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Trump impulsa el desconfinamiento con un brote en plena Casa Blanca

[vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impulsa la reactivación de la economía golpeada por la pandemia del coronavirus, la propia Casa Blanca lucha contra un brote en su interior. En los últimos días, dos miembros del personal de la Casa Blanca dieron positivo. Los contagios en el entorno cercado del presidente provocaron que el vicepresidente Mike Pence dirigiera este lunes (11.05.2020) una reunión desde una sala aislada, mientras que tres figuras clave para la respuesta sanitaria ante el virus se han visto obligadas a tomar precauciones durante las próximas dos semanas.

Dos de ellos están en aislamiento estricto -Robert Redfield, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), y Stephen Hahn, jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)-, mientras que el principal epidemiólogo del Gobierno, Anthony Fauci, trabaja desde casa en una cuarentena “parcial”. Esos sucesos han atraído aún más vigilancia a las medidas de seguridad de la Casa Blanca, que paradójicamente está intentando convencer a los estadounidenses de que es seguro volver a trabajar.

Hoy mismo, también, horas antes de una conferencia de prensa en los jardines de la Casa Blanca, Trump no hizo referencia al tema, ansioso por proyectar a toda costa, e irresponsablemente según sus detractores, la imagen de un país que superó la COVID-19 y reinicia sus actividades.

“Las cifras del coronavirus están MUCHO mejores, bajando en casi en todas partes. ¡Se ha hecho un enorme progreso!”, tuiteó Trump, entre dos ataques contra los medios de comunicación “enemigos del pueblo”, y contra su predecesor, el demócrata Barack Obama, quien según el mandatario está en el corazón de un rotundo “Obamagate” del que no ha dado ningún elemento tangible.

Sin embargo, frenar un virus altamente contagioso no es una tarea sencilla en el Ala Oeste, epicentro del poder estadounidense, donde el distanciamiento social aconsejado para evitar contagios es, de hecho, muy difícil de aplicar. Se ha prescrito el uso de mascarilla para todos los empleados.

A través del prisma distorsionante del cine, el Ala Oeste suele verse inmensa en la imaginación colectiva. Pero este edificio, que alberga la Oficina Oval, los escritorios de los asesores más cercanos del presidente, la sala de prensa y las oficinas de periodistas acreditados, es en realidad un pequeño espacio en el que todos trabajan muy apretados.

Kevin Hassett, asesor económico de Trump, resumió este fin de semana el sentimiento general de manera lacónica: “Da miedo ir a trabajar”. “Cuando regresé sabía que estaba arriesgándome, que estaría más seguro sentado en mi casa que en el Ala Oeste, que con todas las pruebas del mundo y el mejor equipamiento médico en la Tierra, es un lugar bastante abarrotado”, declaró a la cadena CNN. Para el expresidente Barack Obama, la situación es clara: la gestión por parte de la Casa Blanca es un “desastre caótico absoluto”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]

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