Mi vida, en manos de López Obrador

Este viernes, si todavía amanece, Marisela Barbosa estará cumpliendo 21 días en rigurosa huelga de hambre, en protesta por los altos cobros de la CFE. Aunque sueña con comerse una hamburguesa y acostarse en su cuarto con la mini-split encendida, advierte que no lo hará hasta que el presidente López Obrador se comprometa a resolver esta añeja problemática.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO, 1 de septiembre de 2023.- Ayer jueves 31 de agosto a las 12:00 del mediodía, Marisela Barbosa Trujillo, de 46 años, residente de la colonia México, cumplió 20 días en huelga de hambre en contra de los altos cobros de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Luego del ayuno total durante 3 semanas, el evidente deterioro en su salud se ve reflejado en su rostro, lacerado por los rayos del sol que le pegan de manera indirecta, como bocanadas de lumbre, mientras permanece al pie del Palacio Municipal.  

Y aunque había amenazado que dejaría también de tomar agua si no tenía alguna respuesta, la llamada que recibió de la subsecretaría de Gobierno de Sonora y la carta que el diputado federal Manuel Baldenebro presentó en la Presidencia de la República la hicieron reconsiderar esa decisión con tintes suicidas.

“Voy a seguir tomando agua y suero, como una manera de prolongar mi vida para ver si el presidente López Obrador se digna en voltear a verme…”, sentencia.

La condición para levantar la huelga de hambre y dejar de poner en riesgo su vida es que el presidente López Obrador se comprometa a analizar y resolver la añeja problemática de las altas tarifas eléctricas agravada por las temperaturas extremas de la región.

Alguien tendrá que informarle al presidente porque en las mañaneras de esta semana supuestamente no estaba enterado del serio problema de los “apagones” tanto en Mexicali como en San Luis Río Colorado, primero por la sobredemanda de energía eléctrica y luego por las afectaciones que dejó “Hilary”.

De manera general, Obrador se refirió al caso de Sonora, en especial a la capital Hermosillo donde se dispararon los cobros y ordenó que se realizara una rueda de prensa ex profeso para abordar el tema.

Con fecha del 29 de agosto, el diputado Manuel Baldenebro envió un oficio al presidente AMLO en donde le informa de la huelga de hambre iniciada por Marisela Barbosa y de las marchas de protesta que se están convocando para la próxima semana.

En la misiva, el Balde le solicita al presidente “su urgente intervención dado el incremento de 7 % a las tarifas de cobro establecidas por la Comisión Federal de Electricidad…y el incremento al subsidio federal de 700 millones otorgado a Sonora “dado que se está perjudicando gravemente a las familias y las actividades fundamentales, así como al sector productivo y, en mayor medida, a los grupos más vulnerables”.

Ejemplo

Sin querer queriendo, con su huelga de hambre Marisela Barbosa representa el sentir de miles de personas que se quejan por los altos cobros de la CFE, pero lo hacen desde sus casas refrigeradas.

Luego que ciudadanos mantienen tomadas las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en estación Guadalupe Victoria, mejor conocido como el Kilómetro 43, en el Valle de Mexicali, en redes sociales comenzaron a organizarse para hacer lo mismo en las oficinas de la paraestatal ubicadas por la Félix Contreras y 9 en esta ciudad.

Ayer por la mañana, Marisela amaneció con las tripas rugiendo, “son pocas las veces que me ha dado hambre”, afirma la activista con dotes de faquir, quien ha tenido que mentalizarse al estilo Kalimán para no estar pensando todo el día en comida.

“Me desperté con un dolor en el estómago, así como cuanto te levantas y tienes mucha hambre y te imaginas ‘ahorita voy a hacerme unos huevitos estrellados’. Gracias a Dios son pocas las veces que siento hambre”, asegura.

Al cumplir 20 días en huelga de hambre, los momentos más difíciles los pasó el lunes y martes de esta semana que la temperatura subió a 48 grados C “y yo sentí que era el infierno”.

