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El Eslabón Perdido / El arte de la especulación

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Humberto Melgoza Vega

En espera de la invitación de manera formal, ya nos dijeron que estamos en la lista de colados, la próxima semana nos trasladaremos a la capital del estado para ser testigos del histórico evento en donde por primera vez una mujer rendirá protesta como gobernadora de Sonora, su nombre es Claudia Pavlovich Arellano y es priista.

Ya hace seis años asistimos a otro evento que también fue considerado como inédito, en ese entonces la llegada del primer gobernador emanado de un partido distinto al PRI, en este caso Guillermo Padrés Elías, enarbolado bajo la bandera del Partido Acción Nacional (PAN).

Aunque ya sabemos que esta historia que inició con una enorme ilusión y grandes expectativas terminó de manera abrupta, porque sus funcionarios ejercieron todo el sexenio el “año de Hidalgo”, nadie les quita que hayan sido los primeros en algo, aunque desaprovecharon la oportunidad para trascender de manera positiva.

Con la llegada del nuevo gobierno estatal serán varios los sanluisinos que se quedarán desocupados, tanto los que se mudaron a la capital del estado como los delegados que fungen aquí en San Luis Río Colorado, algunos de esos talentos podrían ser rescatados por el próximo alcalde Enrique Reina, quien no se la acaba con las solicitudes y entrega de currículums de todo tipo de personas que sienten que se mueren si se quedan fuera del presupuesto.

Aunque hay mucha gente que no sabe hacer otra cosa que vivir de la burocracia, sin duda hay algunos talentos que podrían ser aprovechados en aras de conformar un gabinete que brinde desde el primer día resultados.

Enrique los conoce a todos y sabe de sus capacidades y debilidades, no debería echar en saco roto la posibilidad de aprovechar esa experiencia adquirida.

Con este modesto intento de columna no pretendemos recomendar a nadie ni dar línea, cada quien es responsable de sus actos, y aunque no acostumbro repartir cebollazos –las malas costumbres son las que se pegan– sí es justo reconocer que funcionarios como Christian Lardín o María Inés Pérez Esquer hicieron un trabajo sobresaliente que les fue reconocido en su momento por sus superiores jerárquicos, poniéndolos cada vez en puestos de mayor responsabilidad administrativa.

Ni qué decir de otros destacados sanluisinos como Agustín Blanco Loustaunau, eficiente director general del DIF Estatal, y de Edgardo Castillo Cota, dos jóvenes que regresan con la mejor de las experiencias, Agustín en el terreno administrativo y jurídico y el “Pato” en materia de estrategias de comunicación, maestría en imagen pública incluida.

También deberán regresar en calidad de agentes libres el abogado Víctor Delgado Zamudio y Genaro Soto Córdova, disciplinados y chambeadores.

Libre de compromisos, Enrique Reina está armando su gabinete a sus anchas. Como todos se fueron con la finta de la campaña a la gubernatura, elección que se perdió de manera estrepitosa, ahora que todos buscan refugiarse en la alcaldía nadie tendrá la obligación de aceptarlos, la mayoría de ellos con un desempeño más bien modesto.

En alguna ocasión ya alguien comentó que Enrique no piensa ratificar en su puesto a ninguno de los actuales funcionarios municipales, varios que ya estuvieron acompañándolo en su primera etapa como alcalde en el año 2000, como Adriana Lozano, de lo más rescatable de la actual administración, por su manejo ordenado de las finanzas, quien destaca por su labor junto con la síndico Nancy Ayala y el director del Oomapas, Erick Merino, que innovó algunos procesos y hasta se dio el lujo de remodelar el edificio.

Por salud pública, esperamos que sea falso el rumor de que pretende sostener en el cargo a su amigo Francisco Bustamante, director de la Policía Municipal, teniendo a la mano a tan buenos prospectos como Luis Alberto Campa Lastra y en un descuido hasta al emigrado Santiago Huízar Rubio.

Coordinador de la campaña que fue de Enrique, de quien además es íntimo amigo, Campa Lastra se puede dar el lujo de aspirar a un puesto menos complicado que el de Seguridad Pública como el Oomapas y hasta Obras Públicas donde ya estuvo una vez, al cabo que no es de los que le sacan “provecho” a la Comandancia pues corrupto no es.

A falta de nombres, en este ejercicio especulativo nos atrevemos a suponer que otros de los que estarán en la terna del Organismo Operador del Agua, el segundo cargo más importante después del de alcalde, que se maneja con presupuesto propio, serán otros de sus cercanos como Sergio Bohon y hasta Antonio Navarro, aunque éste último salió embroncado y hasta lo metieron un rato al bote por supuestos malos manejos junto con Alvaro Tapia en tiempos del doctor Figueroa.

Ojalá que el tremendo alcalde electo fuera más alivianado, que no le hiciera tanto al Magarret y soltara prenda de vez en cuando, para no andar inventando con el riesgo de ir a equivocarnos.

Por ejemplo en el caso de la Dirección de Comunicación Social, donde se manejan algunos nombres como el del mostachón Ramón Juárez, que ya ocupó ese cargo con el Chito Díaz; o el del niño reportero, Alberto Sánchez Mares, a quien en derecho le correspondería porque ha estado pegado en esa labor con Reina, aunque tampoco eso es garantía, si no pregúntenle al Raúl Berumen, y hay quien menciona incluso al Mayko Bojórquez, diseñador, chef, ferretero y vinatero. Pero tampoco podemos descartar sorpresas, ya ven lo que pasó con Leonardo Guillén…

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