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La clave de la información

Las aventuras de Don Lupito en Ensenada

Durante más de 36 horas en las que supuestamente anduvo extraviado, el señor Reynaldo González, mejor conocido como “Don Lupito” el de las tortas Olivia, mantuvo en vilo a la sociedad sanluisina que pasó de la preocupación y la angustia a la risa desatada cuando se enteraron que no andaba tan perdido.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO.- La mañana del pasado domingo, cuando don Reynaldo González salió “bien cambiadito” de su casa de la Zaragoza, nunca imaginó que sería protagonista de una historia que movilizaría a toda una sociedad y que después de todo tendría un final feliz.

Como se fue sin decir a dónde iba y no regresaba su familia se comenzó a preocupar. Una de sus hijas no aguantó más y por la tarde decidió hacer en Facebook la primera publicación.

“Por favor, si lo has visto comunícate con nosotros, lo estamos buscando, salió desde la mañana”,  escribió en su cuenta junto con la foto, la leyenda de se busca y unos números telefónicos.

Conforme transcurrían las horas la preocupación iba en aumento y cuando pasó toda la noche y no regresó a dormir comenzaron a pensar seriamente que algo malo le había pasado.

Desesperada, luego que pasaron 24 horas sin tener noticias, su hija Marga pidió ayuda de la sociedad para emprender la búsqueda de don Lupito.

“Si pueden ayudarnos en donde anden afuera de las calles y los alrededores pregunta si lo han visto por favor, si es la calle, la central de autobuses, un bar, taxis, una esquina, en donde sea…”.

Hasta el propio alcalde Santos González Yescas se sumó al operativo, dispuso que la policía municipal participara en la búsqueda y desmintió algunos rumores, como los que afirmaban que lo habían visto en San Luis, Arizona, aunque don Lupito no pasa ni enlatado.  

Macho alfa.

En su afán por querer encontrarlo, no faltó quien dijera que a las 5:00 pm del domingo lo había visto sentado en una banca del centro y que parecía “desorientado”…

Nada más alejado de la realidad.

Cuando don Lupito agarró el taxi enfrente de la botica Kent de la calle Sexta pidió que lo llevaran directo a la central de autobuses de la Juárez y Quinta.

Ahí abordó el primer autobús que venía del sur y que tenía como destino final la coqueta Tijuana. Poco rato después, ya estaba trepado en un bus que lo llevaría hasta el puerto de Ensenada.

Ligero de equipaje, don Lupito se fue con lo que traía puesto, eso sí, con suficiente dinero en la cartera como para pagar el taxi y el hotel donde pasaría la noche, acariciado por la brisa del mar, lejos del calorón sanluisino que se ha sentido en los días recientes.

Cuando aquí todos lo andaban buscando, el señor de las tortas frías se paseaba por el Mercado Negro, donde disfrutó unos tacos de pescado empanizado, de un lado a otro caminaba por el malecón, disfrutando del clima y la vista al mar.

Tambien fue visto en la Guerrerense

Durante largo rato anduvo en la zona del muelle y después se sentó en la plaza de las tres cabezas, contemplando a quienes por ahí caminaban, admirado por el tamaño de la bandera gigante, disfrutando como niño el arribo de los majestuosos cruceros.

Hacía mucho tiempo que lo quería hacer y no se quedó con las ganas de visitar La Bufadora, pero sin tomarse selfies como los turistas locos que hace poco se andaban ahogando.

Sin llamar mucho la atención, perdido entre la gente, don Lupito se la pasó turisteando hasta la tarde del lunes  que se topó con una familia sanluisina de los lonches Ayala de la Revolución y Cuarta.

Para esas alturas la publicación se había vuelto viral en todos los medios y redes sociales, la alerta de búsqueda de persona emprendida a través de Facebook por sus hijos surtió efecto.

Mientras le sacaban plática para entretenerlo, se comunicaron a uno de los teléfonos que se habían puesto a disposición para cualquier información. Cuando les pasaron el reporte no podían creer que el señorón andaba de paseo por Ensenada.

Cuando trascendió en los medios que don Lupito había sido encontrado en la llamada “Cenicienta del Pacífico” la noticia fue recibida con singular alegría  por la comunidad sanluisina que se vio reflejada en múltiples comentarios y una serie de memes donde el “perdido” aparecía abrazado con unas gringas en el Papas o haciendo fila para comer en La Guerrerense.   

Familiares que viven en Tijuana fueron a recogerlo “venimos por ti y te vamos a llevar”, y se lo trajeron contra su voluntad porque se la estaba pasando muy bien; un par de horas más tarde lo entregaron a sus hijos a la mitad del camino.

Tras. las mini-vacaciones, de regreso a la chamba.

Por la misma vía la familia González Villarreal confirmó que había sido localizado, agradecieron a todos los que se interesaron y participaron en la búsqueda “ya con tranquilidad les platico después…”, escribió Marga.

Para entonces don Lupito ya había pasado de ser el icono de las tortas con más de 50 años en el mercado a convertirse en un verdadero macho alfa lomo plateado, ídolo y envidia de muchos que no salen sin permiso de sus mujeres ni a la esquina.

El martes don Lupito se tomó  el día para pasarlo con su familia, en especial con Doña Chofi, su compañera de toda la vida que más que enojada había estado muy preocupada.

-¿Y cómo te fue con doña Chofi, no se encabronó?

Pues no, no se encabrona porque se saca la misma.

Como era de esperarse, el miércoles que abrió el changarro tuvo más clientela que de costumbre y no faltaron los carrilleros que le pedían tortas de camarón.  

“Tenía muchas ganas de ir a Ensenada y si pido permiso no me hubieran dejado”, reconoció su pecadillo don Lupito ante el reportero.  @

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