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El Infiltrado / EPN, informe a medias

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Por Tito Capotito

Fueron los llamados de izquierda los que pugnaron por la no presencia en la Cámara de Diputados del Presidente de México en cada informe anual que se presenta por obligación legal y ahora son los mismos los que quieren ahora la comparecencia del titular del Ejecutivo en dicho recinto del Congreso de la Unión, así que no se les entiende.

Por lo tanto, el presidente Enrique Peña Nieto envió su tercer informe a la nueva Legislatura federal  vía  el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y al siguiente día presentó en Palacio Nacional comentarios del estado que según él guarda la nación y la administración que preside, ante lo más representativo del país y cuerpo diplomático extranjero, en que el mandatario reconoció factores que afectan la imagen y credibilidad, lo que debe reconocerse como una postura realista y sincera que otros presidentes no mencionaron siquiera, como la corrupción.

También acepta Peña el descrédito por la temeraria fuga del capo Joaquín el “Chapo” Guzmán Loera y acepta que ha influido en forma negativa el conflicto de intereses en que se vio involucrado por la compra de una residencia de descanso, junto con su esposa Angélica Rivera de Peña, aunque como era de esperarse y se sabe, fue liberada la pareja que habita en Los Pinos de cualquier  irregularidad.

Los informes presidenciales han sido por costumbre comparecencias optimistas del presidente en turno que solía ser el equivalente a un rey, aunque las condiciones en la realidad son otras a lo que nos pintan.

En cada sexenio aumenta el número de mexicanos en extrema pobreza y tanto que se habla de atención a este sector marginado en cuanta oportunidad tienen los gobernantes. En el actual no fue la excepción.

Que cada vez se apoya y toma más a los que nada tienen y todo les falta, cierto es, aunque sean alicientes para vivir con lo mínimo indispensable en materia de alimentación y salud.

Tiene que llegarse a pensionar a todo el que cumpla 65 años hasta que muera, para asegurarles la comida y lo básico.

La pérdida de valor del peso o alza del dólar se atribuye a “factores externos” pero nos parece que la causa principal es el desplome del precio del petróleo que propicia deje de ingresar la mayor parte de las divisas que capta el gobierno de la venta del hidrocarburo, lo que pone en serios aprietos la frágil economía “emergente” que tenemos, tanto que el propio gobierno se ve obligado a reducir su gasto que significa menos inversión y obra pública, entre otras cosas negativas.

Lo que sigue siendo un insulto para los mexicanos es el enorme presupuesto que se destina a lo electoral, lo que se hace llamar “impulso a la democracia” y el presidente del ahora Instituto Nacional Electoral así como los convenencieros consejeros, ignorando la necesidad de apretarse el cinturón no tuvo empacho en solicitar un incremento para el próximo año de los recursos que manejan “porque ahora tienen que entregar credenciales de elector en los Estados Unidos”.

Si lo van a hacer tan burocrático como sucede en México, no habrá dinero que les alcance.

Para empezar, eso de darles una millonada a cada partido político no debe de ser, es demasiado dinero, y lo que se paga en sueldos a los principales funcionarios del organismo encargado de organizar y llevar a cabo las elecciones, se sale de toda proporción.

Y ni esperanza que los legisladores (y las diputadas) den para atrás a los del INE y determinen reducirles el presupuesto que debería ser solo para los gastos de  la dependencia y cero pesos a los partidos.

No lo harán “nuestros representantes populares” porque iría en contra de sus intereses personales que predominantemente son económicos.

Casi imposible si por ejemplo el actual presidente de la Legislatura federal el perredista Jesús Zambrano es un vividor de la política,  era pobre cuando le entró a la actividad rojilla, nunca ha trabajado y cuando empezó a ser parte de puestos relevantes tanto en el partido como en la administración pública, se olvidó de ideología y lo que reclamaban para los mexicanos. Ahora es un mexicano millonario que saldrá con más dinero tras tres años de vida con abundancia.

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