Al 100 con Los Tigres del Norte
Sanluisinos citados a partir de las 19:00 horas con la idea de que ya encontrarían todo montado, desde músicos interpretando sus melodías como presentadores entreteniendo a la audiencia, como hacedores de raspados refrescando al público, tristeza encontraron al ver que madrugaron en vano, ya que ni el escenario estaba completamente instalado, ni las carpas de venta de souvenirs estaban satisfaciendo el gusto de los locales, ni las camisetas blancas con el “75” en medio eran entregadas a los presentes. Igual ahí se encontraban ya con sillas playeras señoras de edad avanzada, quienes lucían una cara de anhelo por escuchar “La puerta negra”, madres de familia se paseaban por la explanada del bosque acompañados de la mano de sus pequeños, hombres con sombreros y botas vaqueras quienes caminaban de par en par buscando algún establecimiento donde pudieran encontrar un poco de alcohol para saciar la sed que les ocasionaba el sol de los poco más de 40 grados centígrados, jóvenes que portaban orgullosos la playera de la selección, pues México acababa de vencer a Camerún, y rockeros admiradores de la cultura regional fronteriza lucían jerseys de Led Zeppelin como también de Pink Floyd.
Los Tigres del Norte, Los jefes de jefes, pioneros de los narcocorridos y la música norteña, se presentaron con éxito en el Bosque de la Ciudad para festejar el 75 aniversario de San Luis, ante aproximadamente unas 13 mil personas, quienes corearon y bailaron sus canciones hasta el cansancio.
Los organizadores del evento -un grupo integrado por los miembros del 26 ayuntamiento-, en donde destacaba tanto el director de Comunicación social como la directora del Centro Cultural se encontraban nerviosos pues veían que el sol moría pero la gente nada más no aparecía, y que la reina de la feria ni su corona lucía…
La gente VIP
“¿Y esa corona qué hace ahí arriba?”, se cuestionó un hombre con sombrero color caqui quien miraba directamente hacia lo alto en dirección al teatro del pueblo. “Es la reina de la feria”, le contestaron. “Sí, ya sé. Uuy, su majestad…”. Separados de todos, inclusive por un muro de ladrillos y un cerco de alambre, los organizadores del evento decidieron concentrar a la Very Important People (VIP) con su área repleta de cerveza gratuita, aguas y sodas frescas como también de antojitos mexicanos, sopes, tacos dorados, flautas, quesadillas y demás bocadillos. Algunos presentes, quienes observaron la ‘separación’ y/o ‘distinción’ que hicieron los organizadores, manifestaron “sí, se pasan de lanza, no que muy pueblo… pero pues, igual, yo también lo haría”. Los Tigres nomás no aparecían y Contacto Armado -el grupo encargado en mantener a la audiencia tranquila mientras llegaban los jefes de jefes- , estaba por concluir su repertorio musical.
Con un celular en mano que apuntaba en dirección a su oído derecho, una aglomeración de gente que apenas raspaba las 8 mil personas, una de las encargadas de la logística del evento, gritó por ahí de las 22:00 horas “me acaban de decir que van pasando el México 70” y cerca de 18 minutos después, una camioneta blanca Toyota llegaría escoltada por unas cinco patrullas municipales. De pronto, el representante del grupo que ha sido homenajeado por músicos como Molotov, Julieta Venegas, Ely Guerra, Maldita Vecindad, Botellita de Jerez, Andrés Calamaro, Zack de la Rocha, Diego Torres, Calle 13, Juanes, Café Tacuba y Gustavo Santaolalla, bajó de la camioneta y pidió hablar con los reporteros a quienes les suplicó paciencia: “No habrá entrevista, andamos un poco apresurados, llegamos muy tarde, pero tanda de fotografías sí habrá…”, mientras los presentadores conducían el evento, sus micrófonos fueron apagados debido al soundcheck, inmediatamente los acordeones, los bajo sextos, el saxofón y el bajo de los Tigres del Norte se instalaron en el escenario para dar como iniciada la ola de aplausos por los asistentes.
