas tarifas eléctricas que miles de sanluisinos pagan mensualmente, así como por el cobro del Derecho de Alumbrado Público (DAP) en el municipio, la señora Marisela Barboza Trujillo desistió.
Acabada por los desvelos y la falta del consumo de alimento, visiblemente desgastada y sobre todo, decepcionada, la mujer de 40 años decidió anunciar la tarde del miércoles que se retiraba de la Explanada Municipal, aunque continuaría su lucha de otra manera.
Como se recordará, desde el lunes 17 de abril Marisela se apostó a las afueras del cajero CFEmático de la plaza de la calle 26 para realizar la inusual protesta, y el viernes 21 se trasladó a la Explanada Municipal en donde instaló una casa de campaña ante los oídos sordos de las autoridades que sólo se acercaron a ella para pedirle que se retirara.
Todavía hasta el lunes de esta semana la manifestante sostenía que no le importaba morir en medio de su lucha, ayudada sólo por los buenos samaritanos que iban a llevarle agua y apoyo moral, inclusive, cuenta ella, apoyo espiritual también.
Sin embargo, hasta el pasado miércoles no encontró quien se solidarizada físicamente a su huelga de hambre con su misma determinación, algunos por motivos de salud, como su compañera Teresa Gómez, quien tuvo que desistir días antes, y algunos otros por simple omisión.
En ese contexto fue que Marisela decidió convocar a los medios de comunicación para anunciar que se retiraría, con un dejo de decepción, principalmente por las autoridades, aunque el fantasma de la apatía ciudadana también velaba de cerca.
Una vez con las cámaras enfrente, Barboza Trujillo lanzó un mensaje más a las autoridades de los tres niveles, empezando por el alcalde, Enrique Reina Lizárraga, a quien acusó de ´sacarle la vuelta´ a sus demandas.
“Siento como si él (el presidente municipal) se quisiera lavar las manos en cuanto a los problemas que estoy yo exponiendo, que es el DAP y el de tarifas justas, el como representante de San Luis es el primero que se debería de preocupar, si acaso él no es el que maneja esos datos o el que soluciona esos problemas, debería de canalizar”, declaró.
Sobre todo, agregó, porque se trata de un problema muy añejo en la ciudad y por el cual se han realizado diversas manifestaciones sin éxito.
“Como alcalde debería ser el primero en mostrar interés, en decirle ´a ver diputado federal, a ver señora Gobernadora, qué vamos a hacer´, porque ellos están representándonos para ayudarnos, se supone que para eso fueron elegidos, pero cuando están buscando el voto, eso sí, nos prometen todo, pero también somos nosotros como ciudadanos que no hemos aprendido que son ellos nuestros empleados”, aseveró.
En ese sentido, reprochó que el diputado federal, Everardo López Córdova, fue notificado en repetidas ocasiones de la situación y de su huelga de hambre a través de su página de Facebook y éste hizo caso omiso, “… no creo que él no sepa todavía que tenemos aquí 17 días”.
Acerca del DAP señaló que el responsable de ofrecer ese servicio es el Ayuntamiento sin cobrar el impuesto porque se trata de un derecho ciudadano por lo que lanzó un exhorto a la ciudadanía a interponer un amparo colectivo contra dicho cobro que es, ante todo, inconstitucional.
Inclusive, planteó la posibilidad de solicitar la devolución del dinero del DAP correspondiente a un año.
“Para eso estamos entrando en contacto con un grupo de asesores”, dijo, toda vez que se requiere de asesoría profesional para llevar a cabo tal proceso.
Por otra parte, aprovechó para dirigirse a los regidores de Morena en Cabildo, Efraín Esqueda Torres y Soraya Urquídez Villavicencio, porque tampoco voltearon a verla sino hasta la semana de que llegó a la plaza pública, y sólo por casualidad a pesar de que militan en el mismo partido.
“Es una lástima que su partido de Morena que piensa darse a conocer como un partido diferente tenga esa clase de representantes; ellos debieron haberme tomado en cuenta, ellos debieron haber sido mi voz ahí arriba y sin embargo jamás tocaron ni siquiera el tema de nosotros aquí”, puntualizó.
Y es que aunque nunca remitió ningún escrito con sus demandas, dijo, los ediles debieron haberla apoyado a elaborar uno, “…¿entonces para qué están los regidores?, ¿por qué ninguno presentó un escrito o me dio alguna orientación?”, cuestionó.
En general, expresó sentirse defraudada por la gran mayoría de los regidores y huérfana de representación alguna a pesar de que los integrantes de Cabildo se ostentan como “representantes del pueblo”.
“Es como si yo estuviera aislada, en un mundo donde… no sé”, externó agotada.
El objetivo que ahora tiene, añadió, es lograr que la ciudadanía se una a la lucha de las tarifas y el DAP sin importar partidos porque el tema afecta a todos, y no sólo a unos cuantos.
Por último, anunció que aunque continuaría su protesta levantaría la huelga de hambre pero, insistió, no por miedo a morir, sino por consideración a sus seres queridos.
“Este es mi último día de huelga, y no lo hago porque sea una mujer cobarde de que tenga miedo morirme ahí, Dios sabe que yo no me movería de ahí y me dejaría morir, simplemente que sucedió algo, todos tenemos familia, y nuestra familia sufre, es la familia la que me está presionando, ojalá que puedan entender esa parte de mi vida”, anotó.
Mientras pronunciaba estas palabras, a lo lejos se observaba Brandon de 19 años, hijo de la manifestante, un estudiante universitario que manifestó ante CONTRASEÑA sus deseos de que su madre vuelva a casa y deje de poner en riesgo su salud, amén de que siga luchando por sus derechos como ciudadana.
“…ellos me dicen que ya desista pero si por mi fuera, que fuera una ciudadana que no tuviera familia, de aquí no me levantan, y espero que me crean, espero que crean que el movimiento fue como un grito de hartazgo de decirle al gobierno que nos deje en paz, que cada día está abusando más de nosotros”, asentó.
Finalmente, la mujer retiró su casa de campaña y partió para ser trasladada a recibir atención médica inmediata, sin embargo, hasta el cierre de esta edición se tuvo reporte de que se negó a ver al médico esa noche argumentando que “se siente bien”. @

