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La clave de la información

EL COMANDANTE INCÓMODO

El nuevo jefe de la Policía Municipal en el ayuntamiento morenista de Tijuana fue recibido con una “narco-cartulina” dirigida a la gobernadora Marina del Pilar en donde advierten que correrá sangre y lo señalan de trabajar para el Cártel de Sinaloa. En 2015 fue director de la municipal en San Luis Río Colorado, tras el crimen de Francisco Vázquez Bustamante.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO.- Pocas veces el nombramiento de un jefe policiaco había provocado tanta controversia en tan poco tiempo como el de Rafael Vázquez Hernández.

Apenas había tomado protesta como nuevo director de Policía y Tránsito Municipal en Tijuana cuando, además del boletín oficial, comenzaron a circular una serie de notas que daban cuenta de su controvertida carrera con señalamientos que iban desde tortura, secuestro y abuso de autoridad, hasta la supuesta complicidad con un cártel del narcotráfico.

Rafael Vázquez Hernández, ahora en Tj.

Además, ese mismo día le dieron la “bienvenida” con una narco-cartulina dirigida a la gobernadora electa de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, en donde advertían que correrá sangre.    

Para completar el macabro cuadro los autores añadieron el cráneo de una persona en estado de putrefacción.

“Srita Gobernadora, pensamos que el nuevo gobierno trae gente honesta y no bandidos extorsionadores coludidos con el Cártel de Sinaloa como `Rafael Vázquez Hernández´, secuestrador a las órdenes del Cártel de Sinaloa. En Tijuana va a correr sangre por culpa de ese secuestrador”, decía el mensaje que no se atribuyó ninguna organización criminal pero la guerra que se libra contra Sinaloa en Baja California es con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) también llamado Cártel Tijuana Nueva Generación, formado con los sobrevivientes del clan Arellano-Félix.

Vázquez Hernández ya había sido amenazado en una narco-manta colgada la madrugada del 3 de abril de 2017 sobre el puente peatonal en la colonia Infonavit La Mesa, de Tijuana, cuando era subdirector de la Policía Estatal Preventiva, los polémicos “Pepos”.

En el mensaje, que estaba dirigido al entonces procurador General de Justicia del Estado, Daniel de la Rosa Anaya, señalaban los supuestos abusos cometidos “por los oficiales a cargo del subdirector operativo de la PEP, Rafael Vázquez Hernández y del Coord. Jesús Elías Chávez Duarte los cuales colaboran con EL CÁRTEL DE SINALOA (Aquiles y Rana) que les limpian el camino, también se dedican a la extorsión, robo y abuso de autoridad…”.

En agosto de 2019 de nuevo salió a relucir el nombre del ahora jefe de Policía en Tijuana cuando fue denunciando junto con otros elementos ante la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) por el delito de allanamiento de morada, robo y tortura, investigación que quedó asentada en la carpeta 0202-2019-32830 de la Agencia de Delitos Patrimoniales de Mexicali.


Debido a que el denunciante de nombre Miguel falleció, la Procuraduría le dio carpetazo al asunto a pesar de que Vázquez fue plenamente identificado por la víctima.

De acuerdo a la información publicada por el periodista mexicalense Jorge Heras, en 2020 Rafael Vásquez también había sido denunciado públicamente por agentes estatales por la presunta venta de plazas de la GESI en 10 mil dólares “situación que no se averiguó en Asuntos Internos de la Fiscalía, toda vez que fue relevado del puesto de Subdirector y prescindieron de sus servicios”.

La narco-cartulina de bienvenida.

El pasado martes,  durante su toma de protesta a cargo del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, Fernando Sánchez González, Vázquez Hernández fue exhortado a trabajar con honestidad y en coordinación con todos los niveles de gobierno para reducir los índices delictivos en la ciudad más violenta del país que ya rebasa los mil 500 homicidios violentos tan solo en lo que va de 2021.  

En su foja de trabajo, en la que presume 19 años de experiencia en temas relacionados con la seguridad pública, Vázquez Hernández resalta su paso como comandante de la Coordinación de Investigación Preventiva de la Policía Estatal Preventiva, Jefe de Grupo de la Base de Operaciones Mixtas en Mexicali y director de la Policía Preventiva y Tránsito Municipal en San Luis Río Colorado, aunque estuvo como encargado de despacho.  

También refiere una serie de cursos y capacitaciones, entre ellos uno con la Policía de Yuma, Arizona, que tomó durante su estancia en San Luis de 2012 a 2015, relacionado con técnicas de “identificación de vehículos robados y documentos apócrifos, captura de fugitivos internacionales”, así como el “Taller Binacional e Información sobre Pandillas y Técnicas de Antisecuestro y Negociación de Rehenes”, lo que sin duda apantalló a la alcaldesa morenista, Monserrat Caballero.

Lo que no incluyó en su currículum fueron una serie de denuncias por presuntos delitos y excesos cometidos en su carrera como policía.

