Tempestad financiera amenaza a pescadores del Golfo
La inminente veda de pesca que dentro de poco entrará en vigor en el Golfo de Santa Clara para salvar a la vaquita marina de la extinción ya encendió los focos de alerta entre los habitantes del poblado que en su mayoría dependen de la actividad pesquera y que ahora deberán buscar otras alternativas así como exigir a los gobiernos que los rescate del olvido en el que los tienen desde hace décadas
Bibiana García Garza
A pesar de que alguna vez hubo quien afirmara que el cetáceo más pequeño del mundo conocido como vaquita marina “no existe” (el ex alcalde José Inés Palafox Núñez), hoy la preservación de esta especie es la causa de la incertidumbre y el temor de cientos de pescadores en el Golfo de Santa Clara.
Tanto quienes se dedican a la pesca como quienes dependen directa o indirectamente de esa actividad en lo que le llaman la cadena productiva, podrían verse perjudicados al disminuir el ingreso de la llamada ´fruta del mar´ que sobrevendrá con las limitaciones que el gobierno federal implementará con tal de proteger a este mamífero acuático.
Ese temor a desajustar los ingresos de la mayoría de los habitantes del Golfo se había vivido inclusive a principios de este año cuando surgió la amenaza de embargo camaronero que evitaría la importación de camarón mexicano a Estados Unidos.
En su momento, esa posibilidad despertó manifestaciones y protestas por parte de los pescadores de esta zona y de todo el país puesto que casi todo el crustáceo se exporta precisamente a los vecinos del norte.
Hasta la fecha, la importación de diferentes especies de camarón a Estados Unidos genera ingresos millonarios al país y en particular también sostienen la economía de esta región del Alto Golfo de California.
La crisis que se avecina
Para no poner en peligro a las vaquitas, ni tampoco a la actividad pesquera y la economía de la región, con el tratado de suspensión temporal de pesca el Gobierno Federal se comprometió también a otorgar una compensación financiera a los pescadores y gente de esa cadena productiva, así como autorizar otras alternativas de artes de pesca de camarón durante los dos años que tentativamente se mantenga la veda.
El acuerdo histórico citado en un documento titulado “Acuerdo por el que se suspende la pesca mediante el uso de redes de enmalle, cimbras y/o palangres en el norte del Golfo de California” tendrá un costo para el gobierno federal de mil 036 millones de pesos.
Sin embargo, la preocupación persiste porque esas otras artes de pesca que quedarán disponibles no han demostrado ser tan efectivos como los chinchorros de línea, que se utilizan actualmente y que son la principal amenaza del pequeño cetáceo.
Además, coinciden, se tendrían que explorar nuevas alternativas para generar ingresos en el Golfo y crear nuevos detonantes económicos en la región, lo cual es una muy buena idea pero, advierten, se tendría que empezar prácticamente desde cero por lo descuidado que se encuentra el Golfo de Santa Clara desde hace décadas.
De acuerdo a datos del Inegi, el Golfo de Santa Clara tiene tres mil 967 habitantes y es una comunidad en la que, salvo por la temporada de Semana Santa, no hay actividad turística o comercial que no se encuentre estrechamente ligada con el mar.
A pesar de contar con menos población que San Felipe, los permisos de pesca se concentran en el Golfo, que tiene 870 pescadores (en 435 embarcaciones), quienes prácticamente se paralizarán durante el periodo del acuerdo.
Por el momento, se tenía programado que la suspensión parcial de pesca diera inicio entre jueves 07 y viernes 08 de mayo, sin embargo, el gobierno todavía no ha depositado los apoyos económicos previstos en el convenio.
Entre la documentación obtenida se especifica que las comunidades deberán realizar los padrones de los beneficiarios y después Sedesol se encargará de verificar que se trate de personas involucradas con la pesca.
De acuerdo a la Oficina de Pesca del Golfo así como a los cooperativistas y el delegado del poblado pesquero, la pesca no se suspenderá temporalmente hasta que no se hayan depositado los recursos a todos los pescadores y su cadena productiva.
