Diálogo – Inseguridad en aumento.
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David Figueroa
Preocupantemente ya no es ‘el primo de un amigo’ quien ha sido víctima de la inseguridad en nuestro estado; sólo en junio pasado se denunciaron en Sonora más de 2 mil 300 robos, la cifra más alta en los últimos 19 años según el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
“Alcanzan robos máximo histórico en Sonora” son los titulares que no quisiéramos leer, porque no hablan de percepción sino de una realidad que se ha vuelto parte de la vida cotidiana con la que estamos lidiando los ciudadano.
La palabra seguridad es la más preciada, la más valorada por el ciudadano después de la salud. Queremos sentirnos tranquilos por sobre todas las cosas y es de lo que hoy estamos careciendo.
La ‘percepción’ es un sentimiento que se construye a partir de cierta información recibida, por tanto crece cuando escuchamos experiencias de terceros en este sentido, ya sea a través de los medios de comunicación o de personas no cercanas.
Sin embargo esta percepción se convierte en realidad cuando estas experiencias tocan el núcleo familiar o el primer círculo de amistades como ha venido sucediendo en Sonora, principalmente en Hermosillo y Cajeme.
Lamentablemente ya no es alguien lejano o desconocido de quien sabemos fue asaltado, amenazado, robado o agredido incluso a plena luz del día y en plena calle.
Para darnos una idea: en Hermosillo el 2015 se registraron mil 290 robos en el renglón de ‘otros’ -que son independientes a los robos en casa habitación y robo a vehículo- como los asaltos.
Pues bien, sólo hasta el mes de mayo de este año alcanzamos el doble con más de 2 mil 500 robos de este tipo según comparativo de Observatorio Ciudadano. No llegábamos a la mitad del año! …y sume usted los meses que le han seguido, y los que faltan.
Entre Hermosillo y Cajeme se cometen más del 65% de los delitos registrados a nivel estado, más de 11 mil delitos en total de todo tipo de enero a mayo de este año.
Se han reducido los robos en comercio y robo a vehículo en términos generales, pero van en aumento de manera preocupante:
• Robos a casa-habitación de mil 278 en todo el 2015 a más de mil 400 sólo hasta mayo de 2016 y
• ‘otros robos’ (asaltos) de 2 mil 800 en todo el 2015 a más de 3 mil 600 sólo hasta mayo de 2016
Es ese renglón no especificado de ‘otros robos’ el que más inquieta, pues llevaba hasta el quinto mes un incremento del 78%…
Otro punto en el que hay que poner atención y que refleja en gran parte el porqué de estos números, es el dato dado a conocer por el ENVIPE (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública), que refiere que mientras a nivel nacional se inicia averiguación previa en el 67.5 por ciento de los delitos denunciados por el ciudadano, en Sonora sólo sucede en el 12 por ciento de los casos.
De ahí que también los niveles de confianza en la autoridad dejan mucho qué desear, y como consecuencia a mayor cercanía con la autoridad mayor es la desconfianza cuando debiera ser al revés.
Por ejemplo, la autoridad en la que más confían los sonorenses es en la Marina con un 81.4; luego en el Ejército con un 79.2; le siguen la Policía Federal con el 60.3 y hasta el último nivel de confianza la Policía Municipal con 40 y más abajo aún la Policía de Tránsito con 34 puntos sobre 100.
Hablar de inseguridad en Sonora, pero sobre todo en municipios como Hermosillo, Cajeme, Guaymas y otros ya no es hablar de percepción, es hablar de experiencias propias en el núcleo familiar, entre los amigos más cercanos a cada ciudadano.
El temor no es infundado ni por rumores, tampoco porque una estadística así lo indique, sino porque una cosa es escuchar o leer esas cifras o historias, y otra muy distinta vivirlas en carne propia como víctimas.
El que camina por las calles para dirigirse a sus centros de trabajo, el ama de casa que va al mercado, el estudiante que aborda el transporte para llegar a la escuela, el empleado común que estaciona su carro en cualquier centro comercial o estacionamiento y al salir lo encuentra violentado.
Algo no está bien, hay un contexto distinto al de años anteriores es urgente revisar los indicadores sociales y desde luego el nuevo sistema de justicia penal.
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