La huella en San Luis

En 2012, Rafael Vázquez Hernández fue invitado por su jefe en la Policía Estatal de Baja California, Francisco Vázquez Bustamante, para que lo acompañara como segundo de a bordo en la Policía Municipal de San Luis Río Colorado en el gobierno municipal del panista Leonardo Guillén Medina.

Pancho Vázquez ya había sido jefe de Policía la primera vez que Enrique Reina fue alcalde de 2000 a 2003 y pensaba dejarlo en el puesto como hizo con varios directores cuando regresó a Palacio Municipal en 2015.

Pero un día antes del cambio de gobierno fue asesinado mientras a bordo de la unidad pick-up Titán blanco hablaba por celular sobre la Chiapas y  22. Las balas atravesaron el cristal del lado del conductor, en ese tiempo los jefes policiacos no pensaban que la situación estuviera tan peligrosa como para usar blindaje.

Tras la inesperada muerte de Pancho Vázquez, Rafael se quedó de manera interina como encargado de despacho en el gobierno de Reina hasta que fue relevado por Julio César Valenzuela.  

Del crimen de Francisco Vázquez Bustamante se desprendieron al menos tres líneas de investigación:

Que el atentado haya surgido del interior de la corporación, ordenada por agentes corruptos que tienen nexos con el crimen organizado, a quienes Vázquez habría afectado en sus intereses.

Dos, que el ataque podría haber estado dirigido contra el subcomandante Rafael Vázquez y que los sicarios se confundieron de víctima, ya que además de compartir el apellido sin ser parientes también tripulaba un pick-up Titán blanco, idéntico al que traía Pancho Vázquez.

En este contexto se habló de la posible venganza de una célula delictiva que fue desterrada meses atrás y que había regresado para ajustar cuentas.

En su momento CONTRASEÑA consultó a varias fuentes que consideraron como principal línea de investigación la posible venganza de la célula del crimen organizado que habían sido “calentados” hasta que confesaron andar en San Luis con la intención de cometer una serie de asesinatos para “limpiar la plaza”.

Luego de ser detenidos, torturados y liberados les advirtieron que no regresaran porque les iría peor.

A su paso por San Luis, Rafael Vázquez  jugó el papel de verdugo, haciendo el “trabajo sucio” al interior de la corporación con la venia de Francisco Vázquez.

Los agentes de la lista negra o que no inspiraban confianza a los nuevos jefes fueron comisionados en “clavos”, enviados a vigilar por fuera los bancos, tiendas de autoservicio y otros negocios, entre ellos la pluma en la Comandancia de Policía.

Antecedente

La mañana del 10 de julio de 2015, sobre la avenida Obregón y la calle 28, agentes de la Policía Municipal interceptaron una camioneta Ford Windstar sin placas de circulación. Al momento de hacerles la parada con códigos y sirena los cuatro sujetos que la tripulaban salieron corriendo pero pudieron darles alcance a tres de ellos.

En el interior de la camioneta encontraron una bolsa táctica donde guardaban una pistola calibre 45 abastecida con 12 cartuchos útiles, y en una mochila escolar traían una pistola calibre 38 Súper con 9 cartuchos en el cargador, además de una bolsa con 11 tiros para la misma arma, cinco pares de botas de campaña, un cuchillo tipo “Rambo” y diez teléfonos celulares de distintas marcas.

Rafael y Monreal, en los funerales del comandante Pancho Vázquez.

Luego de un breve “interrogatorio”, los detenidos confesaron que estaban hospedados en el hotel Continental y que habían rentado una casa en el fraccionamiento Chula Vista III, domicilio que fue reventado con el apoyo de elementos del Ejército donde arrestaron a otros cuatro presuntos delincuentes.

Los detenidos fueron identificados como Josué Silva Garibay, alias el “Güero Loco”, líder de la célula delictiva, con domicilio en Agua Prieta, Sonora; además a Raymundo Torres Quiñones, alias el “Mundo”, originario de Tamazula, Durango pero con domicilio en Culiacán, Sinaloa; Noé Ayala Bustamante originario y con domicilio en Mazatlán, Sinaloa; Jonathan Efrén Domínguez Burrola alias el “Gordo”, originario de Nogales con residencia en Empalme, Sonora.

Además se logró la detención de José Ángel Guerrero Meraz, alias el “Ondeado”, con domicilio en Mazatlán, Sinaloa; Víctor Isabel León Murillo, alias el “Ocho”, de Culiacán, Sinaloa y al menor Juan Ángel “N” de 17 años, residente de Sonoyta.

Los detenidos, quienes fueron interrogados bajo métodos poco ortodoxos, confesaron pertenecer al cártel de Los Salazar, quienes tienen su base de operaciones en el sur del estado; dijeron que se encontraban en San Luis para hacer una limpia de los “Quinteros”, gente que estaría al servicio del prófugo Rafael Caro Quintero, y que ya habían empezado a matar algunos de sus enemigos, entre ellos al de nombre Héctor Manuel Gutiérrez, quien a principios de julio apareció muerto en el callejón Guerrero y calle 42. @

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