Más que dejar de comer, el principal problema es que decidió hacerlo en la época más calurosa del año “y créanme, el calor no se compara con el hambre”.

Dicen que el hambre es canija y más quien se la aguanta y aunque no faltan los escépticos, Marisela dice que no hay manera que haya trampa y se esconda para comer, porque está a la vista de todos.

“De 7:00 a 3:20 pm me encuentras aquí afuera, como ves es un lugar abierto y cualquier persona que pase me podría sorprender, después de esa hora me voy al pasillo y ahí hay dos cámaras de vigilancia, ya hasta saben lo que duro en el baño”, comenta mientras se echa aire tibio con el abanico en la mano.

“A esas personas que dudan las invito a que se queden conmigo todo el día, aunque ellos sí coman, para que sepan que la huelga es real; ni un chicle me he metido a la boca”, sostiene.

Además de la respuesta de la CFE a sus escritos en donde le informan que es la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) la que fija el precio de las tarifas eléctricas, del estado le preguntaron que si una llamada del gobernador Alfonso Durazo y la creación de una mesa de trabajo en la que participe el director de la paraestatal, Manuel Bartlett, servirían para que se levantara.

“Esto le corresponde resolverlo al presidente, mi vida está en manos de López Obrador, así de sencillo. Se me hace extraño que del estado me hayan dicho ‘me enteré que existías después de 13 días sin comer’, ¿por qué el municipio no me hizo el paro?, pudieron haberles dicho ‘acá tengo una loca haciendo huelga que cree que la Constitución se debe respetar…’”, expone.   

“Respecto a la falta de apoyo de la gente, si por eso fuera a los dos días hubiera agarrado mis cosas y me regreso a mi casa. Trato de enfocarme en los que han venido a traerme agua, o que me traen hielo, trato de ser positiva”, suspira profundo.

“Ojalá que responda pronto López Obrador porque obvio que yo francamente sí me quiero ir a mi casa…”, admite con los ojos rasados por las lágrimas.

“Ya nomás pienso en dormir, me dice el doctor Pedro Torres que es por la debilidad”, menciona con los labios todos resecos.

Reincidente

Esta no es la primera vez que Marisela pone en riesgo su vida por un problema que afecta a toda la sociedad como son los altos cobros de la CFE.

Entre abril y mayo de 2017 permaneció durante 17 días en huelga de hambre frente al Palacio Municipal, ante la indiferencia del gobierno municipal encabezado a la postre por el panista Enrique Reina, el estado lo gobernaba la ex priista Claudia Pavlovich y en la presidencia robaba Peña Nieto.

No se le olvida el título de la nota publicada en Semanario CONTRASEÑA, firmada por la entonces reportera Bibiana García, cuando se tuvo que levantar sin conseguir su objetivo: “Huelga con sabor a derrota”.

-Ese fue el último clavo en mi ataúd- señala con el orgullo herido y un nudo en la garganta.

“En esa ocasión no me enojé, porque era la verdad, sí me tuve que levantar porque mi salud se comenzó a deteriorar, pero al menos expuse el problema aunque en el municipio también me ignoraron”, señala.

Con este antecedente, Marisela demuestra que su lucha es auténtica y que no está motivada por intereses políticos o partidistas. De hecho, es militante de Morena y sigue a López Obrador “desde que la izquierda no valía ni 5 centavos”.

“Hubieras visto las reuniones, era pura gente del pueblo, no como ahora que se llenó de oportunistas; íbamos a verlo a Hermosillo, a Mexicali, aquí al Benito Juárez, que se acuerde que éramos bien poquitos. Por eso no me han criticado, si no ya los tuviera a todos encima”, comenta.

-Si antes no ocurre algo malo, ¿cuando termines tu huelga de hambre qué es lo primero que harás?

-Ayyy, sueño con ese día. Lo primero que haría es ir al Carl´s Jr a comprar una hamburguesa, de ahí me iría a mi casa, para estar en la refrigeración y me acostaría en la cama para descansar. Pero todavía pienso ‘¿se la va a aventar el gobierno?, ¿me va a dejar morir..?’. @