Un Grito en el Bosque
Desde las 18:00 horas en el Bosque de la Ciudad se dieron cita para celebrar el Grito de Independencia anunciado como un evento completamente distinto puesto que cambiaron la sede de conmemoración de inicio de la independencia mexicana, esto debido a la remodelación del centro de la ciudad. Un cúmulo de poco más de 20 mil personas asistieron con ganas de gritar, bailar, comprar elotes con crema, mirar la tradicional quema del castillo, y proteger sus cabezas de los tapones de los cohetes que explotan en el cielo.
Con más de 100 puestos de comida distribuidos a lo largo de la explanada del Bosque de la Ciudad, los vendedores prepararon sus mejores recetas para ofrecerle a los asistentes toda variedad de antojitos mexicanos y aguas frescas: sopes, tamales, elotes, horchata, cebada, jamaica, y los cada vez más tradicionales tostitos locos.
Antes de dar inicio al protocolo del grito de Independencia, el cual consta de que el Ejército Mexicano pase la bandera nacional al alcalde y él la ondee con firmeza y con voz enérgica grite e incentive la exclamación del “vivan todos los héroes que nos dieron patria”, se presentó un elenco de talentos locales, en donde grupos como de rock pop de estudiantes como Imagine Band recordaron al astro del rock latino, Gustavo Cerati, Momentos Mágicos hizo que los presentes se sintieran viendo Disney Channel con su popurrí de canciones de películas infantiles, bailables, flamencos, tradicionales y folclóricos, a cargo de las distintas academias de danza locales, como Sol Azteca, Guelaguetza, y el jazz de conservatorio de Sonora Jazz.
De igual manera policías armados al estilo de granaderos con escudo y pasamontañas se encargaban de proteger el perímetro donde se encontraba el castillo de cohetes que pasadas las 23:00 horas estallaría, y arrojaría las pequeñas flamas a la gente, y también de esposar a algún jóvenes rapados y ropas largas a quienes examinaron y se los llevaron a la patrulla.
Mientras las personas caminaban y andaban por toda la explanada del bosque ondeando sus banderas mexicanas, luciendo tradicionales trajes de manta como de Adelitas, trenzas y un montón de colores, la oligarquía municipal tenía su reunión privada en el interior del irónicamente nombrado ‘teatro del pueblo’, lugar dónde a lo alto el alcalde a las 23:00 horas jaló la cuerda para hacer sonar la campana representante de la actividad que se dice que realizó Miguel Hidalgo para levantar al pueblo, precisamente del poder de unos cuantos.
Después del grito de independencia, de la quema del castillo y los “hurras” y “vivas”, un grupo de Ska Rock, conocidos como la Masakuata, tocaron canciones como la carencia de Panteón Rococo y Manuel Santillán de los Fabulosos Cadillacs, para después darle espacio a la banda SS que tocara la música sinaloense que tanto gusta a las masas.