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La clave de la información

Misterioso crimen enluta gremio médico sonorense

Bibiana García Garza

pasante 01 El Réquiem de Mozart fue una de las últimas melodías que irónicamente escuchara Conchita –como le decían su familia, amigos y colegas-, según publicó en su muro Facebook unos días antes de ser privada de la vida por el chico con quien realizaba su servicio social de medicina en una comunidad rural de Sonora, y con quien compartía una relación sentimental.

La joven María Concepción de la Torre Martínez Escobar de 31 años de edad era egresada de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y desapareció el viernes 13 de junio, luego de que se dirigiera a la comunidad rural de Soyopa, Sonora, a cumplir con sus deberes profesionales.

El cuerpo de la víctima fue encontrado el sábado 14 en la cajuela de su automóvil, que se hallaba abandonado a la altura del Kilómetro 156 de la carretera Hermosillo-Sahuaripa, en el tramo que se encuentra entre el Novillo y El Gorrión.

Al darse a conocer la noticia, compañeros del gremio, familiares y amigos de la joven plagaron las redes sociales con la imagen del moño negro y la leyenda “Ni un pasante más”, mientras expresaban muestras de solidaridad e indignación por el hecho.

El suceso también causó pánico entre muchos de los compañeros del servicio social de medicina de la joven y otros médicos pasantes de Sayopa, El Novillo y de las diferentes comunidades rurales del estado, quienes desde hace tiempo han denunciado que laboran en un entorno de inseguridad, principalmente a causa de la presencia de diversos grupos del crimen organizado que demandan servicios médicos a base de intimidaciones.

Según trascendió en un principio, todo apuntaba a que el crimen tenía que ver con supuestas amenazas que dos semanas atrás habría recibido la doctora De la Torre por no haber atendido a una paciente que falleció por afecciones cardiacas.

 A pesar de que en un principio se creyó que el crimen de la joven pasante de medicina en una comunidad rural de Sonora había tenido que ver con las condiciones de inseguridad en las que laboran muchos estudiantes de medicina en esta y otras entidades del país, al final se descubrió que fue el resultado de una relación sentimental tormentosa, aunque los familiares del asesino confeso todavía se resisten a creerlo y alegan que le obligaron a declararse culpable

A raíz de esas especulaciones, se intensificaron las campañas y consignas por parte de los pasantes de medicina que hacen su servicio social en la zona rural de Sonora, que inclusive amenazaron con un paro laboral hasta que la Secretaría de Salud les garantizara un entorno seguro para desempeñar sus funciones.

Para el sábado 14 de junio, agentes de la Policía Estatal Investigadora (PEI) revelaron que la mujer fue encontrada sin vida a la 1:50 de la madrugada, esto luego de recibir el reporte de que en el sitio se hallaba un vehículo Volkswagen Pointer color gris abandonado con las luces prendidas.

Al llegar al lugar de los hechos, agentes del Ministerio Público del Fuero Común y personal de Servicios Periciales de la PGJE determinaron que la víctima no presentaba, a simple vista, heridas ni de arma blanca, ni de fuego, y que tenía varias horas de haber fallecido, por lo que la trasladaron para realizar la autopsia de ley y establecer las causas del deceso.

pasante 02En tanto, se informó, la PEI se avocó a las indagatorias correspondientes para dar con los responsables, quienes fueron presentados desde el domingo 15 de junio, día que se determinó que las causas de la muerte fueron estrangulamiento, y que posteriormente se le inyectó una sustancia para dar la impresión de que se trató de un suicidio.

La versión oficial 

Al día siguiente, el fiscal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) presentó a los dos hombres que se declararon culpables y explicó que en contubernio asesinaron a la joven y que al principio buscaron que todo pareciera como que ella se quitó la vida.

En rueda de prensa, Carlos Alberto Navarro Sugich informó que el crimen es considerado por las autoridades como un feminicidio de tipo pasional, e identificó al asesino como Carlos Armando Meza López de 27 años de edad, oriundo de Mexicali, Baja California, y pareja sentimental de la víctima.

El novio tuvo como cómplice a Manuel Trujillo Gámez de 33 años de edad, nacido en Hermosillo, Sonora, precisó, lo que asentaron en la declaración ministerial donde confesaron que entre los dos planearon matar a la joven, “… con quien Carlos Armando tenía una relación sentimental, y habían tenido por cierto una relación bastante turbulenta”, agregó.

En la reconstrucción de los hechos, relató que el viernes 13 por la tarde tanto Carlos Armando como Manuel Trujillo llegaron a Sayopa, y que fue en el domicilio de la víctima en donde se perpetraron los hechos para después salir huyendo con el cadáver con el fin de deshacerse de él.

Indicó que, primero, Meza López discutió con la joven al interior del domicilio poco antes de privarla de la vida y que, posteriormente, con la ayuda del cómplice que más tarde apareció en la escena, le inyectó un medicamento a la víctima para que diera la impresión de que se había suicidado.

Minutos más tarde condujeron el vehículo de la occisa a despoblado para arrojar el cuerpo al barranco, aunque al final solamente lo dejaron ahí y se retiraron del lugar, abundó Navarro Sugich.

