CUANDO PASE EL TEMBLOR
Mientras la población está temerosa, la ciencia se encuentra sorprendida por la repetición de terremotos a lo largo de los años ocurridos en el mes de septiembre, en la misma zona, de similar magnitud y el mismo día, lo que aseguran es una “coincidencia”. La región San Luis-Mexicali también es altamente sísmica por la vecindad con la falla de San Andrés.
Manuel Cuen y Carina Arguilez
SAN LUIS RIO COLORADO.- El sismo de 7.7 grados del 19 de septiembre, con epicentro en Michoacán y efectos en 7 estados de la República, la Ciudad de México entre ellos, nos debe provocar a la reflexión de que es lo que está pasando y que es lo que puede suceder.
Es importante no olvidar que estamos viviendo en una zona sísmica y que los movimientos telúricos han estado presenten por toda la vida en esta zona y que un gran sismo es esperado en la región, pero desafortunadamente no se pueda saber cuándo.
Baste con recordar el sismo de 2010, que provocó rompimiento de carreteras y canales de riego y que en una parte del valle fue reportada la aparición de pequeños volcancitos por donde mientras temblaba, salían líquidos azufrosos y de olor penetrante.

En nuestra ciudad, perdimos un inmueble que la era parte del imaginario sanluisino, el que terminó incendiado, cuando una escalera cayó, tras una de las réplicas, sobre cableado, provocando un incendio fatal y la caída del edificio de dos pisos de lo que fue la Dorian’s.
LA CICATRIZ DE CALIFORNIA
“El 18 de abril de 1906, el mundo puso total atención a la falla de San Andrés, quien en uno de sus desplazamientos, produjo un sismo intenso en San Francisco, que acabó con la vida de más de 3 mil personas.
“La falla de San Andrés es una enorme fractura deformada de la corteza terrestre que mide alrededor de 1 mil 300 km de longitud abarcando desde el extremo norte del Golfo de California, pasando por el oeste de California en Estados Unidos.
“Los movimientos tectónicos registrados a través de esta falla de una antigüedad aproximada de 15 a 20 millones de años, han captado la atención pública por la intensidad de los sismos generados. Después de aquel día de 1906, en 1989 y 1994, esta falla dejó en claro que continuará activa”.
Y es que San Andrés no es cualquier falla. Representa dos placas importantes de la corteza terrestre: la placa del Pacífico y la placa Norteamericana. Es la placa del Pacífico la que se desliza de manera lateral, a diferencia de la Americana. Por esa razón se clasifica como falla de desplazamiento o deslizamiento.
TRES VECES TRES EN CDMX
Y viene a cuento esto de la falla de San Andrés, por el reciente sismo de 7.7 grados que con origen en Coalcomán, Michoacán, se sintió en la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre. Y la cosa no fuera para tanto, pero además de otros sismos en otras fechas, da la casualidad que en 1985, 2017 y 2022, similares movimientos dejaron lastimada la gran ciudad, sede de los poderes del gobierno federal y de muchas grandes empresas nacionales y extranjeras.
En 1985 el sismo fue de 8.1, tuvo una duración de 4 minutos. Se calculan más de 40 mil víctimas y el epicentro se localizó en el Pacífico, frente a las costas de Michoacán. Ha sido el más dañino de los últimos años y una réplica al día siguiente también tuvo repercusiones en la capital de México.

