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La clave de la información

Destape al estilo PRI

El Eslabón Perdido

Humberto Melgoza Vega

Ayer debió haber sido un mal día para la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

A pesar de que replica con las mismas palabras y aplaude hasta la más mínima ocurrencia de su jefe político Andrés Manuel López Obrador, parece que tal servilismo no le será suficiente para ser la candidata presidencial de Morena.

En algún momento si no se lo dijo, al menos el presidente se lo dio a entender, de que ella sería la buena, levantándole la mano en público, señalándola sin mediar palabra con el dedo índice.

Como ven los conservadores al secretario.

Tan emocionada andaba la Jefa de Gobierno que ya hasta había formado su sindicato de mujeres gobernadoras, con las que pensaba operar la elección presidencial en 2024.

“México está listo para tener una mujer presidenta”, declaró hace unos días, pero nadie o muy pocos le siguieron la corriente.

Acechada por el fantasma de la Línea 12 del Metro, en donde murieron 27 personas, y por la tragedia del Colegio Rébsamen,  el 19 de septiembre de 2017, en la que fallecieron 19 niños y siete mujeres cuando era delegada de Tlalpan, el jefe máximo de Morena decidió no arriesgar la sucesión.

Aparte del poco carisma de la científica y de que no levanta en las encuestas, el machismo en la clase política mexicana al final termina por imponerse.

Ayer, el presidente López Obrador convocó a todos los diputados federales de Morena y a sus aliados en el Congreso de la Unión, en donde hizo una consulta rápida, que parecía previamente montada.

Verdad, díganme si sí o no –ahí comenzaron los primeros gritos de júbilo–, ¿verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación…?

¡Síii!, gritaron al unísono y se levantaron de sus asientos con los brazos extendidos los más de 200 invitados al Palacio Nacional.

Los gritos de júbilo se prolongaron por largos segundos, mientras todos aplaudían de pie, entusiasmados por el destape al más puro estilo del PRI que encabezaba el presidente, nomás hacía falta Fidel Velázquez.

“…Que nos ayuda mucho, que está a cargo de llevar a cabo la conciliación, los acuerdos con legisladores, con gobernadores, con la Fiscalía General de la República, con el Poder Judicial; me ayuda mucho, me aligera la carga el secretario de Gobernación…”, siguió con la arenga el presidente AMLO.

Para entonces los diputados, extasiados, comenzaron a corear “¡presidente, presidente!”, pero no se referían a López Obrador sino a su paisano Adán Augusto López Hernández, el lúgubre secretario de Gobernación presente en la reunión.

Con el destape de Adán Augusto también se esfuman las aspiraciones presidenciales de Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, quien ya había venido explorando como Plan B la posibilidad de buscar la gubernatura del Estado de México.

Qué decir del senador Ricardo Monreal, que en sus sueños guajiros se figuraba siendo candidato de Morena, a pesar de que no es del agrado del líder moral del movimiento.

Luego del destape se espera que veamos al Secretario de Gobernación hasta en la sopa, cobijado por los miembros de la Cuarta Transformación, proyectado por los reflectores y medios de comunicación afines al proyecto.

Comienza la cuenta regresiva hacia el 2024 y el primero en apuntarse en la lista es el ex gobernador de Tabasco.   

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