Inclusive esta semana ya se habían entregado alrededor de mil tarjetas del banco en el que se estarán realizando los depósitos, Banfesi, pero faltan cerca de 350 en el padrón de beneficiarios por recibirlas, y también falta el dinero.
Cabe señalar que en ningún documento firmado previamente por los pescadores o cooperativas, se contempla el fomento benéfico del tejido social.
Es por eso que se teme que dos mil 500 familias de pescadores, más la cadena productiva, la totalidad de la población del Golfo de Santa Clara quedarán desempleados.
Paradójicamente, las embarcaciones grandes no tienen de qué preocuparse, pues no se contempla su salida por su tamaño pues “éstas y sus redes son más fáciles de vigilar”, señaló la subprocuraduría de la Profepa.
Por otro lado, es importante mencionar que pese a los escuerzos, la encargada del programa de Greenpeace “Salvemos a la vaquita”, Silvia Díaz, ha declarado a medios nacionales que no vislumbra un buen curso de este acuerdo.
“Si en el Gobierno Federal no hay unas medidas para controlar la efectividad que hay en este papel, entonces no va a poder ser posible, y si no hay una alternativa confiable para las comunidades y los pescadores, tampoco”, externó.
En ese sentido, sostiene, “… si ellos no tienen nada que hacer y es de lo que viven, pues van a tener que buscarse la vida, y si para ellos la forma más fácil es salir a pescar, lo van a hacer”.
Al rescate de la vaquita marina
La veda tiene la intención de proteger a la marsopa (vaquita marina), que se encuentra en la lista de especies de mamíferos marinos alto riesgo y/o peligro crítico de extinción.
En ello ha intervenido de manera persistente el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita así como Greenpeace y otras organizaciones ecologistas que argumentan que se trata del único cetáceo endémico de México, localizado en el Mar de Cortés (Alto Golfo de California), desde San Felipe, Baja California hasta Puerto Peñasco, Sonora, pasando por el Golfo de Santa Clara.
La mayor amenaza de la vaquita es el uso de redes conocidas como chinchorros de línea, que en muchos casos se utilizan, además de la pesca de camarón, para la captura –ilegal- de la totoaba, cuya vejiga se comercializa tanto a nivel nacional como internacional aunque, para variar, también se trata de una especie en peligro de extinción.
La población de vaquitas marinas en la zona ha ido disminuyendo gradualmente desde el año de 1997, en que según estudios había 567 machos y hembras, lo que se ha reducido a 97 (entre ellas sólo 30 hembras capaces de reproducirse y con una edad productiva de al menos siete años).
Para lograr su preservación, se requeriría un periodo de recuperación de más de 20 años en los que se tendría que evitar la pesca de camarón con esas redes de chinchorro de línea, que es el punto que trastoca la actividad primaria de los pobladores del Golfo de Santa Clara.
Según advierte el informe del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva) presentado en 2014, la vaquita puede desaparecer en su totalidad para el 2018.
Sin pago, no hay veda, pero sí hay incertidumbre
Para concretar el convenio con el Gobierno Federal, hace dos semanas la Oficina de Pesca del Golfo, cooperativistas, consultores ejecutivos de Sonora, permisionarios, pescadores y cadena productiva participaron hace dos semanas en una reunión con autoridades de Semar, Conapesca, Profepa, Sedesol y Conanp, así como federaciones del Alto Golfo de California en San Felipe.
De ahí surgió el acuerdo para la suspensión temporal de pesca y conservación de la vaquita marina en donde los cooperativistas y pescadores del Golfo de Santa Clara condicionaron que la veda únicamente entrará en vigor hasta que se entregue el dinero a cada uno de los pescadores y la cadena productiva.
De acuerdo al titular de la Oficina de Pesca del Golfo, Alan Gallardo Camacho debido a que no existe una fecha específica exacta para el cierre de la pesca lo que ha generado incertidumbre entre los pescadores.
