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La clave de la información

Seguimos en la pelea

El Eslabón Perdido

 

 

Humberto Melgoza Vega

 

Luego de 20 años que se cometió el artero asesinato del periodista sanluisino Benjamín Flores González, la llama de la esperanza para que se aclare el crimen y se castigue a los responsables comienza a extinguirse.

Sin embargo, familiares, amigos y un amplio grupo de colegas seguimos haciéndole “casita” a la veladora para que no se apague.

Cada quien desde su ámbito privado, en la medida de sus posibilidades, aunque sea cada aniversario del crimen recordamos al Benja y reconocemos su aportación al periodismo de la región, su valentía para señalar a los enemigos de la sociedad y recordamos que las autoridades, estatales y federales, no han hecho la tarea en este caso en particular.

De manera personal, desde que ocurrió el crimen no hemos dejado de exigir justicia, de investigar el caso, de publicar notas, de llevar el tema al ámbito internacional, donde fue adoptado por la Sociedad Interamericana de Prensa, admitido hasta 2010 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la CIDH.

A pesar de las recomendaciones hechas tanto al gobierno federal como al de Sonora, la investigación se mantiene entrampada, con los que inicialmente fueron implicados en libertad, sin que la Procuraduría Estatal haya presentado algún recurso de inconformidad; los liberaron, que les vaya bien, aunque eso no necesariamente significa que sean inocentes.

A todos los ex procuradores, desde rolando Tavares Ibarra , hasta Abel Murrieta y Carlos Navarro Sugich, el crimen de Benjamín Flores les pasó de noche, nadie ha mostrado el interés por resolver el caso, ni siquiera por investigarlo.

 

Desafortunadamente, son tantos los casos similares que se acumulan día con día, que se van encimando unos a otros, el de atrás se va desfasando y al final no investigan ninguno.  Al último le apuestan a la suerte, a que de manera fortuita se topen con alguno pendiente con orden de aprehensión, que lo encuentran armado, andaba tomando y se pasó un alto.

Nada que ver con los sofisticados métodos de investigación, de campo y cibernéticos, con la intervención de líneas telefónicas para dar con los principales prófugos de la justicia, como sí le hacen para tener bien monitoreados a los disidentes.

En junio de 2015 se aprobó en el Congreso del Estado de Sonora la no prescripción de los delitos considerados como graves, como el homicidio calificado, el feminicidio, el secuestro, la trata de personas y la delincuencia organizada.

Esto quiere decir que la investigación por el crimen de Benjamín Flore se mantiene abierta, con al menos tres órdenes de aprehensión pendientes de cumplimentar, la de Carlos Pacheco García, José Francisco Benavides Avila y la de Arsenio Pérez Losada, quienes aparecen  en el expediente criminal con distintos grados de participación en el complot para asesinar al amigo periodista.

“La pregunta es si aún estarán vivos”, reflexiona el inquieto abogado Miguel Sandoval, quien ha seguido desde el ámbito profesional toda la trama.

Como publicábamos en aquellos tiempos en los que dirigíamos La Prensa, si los anteriores procuradores no quisieron o no pudieron investigar y detener a los responsables,  ¿el flamante fiscal estatal Rodolfo Montes de Oca tendrá el talante y el talento para dignificar el oficio y cuando menos desentelarañar el caso y rastrear a los prófugos?; ¿o nomás porque ya pasó mucho tiempo debemos dejar morir el caso?

Porque al menos entre la comunidad de San Luis la exigencia sigue presente, este sábado 15 de julio, cuando se cumplen 20 años del crimen de Benjamín, su familia y amigos lo recordaremos con una misa a las 8:00 de la mañana en la Iglesia de Fátima, de avenida Chiapas y 9, y a las 9:30 horas se hará la tradicional guardia de honor en la estatua erigida en su honor en la calle que lleva su nombre.

Seguimos en la pelea.

 

 

 

 

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