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La clave de la información

Deber cívico y sagrado: votar

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Por Germán Orozco Mora 

Antes del triunfo de Barack Obama como Presidente de

Estados Unidos, la revista Christianity Today (Oct., 2008) producida

por la Convención Evangélica internacional, citando a san Agustín ,

Padre y Doctor de la Iglesia Católica, Recordaba como “en el

pensamiento agustiniano, si nosotros disfrutamos de la Ciudad Humana, debemos asumir las obligaciones ciudadanas”.

La doctrina social cristiana católica y evangélica, consideran que Votar es una obligación cívica y sagrada. Algunos obispos católicos como Florencio Olvera Ochoa, de Cuernavaca, Morelos, exhortaba a los morelenses a no cometer “pecados electorales” (Proceso 1699, 24 de mayo de 2009).

Charles Colson se sintió sorprendido durante el proceso

electoral norteamericano 2008 por el número de cristianos que harían

a un lado la política porque no les gustan los candidatos me

quedaré en casa, algunos decían.

Colson y Morse, citando por ejemplo el libro del

Deuteronomio 1:12-13), consideran cómo este texto bíblico nos muestra

los principios democráticos directamente del Antigua Testamento),

como Samuel, tenemos la encomienda de escoger líderes políticos

competentes, virtuosos y de carácter. Entonces no votar o

despreciar candidatos porque no son perfectos en un sentido bíblico o

por su historial político es renunciar a nuestra realidad

verdadera.

En política “es preferible escoger a un musulmán

competente, que a un cristiano incompetente” anotan Colson y Morse,

en el número de octubre de 2008 de la citada revista evangélica.

Cientos de columnistas y politólogos en México refieren

por ejemplo el excesivo gasto de miles de millones de pesos que se

tiraron a la basura durante las campañas políticas como la de 2009 y

en cada proceso electoral. Mientras millones de mexicanos no tienen

qué comer, ni trabajo, ni casa, ni servicios de salud.

Es lo mismo en Estados Unidos, donde el 2008, los

diputados y senadores del Congreso tiraron a la basura más de 13.2

billones (miles de millones) de dólares apartados para pagar

discusiones y alegatos.

Tanto dinero que se invierte en las campañas electorales y aun así hay quienes promueven el no votar, o peor aún votar en

blanco. Pues mejor no votar y ya. Imagínese usted, invertir tiempo

y esfuerzo para votar en blanco . Pues mejor ni votar. “Sale más caro

el caldo que las habas”.

La Conferencia Episcopal Mexicana considera que es una

realidad que a pesar de las reformas electorales el gasto en las

campañas sigue siendo altísimo. La ciudadanía demanda campañas menos

costosas y un mayor compromiso de los partidos. Un país con índices

de pobreza como los que hay en México no puede permitirse el lujo de

hacer gastos excesivos en las campañas electorales. Esos recursos

podrían destinarse a impulsar el combate contra la pobreza y el

desarrollo social.

Los cristianos evangélicos norteamericanos, que comúnmente mantuvieron en el poder a los republicanos en 2008 prefirieron a Barack Obama, aunque de origen musulmán y no evangélico sí miembro de la Iglesia Cristiana Unida de la Trinidad  de los barrios pobres de Chicago, que a George Bush Jr. Que en la perspectiva “divina” y humana adolece de las virtudes morales

necesarias para un auténtico líder político social.

Compartimos con nuestros vecinos del Norte muchas

realidades. Ojalá que no solo nos afecten las crisis económicas,

sino también el entusiasmo político religioso confiado a Obama por

millones de creyentes. Cientos de miles de ellos, latinos, hispanos, cristianos y católicos. Hay que votar.

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