En 2017 la intensidad fue de 7.1, pero su epicentro fue localizado apenas a 120 kilómetros al sur de la ciudad, por lo que el impacto en las edificaciones y daños fue importante.
Ambos sismos crearon entre los mexicanos la necesidad de tomar conciencia y estar preparados para enfrentar un movimiento telúrico de esas magnitudes. Los simulacros cobraron fuerza. Después de esos sismos y justo ahora, en 2022, los capitalinos se preparaban para realizar otro simulacro, pero lo que vino fue un temblor de verdad.
Todavía ayer jueves por la mañana, los medios daban cuenta de otro movimiento de 6.9 registrado en la misma zona. Es decir, con epicentro en Michoacán y efectos en por lo menos 6 estados de la región.
Casi mil 500 réplicas ha registrado el sismológico nacional de este más reciente sismo. No para de temblar. Tres víctimas fueron reportadas en la Ciudad de México.
EL SISMO DEL DOMINGO DE PASCUA
El domingo 4 de abril de 2010 a las 17:40 horas, tiempo del centro, se registró un sismo de magnitud 7.2, en el norte del país, entre Baja California y Sonora.
Una de las características más significativas de este sismo fue lo que se dio en llamar licuefacción generalizada, en casi todo el Valle de Mexicali, de acuerdo a un reporte del CEPRED publicado el 3 de abril de 2021.
“El epicentro se ubicó en 32.47° Norte y 115.37° Oeste a una profundidad de 10 km, aproximadamente 17 km al OSO de Guadalupe Victoria, BC, 47 km al SSE de Mexicali, BC, 51 km al SSE de Calexico, California y 180 km al SE de San Diego, California, EUA.
La ruptura ocurrió sobre el sistema de fallas Cerro Prieto, siendo este sistema una prolongación de la Falla de San Andrés. Este es el evento más grande en el área desde 1892, incluso más grande que el terremoto M6.9 del 18 de mayo de 1940, en la región Valle Imperial”.
El movimiento del terreno fue percibido en el valle de Mexicali, Ensenada, Tecate y Tijuana, Baja California; en Puerto Peñasco, San Luis Río Colorado, Plutarco Elías Calles y Sonoita, Sonora en territorio mexicano, así como en todo el sur de California, Arizona y Nevada en los Estados Unidos.
El reporte también señala que: “La licuefacción del suelo indujo extensión lateral (lateral spread) en numerosas áreas y provocó movimientos y el asentamiento diferencial de los cimientos en diversos edificios así como el colapso de cientos de casas en el valle de Mexicali. La licuefacción y la extensión lateral provocaron el colapso de un puente ferroviario sobre el río Colorado. La licuefacción también destruyó grandes extensiones de canales de riego e interrumpió las tierras agrícolas con “volcanes” de lodo y eyecciones esparcidas por toda la superficie del suelo. La agricultura y en consecuencia, las economías locales y regionales fueron gravemente afectadas”.
El sismo generó intensidades VIII en la escala de Mercalli Modificada (MMI) en Progreso, BC. Intensidades VII se registraron en Alberto Oviedo Mota y Mexicali, BC, Calexico, Heber y Seeley, EUA. Intensidades V impactaron en San Luis Río Colorado, Sonora. Ocasionó fuertes daños a la infraestructura en todo el Valle de Mexicali, afectaciones en canales de cultivo, carreteras, escuelas y vivienda. El costo de los daños se estimó en un monto de más de 8 mil 644 millones de pesos, que a un tipo de cambio promedio de enero a junio de 2010, de 12.674 pesos por dólar, dieron como resultado poco menos de 684 millones de dólares. Este monto representó el 2.62% del Producto Interno Bruto del estado para el año 2008, a precios corrientes, de acuerdo con datos del INEGI.
LA FALLA DE SAN ANDRÉS
La falla ha tenido diversos cambios a través de su existencia, con movimientos de apenas algunos centímetros al año, con partes que se deslizaron hasta 6.4 m durante el terremoto suscitado en 1906. Algunos científicos dedicados a su estudio, han hallado, incluso, movimientos verticales.
En otras investigaciones actuales, se descubrió que en la falla de San Andrés cercana a Parkfield, California, se produce un terremoto de alrededor de 6 grados cada 22 años. Los sismólogos predijeron que en 1993 ocurriría uno pero este se presentó hasta 2004. Científicamente esto es un dato relativamente cercano, por lo que esta zona de California ha servido para importantes estudios sobre los terremotos y su comportamiento.

Buscando información sobre la falla de San Andrés, encontramos que: “es parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona que abarca más de 40 mil kilómetros de territorio con elevada actividad sísmica y volcánica. El cinturón o anillo de fuego se extiende desde Nueva Zelanda hasta Sudamérica, bordeando hacia el norte pasando por Japón, la fosa de las Auletianas y América del Norte y Central.
Muy cercana a la zona de la falla de San Andrés, se encuentra California, así como comunidades más pequeñas, que suman un promedio de 38 millones de personas. Un terremoto causado por movimientos tectónicos de las placas de la falla sería devastador, advierten los expertos. No obstante, se pide a la población que esté preparada para posibles temblores menores y frecuentes. De igual manera, las construcciones más modernas de edificios, puentes y carreteras se están realizando para resistir temblores y absorber ondas sísmicas. Realmente un sismo no puede anticiparse, pero es un hecho que San Andrés sigue vivo.
La amenaza que más preocupa a los geólogos proviene del lado sur. Los estudios del suelo indican que la parte norte se quebró en 1906 y la parte media hace 160 años, pero la parte sur mantiene a todos en alerta.El extremo sur tiene una actividad sísmica cada 150 años aproximadamente, pero han pasado cerca de 300 años sin registro de movimiento. Por lo tanto, la acumulación de energía que hay debajo podría ser devastadora una vez que se libere al exterior. De producirse un gran terremoto de más de 7 grados de magnitud en escala Richter, la población de Los Ángeles sería la más afectada, exponiendo al peligro mortal a por lo menos 2 mil personas. @