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La clave de la información

Ni pichan, ni cachan…

El Eslabón Perdido

Humberto Melgoza Vega

Como una medida más para tratar de ponerle un freno al fenómeno de la inseguridad que se vive en el municipio de San Luis Río Colorado, ayer la Policía Municipal, con el apoyo de la Estatal y de la Guardia Nacional, montaron unos filtros de revisión en algunos de los principales cruceros de la ciudad para quitarles el polarizado a los vehículos que lo traían o muy oscuro, nivel limusina, o en el parabrisas, muy exagerado.

El operativo fue encabezado personalmente por el comisario Edgardo Gómez Herrera, quien luego de sacarse la rifa de tigre está buscando la manera de salir bien librado en medio de esta conflagración entre grupos de la delincuencia organizada que han tomado esta frontera como su centro de batalla.

Como resultado de este nuevo operativo se les retiró la película polarizante a una veintena de vehículos de los que no hemos sabido que hubiera quejas, como sí las entre los siempre críticos de las redes sociales que nada les parece, o como dijera de manera coloquial el ex presidente Peña Nieto, ningún chile les embona.

Estos filtros se realizarán de manera permanente y además de hacerles ver a los conductores que estarían violando el artículo 72 de la Ley de Tránsito del Estado de Sonora, de paso aprovechan la ocasión para hacerle una revisión al vehículo para cerciorarse que no porten armas, drogas o que vayan ingiriendo bebidas embriagantes.

Con todo y las molestias que seguramente causarán a los automovilistas, los uniformados deberán hacerlo con pleno respeto a las garantías individuales y a los derechos humanos, sin pasarse de la raya, y decirles que se trata de un fin superior, en este caso la seguridad de toda la población.

A pesar de que el alcalde Santos González había adoptado como una de sus banderas la eliminación de los molestos retenes, que también se prestan para extorsionar a los conductores o darse vuelo con las multas, ante la situación extraordinaria de violencia que se vive en la ciudad no le queda otro remedio más que aceptarlo como un mal necesario.

Toda proporción guardada algo similar sucedió con López Obrador, que en su campaña de doce años prometió que sacaría al Ejército de las calles y lo regresaría a los cuarteles pero una vez instalado en el poder comprendió que sería un suicidio político debido al inusitado poder que han cobrado los narcos.

La semana pasada, aunque le fue como en feria  –criticar en redes sociales es lo más fácil del mundo, más para las personas que no tienen vida propia y sí mucho tiempo de sobra–,  finalmente el alcalde Santos reconoció la gravedad del problema de la inseguridad que se vive en esta frontera.

Esta sensación de inseguridad está generada por grupos antagónicos de la delincuencia organizada que están enfrentados por el control de la venta de droga y tráfico de personas y se agarran a balazos en lugares públicos, a cualquier hora del día, poniendo en peligro a miembros de la sociedad que ni la deben pero que ahora sí la temen.

Aunque parezca simple, la instalación de filtros para quitar el polarizado excesivo de los parabrisas es una medida que sirve para hacer más visible a los tripulantes de los vehículos, de por sí embozados por las mascarillas con el pretexto de la pandemia.

Si bien el polarizado de los vidrios laterales es necesario para atenuar los rayos del sol que pegan durísimo durante el verano en esta región del país, también hemos visto circulando algunas Cherokees y todo tipo de troconas con el parabrisas totalmente oscuro que no se ve ni quién va manejando.

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Para finalizar, les dejamos algunos párrafos del Artículo 72 de la Ley de Tránsito de Sonora la cual establece que “los parabrisas tienen que estar libres de obstrucciones y provistos de limpiadores”.

El citado artículo agrega que “nadie conducirá ningún vehículo de motor que tenga puestos en el parabrisas, algún rótulo, cartel u otro material opaco, esto con el fin de que no se obstruya la clara visión del conductor”.

Además “los cristales del parabrisas deberán estar hechos de una sustancia cuya transparencia no se altere y deberán estar fabricados de tal manera que no deformen apreciablemente los objetos vistos a través de ellos y que, en caso de rotura, el conductor pueda seguir viendo la vía con suficiente claridad…”.

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