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La clave de la información

Viaje por la ruta de los migrantes

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Manuel Cuen y Carina Arguilez

YUMA, Arizona.- Más de cien mil detenciones de migrantes en solamente un año; récord de muertes de migrantes, más alto que en otras fronteras y registro de temperaturas que rebasan los 120 grados Fahrenheit, son algunos de los elementos que nos llevaron a pedir a la oficina de Patrulla Fronteriza Sector Yuma, un tour por los puntos más álgidos para el cruce de migrantes.

Con anticipación nos pusimos de acuerdo con los oficiales Cabrera y Ayala, para que con su auxilio, pudiéramos hacer el recorrido por los puntos de cruce migratorios más socorridos a través de los tiempos y por eso mismo, los más vigilados.

La cita fue a las 8:00 am en la estación de Yuma de la Patrulla Fronteriza. Nos cargamos de botellas de agua suficiente y ropa cómoda.

Salió a recibirnos el oficial Ayala, un puertorriqueño que antes estuvo en la militar y en otras estaciones de la corporación, hasta que la misma suerte lo trajo a Yuma, atraído por las altas estadísticas del fenómeno. Supuso que por eso, habría trabajo por mucho tiempo.

Ya adentro, nos dieron unos papeles para leer y firmar. Sencillo: no se hacen responsables si algo nos pasa. ¿Y qué nos puede pasar? Cualquier zona inhóspita es peligrosa. Además, recorreremos el muro por la parte estadounidense, donde son frecuentes los ataques a pedradas a los vehículos de los oficiales. Además, ingresaremos a territorio de pruebas militares.

Firmamos. Ya no podíamos arrepentirnos de lo que nosotros mismos habíamos solicitado.

A las 8:30 salimos de la estación de la Patrulla Fronteriza con los dos oficiales. La unidad todoterreno, pero sin rótulos, enfiló rumbo a los arenales. Se trata de un sitio localizado muy cerca de la ciudad de Yuma y Los Algodones y se extiende por más de 80 millas a lo largo del Valle Imperial de California.

Nuestra primer parada fue en el sitio de descanso sobre la carretera interestatal 8, justo antes de entrar a lo tupido de las montañas de dunas de arena, que conforman un espectacular paisaje. Cabrera nos señaló un letrero, en el que podía leerse el nombre de un oficial de la Patrulla Fronteriza que encontró la muerte, en el cumplimiento de su deber.

El 19 de enero de 2008, el agente Luis Aguilar estaba tratando de detener a un presunto contrabandista que intentaba evadir la acción y escapar hacia México a través de las dunas. El sospechoso, conduciendo una Hummer, atropelló al oficial, quien murió en el acto, como consecuencia de las heridas.

Después de caminar por lo que parecía un dren, muy cerca del canal Todo Americano que pasa por las inmediaciones de esos arenales, paramos a un costado del muro. En esa parte, nos explicaron, no hay postes enterrados para detenerlo, sino que se trata de un diseño especial, que permite que se mueva de acuerdo a los movimientos de las dunas.

Tomamos algunas fotografías y videograbamos entrevistas y partimos junto a los oficiales, hasta llegar al Puerto de Entrada de Andrade. Enfilamos rumbo al Río Colorado, en la parte estadounidense y los oficiales hicieron un alto para detenerse donde se levanta un altar al oficial caído James P. Epling

Según su versión, el agente Epling encontró la muerte el 16 de diciembre de 2003, cuando perseguía a un traficante mexicano que intentaba pasar ilegalmente a tres chinos por el Río. Cuando uno de los orientales se ahogaba, el agente se tiró al agua para salvarle la vida y detener al traficante, pero ya no pudo salir. Su cuerpo fue localizado tres días después, a 200 yardas del lugar del incidente.

Tomamos el camino de regreso por la interestatal 8 y la camioneta que nos trasladaba, tomó rumbo a los campos agrícolas de Yuma, que están cercanos al Río Colorado. Ingresamos a territorio de los Cocopah y llegamos al punto donde empieza un muro de acero.

Recordamos que en ese sitio, un oficial de la corporación disparó a un mexicano que había cruzado por las inmediaciones del lecho del Río y al verse sorprendido, según la Patrulla Fronteriza, atacó al oficial y para defenderse, el oficial tuvo que disparar su arma, lo que costó la vida al migrante.

Preguntamos sobre el caso, pero los oficiales respondieron que sigue bajo investigación y eso no les permite hacer declaraciones de ningún tipo, hasta que las autoridades judiciales determinen lo conducente.

La malla de acero que se levanta en ese punto no es la línea internacional que divide a ambos países, sino una malla que evita que los migrantes lleguen al caserío muy cercano al río y que es conocido como Gadsden.

Llegamos así hasta lo que se conoce como Puente Quemado. Ya estamos sobre el muro que divide Arizona con San Luis Río Colorado y se sabe que es uno de los puntos donde mayores cruces se registran. Aquí no hay un muro. Hay tres muros. Después del primer muro, el que es común ver desde México y del que se dice que fue construido con láminas que sirvieron en alguna guerra, hay otra barda, que se levanta más alta, pero con un tipo de malla que permite la visibilidad y en esa parte baja de San Luis, Arizona, hay otra más, construida de malla ciclónica simple.

Es uno de los sitios, nos dicen, donde más se presentan agresiones a las unidades de la Patrulla Fronteriza, principalmente pedradas que son lanzadas desde territorio mexicano.

El oficial Cabrera es originario de Yuma. Su familia emigró hace muchos años de Guanajuato. Trabajó en el campo y después de terminar la High school ingresó a la academia y desde entonces, trabaja para la Patrulla Fronteriza.

Habla muy bien el español, por lo que se advierte que en casa fue el idioma con el cual se comunicaban sus miembros. Diferente del caso del oficial Ayala, quien habla el español con dificultad. Él nos dijo que es originario de Puerto Rico y que antes de venir a Yuma, estuvo en otras bases de la corporación e inclusive, estuvo en el ejército. Ambos oficiales son casados y con hijos.

Dejamos San Luis, Arizona y su Puente Quemado, para regresar a la zona desértica  muy cerca de Foothills. La idea era llegar a una de las torres de auxilio que la corporación ha instalado en el desierto, para que las personas extraviadas las puedan localizar y con solo aplastar un botón, en una hora, máximo, están allí para prestarles auxilio.

“Si gustan les podemos mandar unas fotos de las torres”, nos dijeron. Tal vez pensaban que tendríamos miedo adentrarnos en el desierto. -No. Es mejor verlas y saber de qué se trata-, advertimos. Corremos los riesgos que tengamos que correr.

Son más de 30 torres instaladas a lo largo de la zona del Gran Desierto de Arizona. Cuentan con instrucciones en inglés y en español. Además de contar con una luz que se puede detectar a millas de distancia, también cuenta con espejos que reflejan la luz solar lo que puede facilitar su localización.

Según los oficiales, las torres han podido salvar vidas de migrantes y es común que sean activadas pidiendo auxilio, aunque en algunas ocasiones son activadas por no saber para qué son.

Llegar a esa torre que se ubica muy cerca de Foothills, nos llevó más de 20 minutos por un camino pavimentado de un solo carril y con advertencias y señalamiento que el lugar era utilizado para realizar pruebas y explosiones por parte del ejército estadounidense.

Cuando ya estuvimos de nuevo sobre la Interestatal 8, respiramos profundo. Ni balazos, ni bombas. Tal vez nos detectaron y sabían que estábamos ahí.

Regresamos al filo del mediodía a la estación de patrulla Fronteriza con material suficiente para escribir y con una experiencia más de vida en nuestro haber. @

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