Kim Kardashian pierde 100.000 ‘followers’ tras la publicación de sus fotos en bikini (sin retocar)
María Mérida / Vogue. — Han sido muchas las voces que se han alzado para defender la diversidad femenina y exigir que la misma se adueñe de Instagram, la industria de la moda, el cine, la televisión… Sin embargo, cuando se trata de las celebridades, esta diversidad es sutituida por el dogmatismo más absoluto: las celebs han de ser celebs y no puede permitirse defectos ni imperfecciones, pero sobre todo, lo que al parecer no se les puede perdonar bajo ningún concepto es que “engañen”, es decir, que aparezcan en las portadas y redes sociales esculpidas por el Photoshop, para luego descubrir de la mano de los paparazzi que todo era “mentira”.
Kim Kardashian ha protagonizado el último caso. La empresaria está disfrutando de unas vacaciones en México para celebrar el cumpleaños de su hermana Kourtney y tras la publicación de varias fotografías en las que aparece en biquini luciendo orgullosa su celulitis ha perdido 100.000 seguidores en Instagram –según ha publicado el Daily Mail–. Parece ser que los followers de Kim se han sentido “estafados” al descubrir que la mujer de medidas imposibles a la que seguían en la red social poco o nada tiene que ver con la mujer que camina por esas playas mexicanas.
Puede que la raíz de este descontento, de esta contagiosa reacción en masa resida en el tipo de relación que actualmente mantenemos con las imágenes. Y es que hasta hace poco, la sociedad era consciente de que una imagen es una representación y no la realidad, pero las redes sociales han modificado esta verdad incuestionable y nos han hecho creer que esas fotografías que compartimos en nuestros perfiles, por mucho filtro y retoque que atesoren, son 100% reales, cuando no lo son.
La Kim Kardashian que el mundo conoce es un producto, ni más ni menos, y hay que apreciarla y entenderla como tal. Es decir, ¿quién puede sentirse engañado por una imagen, cuando en el adn de la misma está el engaño?