La ley de los golfeños
Humberto Melgoza Vega
GOLFO DE SANTA CLARA.- Han pasado dos días de que pescadores del Golfo de Santa Clara estallaron en violencia contra los funcionarios de la Semarnat y Profepa, a quienes estuvieron a punto de linchar y les prendieron fuego a los vehículos oficiales, y a pesar de la prohibición oficial, en franca rebeldía a las autoridades están saliendo a pescar la curvina tanto ayer jueves como este viernes.
En el poblado se respira un ambiente de incertidumbre, coraje y temor luego que trascendió la denuncia penal que presentó Profepa ante la PGR contra quienes resulten responsables de los daños totales de una docena de patrullas y las lesiones provocadas a varios inspectores federales.
En el corralón de la delegación Municipal esta tarde estaban sacando y subiendo con una grúa a la plataforma de un tráiler las unidades calcinadas, maniobra supervisada por elementos de la Marina y de la Policía Municipal, quienes el día de los disturbios prefirieron mantenerse al margen.
El líder de la Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Reserva de la Biosfera, Carlos Tirado Pineda, lamentó que por una cerrazón de la autoridad federal se haya desatado la violencia, que se mantienen en la vía del diálogo que esperan rinda frutos la próxima semana y se deslindó de cualquier acto al margen de la ley, como la violencia desatada la noche del miércoles y la pesca de la curvina, suspendida temporalmente por la falta del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA).
En el poblado, es secreto a voces que, además de la inconformidad real de la totalidad de los pescadores, de quienes depende en un 100 por ciento la economía del Golfo de Santa Clara, los disturbios del pasado miércoles fueron alentados por quienes mueven el lucrativo negocio de la totoaba.