El crimen de Samy Gallardo
Humberto Melgoza Vega
El crimen de Samuel Gallardo Castro, ocurrido la noche del pasado martes, llenó de luto al poblado Golfo de Santa Clara y parte de San Luis Río Colorado, en donde era harto conocido y querido.
Durante sus funerales, que se extendieron durante tres días, hasta su sepultura ayer por la tarde en el panteón del Golfo, campeó el duelo, la tristeza, en contraste con la música de banda y la presencia no solo de familiares y amigos sino además de sus colaboradores, quienes andaban armados, creando un ambiente de tensión ante la posibilidad de un nuevo ataque.
La procesión incluyó una parada en la iglesia, el paseo por la calle principal, incluido el trayecto al Machorro, por donde se encuentran algunos de sus negocios como el hotel San Antonio, el antro Cocodrilos y más recientemente hasta un negocio de table dance.
Más de mil personas acompañaron la procesión fúnebre de Samuel Gallardo, incluidos algunos amigos que vinieron ex profeso para darle el último adiós de estados como Sinaloa, Jalisco y Nayarit.
Al momento de su muerte, el Samy Gallardo se encontraba semi-retirado del negocio del narcotráfico, actividad que compaginó durante largos años a su actividad primaria como pescador, como presidente que era de la cooperativa Alto Golfo.
Encargado de la plaza del Golfo de Santa Clara, con buenas relaciones con los altos mandos de la gente de Sinaloa, de donde llegaban los cargamentos de droga, principalmente mariguana, por la vía marítima, Gallardo siempre se distinguió por manejar un bajo perfil, para no llamar innecesariamente la atención de las autoridades.
Los sicarios llegaron hasta el Golfo de Santa Clara con la única misión de asesinar a Samuel Gallardo Castro. Envidia, traición, reacomodo o ajuste de cuentas entre la mafia sinalo-sonorense, las posibles hipótesis.
Ese bajo perfil no le bastó para evitar convertirse en uno de los principales objetivos del general Raúl Güereca Valenzuela, quien estuvo al frente de la Guarnición Militar de San Luis Río Colorado durante dos años a partir de 2010.
El del general Güereca contra Samuel Gallardo era un “tiro cantado”. En repetidas ocasiones el alto mando castrense declaró a los medios de comunicación que no pararía hasta echarle el guante al conocido residente golfeño, a quien señalaba como el responsable del trasiego de droga en el apacible destino turístico.
Durante la estancia del general en la plaza, a la vez que el Samy suspendía todo tipo de actividades y se movía de ciudad, ya fuera a Puerto Peñasco, a Ensenada y hasta Baja California Sur, para enfriar la situación, Güereca la emprendió contra algunos periodistas sanluisinos, a quienes les “reventó” los domicilios sin la respectiva orden de cateo tan solo por presumir su relación con el residente de Santa Clara.
En mayo de 2011, personal militar junto con policías municipales detuvieron en calles del Golfo de Santa Clara al joven Yovani Gallardo Assaf con un cargamento de poco más de una tonelada de mariguana.
De acuerdo a la información divulgada en su momento por la milicia, Yovani dijo ser sobrino y colaborador de Samuel Gallardo, por lo que a él se le atribuyó la propiedad del cargamento del enervante.
Con todo y su actividad paralela a la de pescador y empresario, el hoy occiso gozaba de la simpatía y amistad de los pobladores así como de políticos priistas y panistas. En el poblado era apreciado por su labor altruista, de apoyo a los más necesitados y más que nada por su don de gentes, persona tranquila y bonachona, nunca propenso a la violencia.
El crimen
La tarde-noche del pasado martes, Samuel Gallardo Castro transitaba tranquilamente por las calles del Golfo, acompañado de su hija y de su pequeño nieto, cuando fue interceptado por unos sujetos quienes viajaban en una Jeep Cherokee de color oscuro, quienes lo abalearon con un arma corta, calibre 9 mm.
Herido de gravedad, su hija y nieto resultaron sin ningún rasguño, tan solo el shock por la artera agresión, y ante la carencia de una ambulancia en el poblado, Samuel fue trasladado de emergencia a esta ciudad en un vehículo particular del líder cooperativista Carlos Tirado, quien se quedó ponchado a medio camino, por unos fierros que se encontró en el trayecto.
Escoltado por algunos de sus asociados del poblado, previendo un nuevo ataque de los agresores durante el trayecto, el herido fue recogido por una ambulancia que acudió a su encuentro y lo trasladó al Centro Médico del Noroeste en donde finalmente falleció a causa de las heridas producidas por el arma de fuego.
La noticia del mortal ataque contra Samuel Gallardo se propagó de inmediato –al fin miembro de una familia muy conocida y respetada entre la comunidad golfeña y sanluisina– y la pregunta que flotaba en el ambiente era cuál habría sido el motivo que originó su fatal desenlace.
Sin ninguna pista clara, las autoridades nunca investigan este tipo de crímenes, las especulaciones apuntaban hacia ejecutores de Puerto Peñasco o de Sonoyta, ya fuera por algún adeudo o como una abrupta manera de terminar con su reinado en la plaza. @