“Voy a cantar un corrido, escuchen muy bien mis compas…”
“Les presentamos a los únicos, a los originales, a los inigualables, Los Tigres del Norte…” gritaron por turno los dos presentadores que se encontraban frente a los poco más de 12 mil asistentes -número que ascendía al paso en que lo Tigres se acercaban al escenario-, de pronto la gente realizó una ovación cuando se dio cuenta que un humo salía del suelo del escenario y con ello los Jefes de Jefes quienes portaban un saco blanco brilloso y sus característicos instrumentos ‘atigrados’ entraban tocando “La reina del sur”… sin pensarlo mucho, los asistentes comenzaron a bailar al son de la música, pegadas a la valla divisoria se encontraban las señoras de más de 60 años quienes llevaban consigo fotografías de los Tigres. Al término de la primera canción los afamados Tigres del Norte, preguntaron al público que si qué canciones deseaban escuchar, para lo que se hizo sonar a lo alto del bosque de la ciudad “La puerta negra”, respuesta inmediata por parte del conjunto norteño quien se encargó de complacer al público sanluisino.
Parados arriba en el escenario, en el espacio que se les da a los medios de comunicación para fotografiar a los Tigres de cerca, se podía ver a toda clase de asistentes, desde rockeros, hasta norteños, personas de edades avanzadas como jóvenes, eso sí, los ‘intelectuales’ lucían por su ausencia, pues manifestaron que “los Tigres los puedo ver donde sea, ni que fueran quién”, pese a los 20 años que tenían sin pisar ésta ciudad y pese a la gran trayectoria musical y al gran apoyo que realiza la agrupación norteña que cobra cerca de 300 mil dólares por presentación -3 millones 630 mil pesos- en pro de la cultura regional fronteriza con su Fundación Los Tigres del Norte (FLTDN).
Asimismo, actualmente los Tigres del Norte se encuentran realizando el festival musical Somos América, el cual se indica que se realizará alrededor de toda la república pero qué comenzará en la ciudad fronteriza de Tijuana, en donde compartirán escenario tanto con Julieta Venegas, Enjambre, Molotov, Café Tacuba, Maldita Vecindad, Zurdok, entre otros.
Con 46 años de trayectoria, Jorge Hernández (acordeón y vocalista), Hernán Hernández (bajo eléctrico y voz), Eduardo Hernández (acordeón, saxofón, bajosexto y voz), Luis Hernández (bajosexto y voz), Óscar Lara (batería) presentaron a los festejados sanluisinos su selección musical de entre su repertorio que incluye 55 discos grabados y un aproximado de 700 temas: Contrabando y Traición, Golpes en el Corazón, La Mesa del Rincón, La Banda del Carro Rojo, Jefe de Jefes, La granja, Pedro y Pablo, La Jaula de Oro, Tres Veces Mojado, Buena Suerte, Cuestión olvidada.
Pese a que la misma audiencia les pedían a gritos la canción de “El Circo” (canción que habla de Carlos Salinas y Raúl Salinas), los Tigres ignoraban la petición, pero eso sí, “La granja” no pudo faltar. Antes de que dieran las 12:00 de la media noche los aclamados defensores del narcocorrido -decente- y rechazadores del ‘movimiento alterado’, agradecieron al alcalde por haberlos convocado, situación que ocasionó un ligero desaire entre muchos de los asistentes quienes iban para corear las canciones y no a recibir cátedras políticas. Justo cuando el reloj marcó el día siguiente, los Tigres le cantaron las mañanitas a la ciudad, misma que fue seguida por los asistentes quienes agarrados de sus parejas demostraron el cariño por su ciudad y por sus Tigres.
Debajo del escenario, donde los VIP no se encontraban rondando, estaban las típicas madres que llevan a sus niños a los conciertos masivos, en donde los pequeños por no quererse alejar del barullo optaban por orinar entre las personas y/o dormirse en el piso, mientras sus padres bailaban al ritmo de “La manzanita”.
El concierto comenzó alrededor de las 23:25, para ser cerrado a las 02:00 horas con América, canción pedida por todos los asistentes quienes deseaban que algún milagro trajera desde Puerto Rico a René de Calle 13 y la cantará junto con los afamados Tigres. Después de culminar la canción los Tigres se despidieron de la audiencia y agradecieron la entrega de los locales, apagaron sus instrumentos y se alejaron del escenario, para cuando menos se esperaban y algunas personas comenzaron a marcharse, el resto de los presentes comenzaron a exigir más música lo cual ocasionó que los norteños se levantaran en una sola pierna, estiraran los brazos mientras se retiraban el sombrero y cogieran sus instrumentos musicales con los cuales le brindaron a los sanluisinos media hora más de folclor norteño.@