Diálogo – “En carne propia”…cuestión de percepción
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David Figueroa
La promulgación del Sistema Nacional Anticorrupción era el momento justo -aunque ya lo había hecho veladamente en otras ocasiones-. El Presidente de México pidió perdón a los ciudadanos por aprovechar su influencia y poder para beneficio propio en la compra de la famosa ‘casa blanca’ de su esposa.
Palabras más palabras menos aseguró que “en carne propia” sintió la irritación de los mexicanos y calificó este asunto como ‘un error’.
Lo cual indica que entonces lo que sintió no es lo mismo que sentimos los ciudadanos cuando un funcionario, de cualquier nivel, comete actos como este.
Pero dicen que la intención cuenta y aquí lo relevante del caso es que el ciudadano presiona y está orillando al Presidente a decir cosas como estas aunque tal vez diste de sentirlas.
Sin embargo, el camino desconocido o incierto al que nuestro país debe transitar para llegar a los hechos y que los ‘errores’ de corrupción, de tráfico de influencias y daño al erario público entre otros, se transformen en delitos juzgados y castigados en tribunales, aún no ha comenzado.
El Presidente Enrique Peña Nieto intenta en una clara estrategia rumbo al cierre de su gestión cambiar percepciones y precisamente ese fue el motivo de sus palabras; los servidores públicos también son responsables de la percepción que generan con sus actos dijo.
Por eso quizá también el INEGI cambió la metodología para medir la pobreza en nuestro país, pues con el método que tradicionalmente lo hacía y lo ha hecho siempre se baja el cero y no toca. No dan los números por más que se estiren para disminuir los índices de pobres en México.
Es importante reducir la pobreza, pero si se reduce también la percepción -y eso es más fácil y rápido- mejor. Eso sí que ayudaría el 2018 al partido en el gobierno.
Por supuesto la reacción fue contundente, igual que en el caso de la ‘casa blanca’ en su momento; 60 Organizaciones No Gubernamentales se manifestaron en contra de este cambio metodológico con un fuerte mensaje: “la pobreza no se puede borrar por decreto”.
Desde 2015 el INEGI trabajaba en este proyecto pero hasta el viernes pasado anunció de manera unilateral, pues es autónomo, la nueva forma en que se dará lectura a las respuestas de los más pobres sobre sus ingresos.
El motivo que da el Instituto es que los mexicanos más pobres, además son mentirosos y no responden con la verdad sobre lo que ganan y gastan, por eso hará una ecuación para ajustarla a la “realidad’.
Mantendrá el diseño conceptual y estadístico de siempre, pero con “acciones instrumentadas para mejorar la captación del ingreso en campo”, es decir para interpretar mejor las respuestas de las familias pobres y corregir lo que dicen por ‘lo que quisieron decir’.
Con ello vienen por fin las buenas noticias: el último año los ingresos del sector más pobre aumentaron más del 33 por ciento; y la captación de ingreso de los hogares en México se incrementó 1.5 billones de pesos…
…Aunque estos resultados no coinciden con las condiciones socioeconómicas previas a la encuesta. Claro, cambió la metodología de la encuesta, no las condiciones en los hogares.
Mientras otra encuesta del mismo INEGI señala que el 80% de los mexicanos no tiene para sobrevivir seis meses por incapacidad laboral; más bien por ningún motivo y mucho menos que seis meses. Millones de familias viven al día con su salario diario.
En conclusión, en política es muy acusada la frase aquélla de “percepción es realidad” y parece que el Gobierno Federal está virando el timón hacia esa ruta al no alcanzar acciones e intenciones para convencer y legitimar sus decisiones.
El perdón del Presidente quedará sin duda alguna en las páginas de la historia de este sexenio, que con tantos frentes abiertos entre empresarios de todo el país, maestros, la iglesia, familiares de desaparecidos y ahora hasta las ONG’S, muestra una intención de escuchar.
El camino no ha comenzado, está cuesta arriba con un Sistema Nacional Anticorrupción del que cuelga por ejemplo una Ley 3 de 3 mocha y algunos detalles más de suma importancia; pero ahí está, ya promulgado con todo y la intención de mejorar la función pública y sobre todo la percepción…
…Y la intención cada vez más firme de los ciudadanos de no dejarse llevar por ‘percepciones construidas’; intención de informarse, denunciar y cobrar o reconocer al buen funcionario en las urnas.
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