Los juniors a escena
El Eslabón Perdido
Humberto Melgoza Vega
Hasta el cierre de esta edición, podemos adelantarles algunas noticias que serán oficiales a partir de la próxima semana y que tienen que ver, como diría mi carnal Sergio Haro, con quienes serán los protagonistas en el proceso electoral que está en marcha y que culminará con las votaciones del domingo 1 de julio.
Estas decisiones, que se negocian a nivel central, muchas veces sin el conocimiento de causa real de la circunstancia local, terminan por minar el ánimo y dividir a los grupos que conviven al interior de los partidos políticos.
Aunque disfrazada, la designación para los candidatos de los dos principales partidos políticos viene acompañada de mediciones y encuestas que solo ellos conocen, de compromisos con personajes influyentes, sin hacer un cálculo matemático que te arroje posibles escenarios favorables.
Como pasó en 2009, luego en 2012 y seguramente en 2015, el problema en el PRI es que, a diferencia de los panistas que se inconforman públicamente y se van a los tribunales, aparecen como muy disciplinados, dispuestos a acatar la línea, aunque terminen por operar en contra, o mínimo, se quedan al margen, viendo las cosas transitar.
Es conocido que en procesos electorales anteriores, los poderosos ingenieros, piedra fundamental del PRI sanluisino, incluso sonorense, tuvieron un acercamiento por demás pragmático con los candidatos del PAN, por no decir que hasta operaron en contra.
Ahora se percibe una situación a la inversa, el mismo poder hegemónico que, apoyado en la buena relación con el gobierno estatal en Hermosillo, desde Claudia Pavlovich para abajo, pretender acaparar todas las posiciones.
Aunque es sobrina de Raúl González Valenzuela, el flamante rector de la Universidad Tecnológica (UT) en San Luis, Gabriela González Navarro, aún dirigente local del PRI es propuesta de los mecenas históricos del partido. Hasta ayer, lo que se sabía es que la diputación local estaría destinada para alguno de los regidores en el Cabildo Sanluisino, conocidos como los “regi-juniors”.
De los finalistas, Judith Bustamante adujo cuestiones familiares para declinar el ofrecimiento, con lo que quedaría como virtual contendiente José Enrique Carrasco, aunque el “Pichoncito” Jesús Félix sigue haciendo labor, además de Isidro Arenas Jr, quien también ha trabajado para ser tomado en cuenta.
La virtual fórmula para enfrentar la elección no tiene a todos contentos. Del Titilo Leyva desde cuando se mencionaba que sería mandado a competir por la alcaldía de San Luis, tomando en cuenta su buen papel desempeñado en la elección anterior donde perdió ante Lina Acosta, pero se esperaba que llevara a personajes de peso específico para que le sumaran votos e hiciera una fórmula competitiva.
Un Carlos Silva Toledo, tipo serio, con perfil académico, ex rector de Cesues, o Juan Antonio Gaeta, agente fiscal, gente de la gobernadora, conocido en el ámbito futbolero de San Luis, podrían competir con posibilidades de ganar la diputación local, donde el PAN de último minuto se sacó de la manga que la posición será para una mujer, aunque eran puros hombres los que la andaban moviéndose, trabajando por la candidatura.
Dejar por fuera al grupo de los “Los Lobos”, donde el Toño Gaeta, por su cercanía con la gober fue quien terminó por repartir los huesos, por encima de los inges, provocaría desánimo, las pocas ganas de participar en un proyecto que no es incluyente.
Titilo, quien llevará la principal responsabilidad, debería ser el más interesado en buscar acompañarse de una fórmula competitiva, porque el PAN está muy fuerte, Everardo López viene con todo y Santos González no está manco.