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El Eslabón Perdido – Claudia, la rebelde

[vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]Humberto Melgoza Vega

¿Cuáles habrán sido las motivaciones que incitaron a la gobernadora Claudia Pavlovich para que, de manera inusual, a través de una videograbación emplazara a la procuradora General de la República para que  le diera curso a las demandas contra los ex funcionarios del Nuevo Sonora y de ser posible, se les aplique todo el peso de la ley?

El primero de los motivos que se viene a la mente es una reacción ante la caída en desgracia de su padrino y mentor político, el polémico Manlio Fabio Beltrones, cuya cabeza rodó por órdenes de Los Pinos luego de los resultados desfavorables obtenidos en las elecciones del 5 de junio pasado.

Aunque Beltrones presentó su renuncia, como una manera de darle oportunidad para que llegue un nuevo liderazgo que interprete y le dé cauce a la inconformidad manifestada en las urnas, lo cierto es que la molestia del presidente Peña Nieto tuvo sus efectos y el hilo se rompió por el lado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

En su dimisión, Beltrones se llevó de paso y aprovechó para culpar a algunos de los gobernadores del PRI, quienes guardan una pésima imagen entre la sociedad, y a las “reformas estructurales”, que a la fecha han causado más perjuicios que beneficios al país, tanto la económica, la energética y la educativa, que ya derivó en violencia, muertos e ingobernabilidad.

El Beltrones que siempre se ha jactado de su institucionalidad, salió despotricando contra los gobernadores, algunos verdaderamente impresentables como los Duarte de Veracruz y de Chihuahua –al lado de ellos Padrés es una blanca paloma–, y de paso le atizó a las reformas que aún no presentan resultados, las bondades que han prometido pero que no se ven por ningún lado.

La gobernadora, además de “rebelarse” a la federación, emanada de su mismo partido, en solidaridad con su padrino político, aprovecha de paso para frenar la euforia desatada por los panistas, quienes echaron las campanas al vuelo, presumieron que estaban en camino de regreso a Los Pinos, lo que blindaría al ex gobernador Padrés de posibles actuaciones legales en su contra.

El atrevido lance de la gobernadora la hizo ver como una mujer de armas tomar, que se enfrenta a la federación, emanada de su propio partido, y que exige la aplicación de la ley en contra de quienes están acusados de provocar un quebranto económico a las finanzas públicas del estado –corruptos, bandidos y ladrones, como los llama la prensa “maiceada” de la capital y sur del estado.

Forzada en buena medida por una sociedad que se siente agraviada, que no entiende realmente la magnitud del abuso, pero que se deja manipular por los medios y se va con la inercia que se genera en las redes sociales, Claudia Pavlovich le recordó a la procuradora Arely Gómez que ya pasó un año desde que se presentaron las primeras denuncias, aunque la gobernadora tomó posesión oficialmente desde el 13 de septiembre pasado.

¿Con qué cuentas les va a salir  la gobernadora a los sonorenses si se llega septiembre y no ha podido meter a la cárcel a ninguno de los peces gordos del padrecismo?

Hasta ahora, al único que mantienen en la cárcel es a un pez de río mediano, el ex secretario de Comunicación Social, cuyo principal pecado fue el de no ser militante panista, de haber afectado los intereses económicos de algunos comunicadores que se dicen influyentes y que se prestaron para la venganza, y en especial, de haberse enamorado y casado con una mujer que tenía compromiso.

La gobernadora, autoerigida como paladina de la justicia, enemiga acérrima de la corrupción y de la impunidad, está quemando este cartucho con el afán de meter presión al gobierno de la República –con el que guarda una excelente relación–, de quedar bien con un importante sector de los sonorenses, prácticamente la mitad de la población que quiere ver que se castigue a quienes se hicieron ricos a costillas del gobierno, porque se percibe el ánimo de Peña y su equipo cercano de negociar algunos favores, en aras de mantener la estabilidad política del país.

En medio de todo esto, la irrupción de Diego Fernández de Cevallos, quien defendió públicamente a Padrés, le vino a poner un ingrediente adicional, por el peso específico que tiene el polémico abogado, además de su sabida amistad, por no decirle complicidad, con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, siniestro personaje que sigue moviendo los hilos de la política al más alto nivel en este país.

El desplante de la gober fue bien visto y aplaudido por legisladores, líderes de agrupaciones empresariales y sociedad en general, quienes reconocen en Claudia a una mujer entrona, que tiene carácter y que no se deja fácilmente intimidar por un panismo atrincherado que cierra filas y se tapa con la misma cobija.

A la luz de los recientes acontecimientos, a estas alturas ¿quién garantiza que Guillermo Padrés vaya a pisar la cárcel por alguno de los tantos delitos que se le achacan, con ex gobernadores como Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, con órdenes de aprehensión, señalados por la DEA de proteger a los Zetas, y que andan tan campantes?

Se aceptan apuestas.l

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