La fórmula mortal

Las campañas sociales y de concientización por parte de las autoridades municipales, a raíz de los accidentes que han cobrado decenas de vidas, sobre todo de jóvenes, a causa de quienes conducen en estado de ebriedad se contrasta con una realidad social que se vive a diario, cada fin de semana, en cada antro, en cada crucero…

Bibiana García Garza

La adrenalina y la rebeldía inherente de la juventud, el gusto por las bebidas alcohólicas, inclusive entre los adolescentes, y el tener acceso a las llaves de un vehículo puede muchas veces convertirse en un coctel de potencial riesgo, innecesario sin duda, pero en muchos casos inevitable.

Esa fue parte del debate que surgió en redes sociales y entre la comunidad sanluisina luego del accidente de la madrugada del 1 de Abril en el que perdieron la vida tres jóvenes de 28, 25 y 19 años de edad, del cual solamente sobrevivió Alberto Valtierra de 23 años de edad.

Era apenas martes, la insoportable levedad de un martes por la noche, cuando Cristian Jesús León Vega y Alberto Valtierra decidieron salir con sus novias, Karla Alejandra Gálvez Zaragoza y Dileny Laritza Conde Sota, a pasar un rato en el Billar Siglo XXI.

Leve, tranquis, como luego dicen, las caguas´, el juego, la risa, el ambiente, la música en la rockolla, el que sigue, ´¿rayadas o lisas?´, rodaron un rato las bolas de billas, el alcohol seguía llegando, según se especula al tratar de reconstruir la escena de esa fatídica noche.

Al salir, pega el aire, nada importa, el alcohol desinhibe a niveles verdaderamente impresionantes, de por sí a los veinte, cuando la vida es fácil, cuando se tiene esa sensación de ser invencible, de poderse comer al mundo de un bocado, de vivir la vida al máximo porque sólo se vive una vez, todos lo hicimos alguna vez, opinan algunos con el afán de no juzgar las locuras de ´los morros´, “le pudo pasar a cualquiera”, comentan otros.

Las dos parejas salen del billar pasada la medianoche y traen “para seguirle”, el mañana no importa y quizás en esa idea Cristian Jesús tomó el volante y pisó el acelerador una vez que salió del estacionamiento, por la esquina del crucero de la Libertad tomando la calle Siete.

Algunos dijeron que iban jugando arrancones, lo cierto es que se levantó en poco tiempo la aguja del kilometraje del Inifity negro, modelo 2004, “rápido y furioso” rugió el motor, quemando la llanta, pasando el límite, el paso de la muerte, retándola.

Sin embargo, ese reto a la muerte fue uno que no pudieron ganar, un juego que terminó y en el que la muerte cobró su sangrienta comisión al instante de que el carro perdió el control impactándose en la guarnición del camellón, volteándose e impactándose contra un arbotante de alumbrado público y una palmera que fue casi arrancada por la fuerza del choque.

El único que logró sobrevivir, Alberto Valtierra, salió proyectado hacia el asfalto, lo que le fracturo las costillas y causó otras lesiones, terminó la diversión con un golpe abrupto hacia una realidad a la que nadie quisiera despertar.

Detrás de esas muertes, como en todos los casos, queda el dolor inconsolable de una madre, de un padre, de un hijo, de un hermano, de un tío, de un primo, o de un amigo, inclusive el impacto en la mente de todo aquel que les conoció por la manera en que personas tan jóvenes, con toda una vida por delante, perdida por una imprudencia.

Como muchos manifiestan, de esos errores mortales nadie está exento, o nadie lo estuvo alguna vez, por lo que hoy autoridades y gran parte de la sociedad se unen a un llamado a cambiar el rumbo, hacer conciencia y advertir consecuencias como la de este accidente, un exhorto a tomar responsabilidad por los actos propios y no repetir errores del pasado.

** No van a quitar el dedo del renglón **

En esa acción de concientización es en la que precisamente está basado el gobierno municipal en coordinación con la sociedad civil para emprender una campaña para advertirle a los jóvenes principalmente sobre los riesgos de conducir alcoholizados.

Desde hace dos semanas, dependencias como el Departamento de Atención a la Juventud (DAJ), así como Servicios Médicos, Seguridad Pública y Comunicación Social, se han abocado a buscar estrategias con el fin de reducir el alto índice de accidentes que se suscitan a causa de la combinación mortal del alcohol y el volante.

Esta semana, con la ayuda de empresarios y gerentes de centros nocturnos y cervecerías en la localidad, se han visitado varios antros para informar a los asistentes sobre los efectos del alcohol y, en este caso, cómo pueden afectar la visión y distorsionar el panorama, principalmente al momento de conducir un vehículo motorizado.

Para dar una muestra de ello, los voluntarios de la campaña invitan a la gente a usar lentes de “visión periférica” para que a perspectiva se den cuenta de cómo la ingesta excesiva de alcohol puede afectar la visión y los sentidos antes de que ingresen al centro nocturno.

De esa manera, se espera que se designe a algún conductor designado, como se ha propuesto con antelación, o bien, que se pida ayuda a alguien para conducir el vehículo, así como se solicite en todo caso la asistencia de una unidad de taxi para llegar a casa seguro y también evitar ser un peligro potencial para otras personas.

Estos lentes simuladores tienen la característica   de que replican la cantidad de alcohol que pudiera haber consumido la persona.

 

La persona  a quien se le colocan los lentes simuladores, experimenta los efectos del alcohol, ya que la principal característica es que son para percatarse de la visión en túnel que muestra los efectos cuando por la ingesta de alcohol, se va perdiendo  gradualmente la visibilidad periférica, de tal manera que cada vez aumenta la posibilidad de riesgo de provocar algún accidente vial.

 

Estas actividades se mantendrán durante los subsecuentes fines de semana con el mismo objetivo de promover la responsabilidad y la seguridad de la comunidad para no repetir tragedias que arrancan sueños y solo dejan dolor y arrepentimiento a su paso. @