Diálogo / Tolerancia y libertad en América Latina
[vc_row parallax=”” parallax_image=”” hide_border_bottom=”” dark_section=”” no_bottom_padding=””][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]
David Figueroa
En las últimas semanas se han suscitado hechos realmente trascendentales en países de América Latina que bien pudieran interpretarse de varias formas, pero hay un común denominador: el grito de libertad que da la vuelta al mundo y un declive de la política populista o izquierda radical.
En pocos días primero fue Argentina donde el candidato centro-derecha Mauricio Macri se impuso en la segunda vuelta contra el candidato oficial Daniel Scioli; en Brasil la Presidenta Dilma Rousselff fue sometida a un proceso de destitución acusada de maniobras fiscales irregulares.
Y este fin de semana en Venezuela el régimen chavista recibió un duro golpe al perder la mayoría en la Asamblea Nacional, y aunque el método electoral de ese país para traducir estos números aún puede voltear los resultados como sucedió en 2010, el grito de libertad se ha escuchado y en estos momentos le da la vuelta al mundo.
Además del primer mensaje que asoma de democratización o el golpe al sistema totalitarista en Venezuela, con todos los riesgos que los mexicanos bien sabemos conlleva un sistema democrático, hay otros mensajes importantes para América Latina que no se deben ignorar.
Por ejemplo, sistemas tan radicales como el que encabeza Nicolás Maduro donde se llegó a perder todo vínculo conlos valores de libertad y el respeto a la diversidad de ideas, terminó por asfixiar al pueblo, aún con el clientelismo político que los gobiernos populistas saben manejar.
La política impositiva no es el camino, a pesar de que la misma democracia trae otro tipo de problemas, el ciudadano prefiere lidiar con estos últimos a perder sus libertades esenciales.
Otro punto primordial es la participación ciudadana. Este fin de semana los venezolanos vivieron las elecciones más concurridas de su historia a pesar de la las intimidaciones por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
Amenazas, cárcel a los opositores, coacción a la libertad de prensa y de expresión, represión que dejó 43 muertes en mítines y manifestaciones, así como 75 prisioneros que se dicen políticos…no impidieron que los ciudadanos manifestaran su voluntad en las urnas.
Incluso 36 partidos políticos aparecieron en la boleta electoral para confundir a los votantes, muchos de ellos con siglas y colores muy similares al del partido opositor en Venezuela para intentar detener lo que ya era inminente.
En síntesis, hay mucho por aprender:
1. No hay sacrificios en vano, la tenacidad es el camino del éxito siempre, tarde lo que tarde en llegar. El que se cansa pierde.
2. América Latina se está pronunciando y va en la ruta de la libertad y la tolerancia, de la fortaleza emanada de la diversidad en un marco de respeto.
3. Luchas como la que han dado los venezolanos y la reacción de la oposición en el triunfo, su llamado a la cordura y de rechazo al odio y la confrontación, son las acciones que engrandecen a un país.
Sin duda los venezolanos son en este momento protagonistas del mundo, aún con sus 73 prisioneros políticos tras las rejas y un camino de espinas que apenas inicia, nos demuestran que sí es posible crecerse al castigo.
Romper cadenas e impulsar grandes transformaciones emanará siempre de una misma fuente: la participación ciudadana.
En cualquier ámbito, desde el personal hasta el sector público o privado la lección es no rendirse y remar aún contra corriente, pues como la gota que golpea la piedra constantemente, siempre termina por abrirse camino.
Finalmente la necesidad de tolerarnos unos a otros y erradicar posturas de odios, rencores o venganzas para ir por algo mayor es la mejor vía para evitar el estancamiento; para crecer y que cualquier sociedad se desarrolle a partir de la voluntad y el valor de sus ciudadanos para vencer inercias por imposibles que parezcan.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]