Semanario Contraseña

La clave de la información

64 ANIVERSARIO DE LA UABC. Vínculos entre la identidad regional y la identidad universitaria

Las universidades públicas estatales juegan un rol importante en la construcción de las identidades regionales. La UABC recién ha cumplido 64 años, en medios de comunicación y redes sociales se construyó una narrativa de celebración y orgullo identitario.

Hay una especie de simbiosis entre las entidades federativas y las universidades, lo cual motiva que distintos grupos sociales perciban vínculos entre los rasgos identitarios de las regiones y los de las respectivas instituciones educativas de nivel superior. La UABC con más de 200,000 egresados en su historia ha jugado un rol protagónico en Baja California.

Fundada en 1957, actualmente atiende una matrícula de más de 66,200 estudiantes en 134 programas educativos de licenciatura y 70 de posgrado. Cuenta con 41 facultades e institutos. Mantiene presencia en zonas urbanas y rurales de todo el estado. Es una importante fuerza científica en la región noroeste. Cuenta con 584 académicos miembros del Sistema Nacional de Investigadores que trabajan en más de 600 proyectos de investigación. En el ámbito internacional mantiene acuerdos con más de 390 universidades de distintas partes del mundo, de las cuales recibe anualmente profesores y estudiantes visitantes.

Gilberto Giménez, siguiendo a Michel Bassand, explica que la identidad regional es la imagen construida socialmente, la cual es modelada en las relaciones establecidas con otras regiones. Dicha imagen puede ser más o menos compleja y estar anclada en un entorno natural, en un patrimonio cultural, en la historia, o en otros factores, como un proyecto futuro o una actividad económica específica, pues si bien la identidad cultural es un proceso cultural no solamente tiene fundamentos culturales.

A menudo esta identidad regional es criticada porque supuestamente provoca una especie de aislacionismo, de exacerbación regionalista. Bassand puntualiza: Una región sin identidad “está conducida por otros” y hay una alta probabilidad de que esté dominada. Inversamente, la existencia de una identidad regional incitará a los habitantes a comportarse en función de esta representación, incluso a transformarla. Por otra parte, la ausencia de identidad regional no significa que sus habitantes no tengan identidad: la identidad de un individuo puede ser local, social, funcional y no necesariamente regional. Igualmente, todos los habitantes de una misma región no se identifican necesariamente con su región, aunque esta última tenga una fuerte identidad.

En el caso de las comunidades universitarias, la identidad se define como las representaciones centrales y continuas que incluyen creencias, valores y su cultura organizacional. De manera recurrente factores de orden externo e interno impulsan a las instituciones educativas a realizar procesos de verificación en torno a sus creencias y valores, comparando los estados actuales con la imagen y la identidad percibidas por sus públicos.

Ser integrante de una colectividad con logros y fortalezas propias, así como la proclamación de la existencia del orgullo de pertenecer a una región o a una universidad, genera efectos positivos entre los integrantes que a la postre redundan en ilaciones reproductoras de una identidad y un sentido de pertenencia al grupo.

A diferencia de la experimentación del orgullo en un plano individual, las emociones sociales se experimentan como una atmósfera grupal influyente, de energía conmovedora y contagiosa. El orgullo colectivo plantea importantes cuestiones políticas para instituciones, comunidades y naciones, puesto que el orgullo experimentado de manera grupal, por una parte, tiende a legitimar y reforzar las estructuras y el orden social existente; por otro lado, también puede experimentarse como resultado de las acciones de un grupo particular que busca su empoderamiento y la consecución de cambios, según lo planteado por Sullivan.

En consonancia con estos apuntes, amplios grupos de bajacalifornianos de diversas generaciones, hacen público a través de distintos medios el reconocimiento a la UABC como una institución sólida y estable. Como una opción de carácter público para formarse profesionalmente con elevada calidad educativa. El cimarrón es un emblema regional que los universitarios han resignificado y lo han devuelto cargado de nuevos sentidos a la sociedad de Baja California, que se ha apropiado de él con orgullo.

*[No. 24/2021]. El autor de esta publicación es profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Humanas, UABC.

× Platique con nosotros