“Todo esto está creando molestia entre algunos pescadores, no tanto por la necesidad de que quieran el dinero sino que ante las necesidades que se les han presentado para comprar redes o reparar motores muchos ya no quieren invertir por el temor de que inicie la veda de un día para otro”, comentó.
Lo mismo con los proveedores y con quienes les compran el producto, agregó, que temen también que los pescadores ya no les paguen por la suspensión de pesca que se avecina y que es inminente, “… la gente ya no quiere correr el riesgo de invertirle para seguir pescando porque tienen miedo de que paren al siguiente día”.
Aparte de los apoyos presupuestados inicialmente a un año no se suspenderá completamente la pesca pues se permitirá el uso de otras artes de pesca ya autorizados en los nuevos permisos como la red de arrastre y la de prototipo que deberán explorarse, recordó.
Eso aunque el arte de pesca, admitió, es más costoso que el chinchorro de línea tradicional que se ha utilizado por más de 20 años y que es más efectivo, aunque es más duradero, aunque no tolera bien las corrientes que en el Golfo son considerablemente fuertes y se genera mucho desgaste del motor así como desgaste físico.
Todas esas opciones, sin embargo, no garantizan la supervivencia de los pobladores del Golfo de Santa Clara que recibirían alrededor de 8 mil pesos por mes, por lo que la situación no deja de ser una mortificación constante para todos.
“Sobre la marcha nos iremos dando cuenta de lo que esté pasando y esperemos que las cosas no se salgan de control, sí es preocupante como habitante del golfo me preocupa lo que pueda pasar”, confesó, aunque tiene la confianza plena en el apoyo gubernamental y el respeto a los acuerdos.
Urge intervención del gobierno para el progreso del Golfo
Por su parte, el presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa “Pescadores de la Reserva de la Biosfera”, Carlos Alberto Tirado Pineda, mencionó que como alternativas también se podrá pescar jaiba y escamas con trampas aunque lo más importante es contemplar otras alternativas de supervivencia distintas a la pesca como el turismo y el desarrollo urbano.
Al respecto, declaró que se puede mantener la pesca pero también deben explorarse otras formas de ingreso y aprovechar oportunidades que generen otro tipo de fuentes de ingreso y de empleos en el poblado, pero que para ello urge que se comprometa tanto el gobierno municipal como el estatal y el federal.
“Esta pérdida es una oportunidad con la que se podría aprovechar para buscar esas fuentes de trabajo y no solo con las nuevas alternativas y artes de pesca, sino turísticas o de desarrollo y que no hemos explotado al ciento por ciento hasta la fecha”, afirmó Tirado Pineda.
Esa, aseveró, es una obligación tanto del Ayuntamiento como de los otros dos niveles de gobierno, aunque habrá que rescatar y atender al Golfo en lo que respecta a todas esas carencias que han prevalecido durante años como la falta de desarrollo económico y urbano, los problemas de contaminación, la falta de una planta tratadora, educación, cultura y sobre todo de servicios médicos, entre otros.
En cierto modo, consideró, el gobierno nos tiene abandonados en muchos aspectos por lo que ahora es el momento de ponerle mucho más atención y ofrecer una mayor cercanía con el Golfo, que lamentablemente solo se siente cuando hay algún problema o en Semana Santa y otros días festivos.
“Yo creo que esto nos hará tocar temas importantes para la comunidad y creo que no debemos dejar ningún aspecto fundamental para que se desarrolle esta comunidad y toda la región, hay que verlo así ahora que el sector pesquero se va a tener que abrochar el cinturón”, señaló.
Para ello, reiteró, la comunidad del Golfo deberá presentar proyectos al municipio, éste al estado y éste a la federación para promover las bellezas naturales de la zona, explorar los nichos y crear nuevos compromisos para promover, por ejemplo, el turismo ecológico y otras bondades que generen derrama económica.