AMLO pide al Senado consulta para enjuiciar a expresidentes
CIUDAD DE MÉXICO (apro). El presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer este martes la propuesta de consulta popular, a fin de que una votación decida si se debe enjuiciar a los expresidentes de México Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
En su conferencia de prensa matutina, López Obrador presentó el escrito, así como la pregunta que enviará esta misma mañana al Senado, por ser el último día para gestionar el procedimiento.
La consulta había formado parte de sus arengas desde el inicio de la administración, pero fue a mediados de agosto pasado cuando se volvió un tema recurrente en sus conferencias matutinas, pronunciándose en distintos momentos por el no a los juicios, alegando una posición de “punto final”.
En la exposición de hoy, la pregunta que se ofrecería a los ciudadanos es:
“¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y en su caso sancionen la presunta comisión de delitos por parte de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, antes durante y después de sus respectivas gestiones?”.
El planteamiento de esa consulta ha sido polémico desde su anuncio, debido a que es obligación del Estado investigar y sancionar delitos, por lo que actores políticos, especialistas y funcionarios de órganos autónomos han señalado un uso político del tema, toda vez que esa consulta se realizaría el 6 de junio de 2021, como parte de la jornada electoral en la que se renovará la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas y alrededor de un millar de ayuntamientos.
Acompañado por su consejero jurídico, Julio Scherer Ibarra, el mandatario dio lectura al documento con el que se gestiona dicha consulta, cuya exposición de motivos refiere que, entre el 1 de diciembre de 1988 y el 30 de noviembre de 2018, el país vivió un período “de concentración desmesurada de la riqueza”.
Luego, retoma la forma en la que el propio presidente ha caracterizado ese periodo, en los siguientes términos:
“(Hubo) quebrantos monumentales al erario, privatización de los bienes públicos, corrupción generalizada, procesos electorales viciados y prácticas gubernamentales que desembocaron en un crecimiento descontrolado de la violencia, la inseguridad pública, la violación masiva de derechos humanos, la impunidad como norma y el quebrantamiento al Estado de derecho en extensas zonas del territorio nacional. Esa etapa trágica en la vida del país se denomina período neoliberal o neoporfirista”.
A continuación, expone que los males del país no fueron fortuitos, sino consecuencia de la aplicación de “un modelo político y económico elitista, antidemocrático y antipopular, señalando la posición de los expresidentes en su adhesión a políticas privatizadoras, privilegiando a grandes poderes económicos, empecinados en políticas de seguridad violentas y todo como “una suma de actos voluntarios y racionales” de quienes gobernaron.
Un tercer punto es insistente en los males del país producto del “neoliberalismo”, enlistando pérdida de vidas, desapariciones, violación de derechos humanos, pobreza, desigualdad, marginación, descomposición social, abandono de los sistemas de salud y educación, desatención de los jóvenes y adultos mayores, deterioro de instituciones, perdida de soberanía y devastación de las industrias petrolera y eléctrica.