Para el martes 17, Carlos Meza y Manuel Trujillo fueron consignados ante un Juez de Ramo Penal, ingresados al Cereso No. 1 de Hermosillo, y actualmente se encuentran a disposición de la autoridad federal para responder por el delito, por el que podrían alcanzar de 30 a 60 años de prisión.

“Eres inocente y pelearé por ti” 

pasante jun 20Mientras los familiares y amigos de María Concepción lloraban su pérdida entre la incredulidad, el dolor, el coraje y la resignación, también la familia de Carlos Armando Meza empezó a vivir su propio infierno.

Y es que a pesar de que el joven confesó el crimen en su declaración ministerial, como lo informaron las autoridades de Sonora, sus padres, hermanos y amigos, residentes del vecino poblado de Ciudad Morelos “Cuervos”, Baja California, sostenían que era inocente y dudaron de la veracidad de esas declaraciones.

“Eres inocente y pelearé por ti”, publicaba en su cuenta de Facebook su hermana Karla Meza, quien denunció que durante las primeras horas de su detención no les fue posible entablar comunicación con él, ni tampoco al abogado.

En tanto, impulsaban ya toda una campaña a través de las redes sociales y en el poblado entre sus conocidos y amigos para colectar firmas o pruebas que de alguna manera demostraran que el joven no hubiera sido capaz de cometer tal crimen y que solo confesó porque fue torturado.

De acuerdo a uno de los familiares del joven, también solicitaron la presencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), aunque según mencionaron, nunca salieron a ofrecer información sobre el detenido.

Más tarde, la hermana confirmó que el padre fue el único que logró tener contacto con él y que sí le dijo que en efecto él era el culpable, aunque como lo encontró golpeado, siguieron con la teoría que se trató de una confesión forzada que fue declarada, además, sin la asesoría de un abogado.

“… mi padre ya vio a mi hermano y habló con él, golpeado, con un ministerial a un lado, el personal de Derechos Humanos entraron pero no salieron a hablar con la familia, el abogado sin poder entrar. Soy una ignorante del derecho, las leyes y las garantías, pero tengo entendido que hasta el peor criminal le dan la oportunidad de defenderse”, expresa Karla Meza en su muro de Facebook.

La coartada perfecta

Antes de obtener la confesión de Carlos Meza, el móvil del asesinato no apuntaba a un crimen pasional, sino a una supuesta venganza perpetrada por familiares de una señora que no pudo ser atendida porque la doctora Ma. Concepción de la Torre se encontraba ausente y, era “la mamá del patrón”.

Esto en el contexto de que desde hace tiempo que los estudiantes y pasantes de medicina han denunciado que al ejercer su labor quedan expuestos a la ira de familias y grupos del crimen organizado que operan en las regiones rurales y fronterizas, además de no contar con las condiciones de infraestructura básica para la atención de pacientes, ni el suficiente abasto de medicamento.

El hermano de la víctima, Jesús de la Torre reveló ante los medios de comunicación que desde finales del mes de mayo Carlos Armando había preparado su coartada con el fin de desviar la atención del caso y que se vinculara con personas que se dedican al narcotráfico.

La primera versión de los hechos fue que la doctora De la Torre fue asesinada en venganza por no haber atendido a una paciente que falleció por afecciones cardiacas dos semanas antes al crimen.

Sin embargo, Jesús de la Torre Martínez explicó que en la última semana de mayo el asesino le dijo a su hermana que estaba enfermo y pidió que lo trasladara y acompañara a la ciudad de Hermosillo, curiosamente el mismo día en el que llegó la supuesta paciente al Centro de Salud de Soyopa a atenderse.

Luego de percatarse de que Carlos Meza no padecía de ninguna enfermedad, ambos regresaron a sus labores a El Novillo y Soyopa, indicó.

Unos días más tarde, el novio le informó a María Concepción que se enteró de que una familia la había amenazado porque no estuvo presente para atender a la supuesta “madre del patrón”, una situación que fue inventada por él mismo para contar con una coartada y deslindarse del crimen, asegura el hermano.

Con ello, la familia de la víctima sostiene que le fue posible inspirar miedo a la joven y que además planeó el asesinato con mucho tiempo de anticipación.

Asimismo, el día en que sucedieron los hechos Carlos Armando no acompañó a la chica a Sayopa, como acostumbraba pues dijo que viajaría a Santa Ana a encontrarse con su papá e intercambiar carros.

La verdad se descubrió más tarde, indicó Jesús de la Torre, incluso luego del día sábado 14, en que el novio de su hermana se había declarado inocente.

Y es que un círculo de amigos cercanos de Conchita decidieron contactar a la familia para enseñarles algunos mensajes en los que ella les hablaba de los detalles íntimos de su relación con Carlos Meza, mismos que les describía como muy violentos.

En mensajes y conversaciones, la joven incluso menciona que se encerraba en el baño por miedo a su pareja, lo que bastó tanto a la familia como a las autoridades para atar cabos y conocer la verdadera naturaleza de la relación que llevaban, evidencias con las que más tarde se efectuó la detención de Carlos Meza, quien finalmente reconoció ser el autor material e intelectual del crimen, aunque los motivos específicos todavía se desconocen. @

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