Primorosos
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El Eslabón Perdodo
Humberto Melgoza Vega
En los años recientes, desde que se fundó en 2014 y sobre todo a partir de 2018, con la llegada de la “Cuarta Transformación” al país, como ambiciosamente le llama el flamante presidente Andrés Manuel López Obrador, todos los ojos, cámaras y reflectores están puestos sobre Morena, el partido mayoritario, el partido en el poder a nivel federal y en lo local, en la figura del alcalde Santos González Yescas.
Todo lo que hagan o dejan de hacer es analizado con lupa, las buenas decisiones son magnificadas y promovidas por los chairos y AMLOvers –en donde empiezan a haber algunos prematuramente decepcionados–, incluidas las maromas en redes sociales para defender y justificar los desatinos de su líder espiritual a los que se expone cada día en sus ruedas de prensa mañaneras.
En el otro extremo se ubican los derechairos, que son implacables en su crítica, los “conservadores” o “neoliberales”, como los llama AMLO, o la “prensa fifí” encarnada en el periódico Reforma –que mantiene un pleito casado con el presidente–, además de panistas, los más radicales, que no han hecho el “crossover” hacia el morenismo como muchos amigos que conozco, y los priistas, incluyendo su prensa militante, más molesta que nunca por la pérdida de privilegios.
Como partido político nuevo, con ideología de izquierda, aunque en la práctica sea una mescolanza, y los principios exaltados por su creador de combate a la corrupción, primero los pobres y menos inseguridad, la enorme expectativa generada alrededor de Morena estaría cercana a la perfección, sin margen para equivocarse.
El problema es que Morena es un partido político como cualquier otro, ya sea de México o cualquier parte del mundo, en donde el fin primordial es acceder al poder, a administrar el presupuesto y las ventajas que ofrece el dinero, independientemente de corrientes ideológicas.
Esta semana, la desbandada de un numeroso grupo de notables priistas, quienes anunciaron de manera pública que se sumarían a la campaña de los candidatos de Morena, en especial la de Jaime Bonilla, aspirante a la gubernatura de Baja California, y de Marina del Pilar, candidata a la presidencia municipal de Mexicali con la consigna de sacar al PAN del gobierno, fue nota que se convirtió en tendencia nacional.
Personajes polémicos como el ex gobernador Xicoténcatl Leyva, el “Diablo” Fernando Castro Trenti, la familia Pérez Tejada en pleno, Nancy Sánchez, quien le debe todo lo que tiene al PRI y el ex alcalde de Mexicali, Samuel Ramos, entre muchos más, todos militantes históricos del tricolor dieron formación al “PRIMOR” versión Baja California, alianza que refuerza la teoría esgrimida por lo más recalcitrante de la derecha respecto a la supuesta complicidad, sobre todo por el origen partidista, entre priistas y morenistas.
Jaime Delgado, periodista sonorense radicado en Mexicali, de ser uno de los más fervientes apoyadores de AMLO y de Morena de a poco ha venido desencantándose, por las pifias cometidas desde el gobierno y la estructura partidista.
A través de su página Periodismo Negro, el macetón Delgado realizó una transmisión en vivo desde el restaurante de comida china donde se anunció la alianza de la Tercera Vía, que encabeza Samuel Ramos, con la Cuarta Transformación, en la que preguntó si el apoyo de estos prominentes priistas le sumaba o le restaba a la campaña de Jaime Bonilla y de Marina del Pilar.
La respuesta fue abrumadora, más del 90 por ciento de los comentarios fueron negativos, por la falta de congruencia de unos, y el oportunismo de otros.
Desde su lejano quinto lugar en las encuestas, el candidato a gobernador por el PRI, Enrique Acosta Fregoso, ordenó la expulsión vía fast-track de los que llamó traidores, mientras que el ex alcalde Panchito Pérez Tejada pronosticó que con los candidatos tan flojos que trae su aún partido en un descuido hasta andan perdiendo el registro…
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