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Sálvese quien pueda

El Eslabón Perdido

 

Humberto Melgoza Vega

“¡Para el sector salud seguimos en (semáforo) rojo! Es todo mi comentario”.

Así de lapidario, sucinto  y cortante fue el comentario del doctor Marco Antonio Ramírez Wakamatzu, jefe de la Jurisdicción Sanitaria No. 6 con cabecera en San Luis Río Colorado, al preguntarle su opinión sobre la reactivación económica y reapertura de negocios de los llamados “no esenciales” acordadas esta semana por el Consejo Municipal de Salud.

Al fin y al cabo no tenía mucho qué decir, reacio a las entrevistas, al menos con semanario CONTRASEÑA, el Waka siempre ha manifestado públicamente que la situación sigue siendo muy crítica, que el sector salud no se da abasto y que siempre será prioridad la vida de las personas que la economía.

La decisión del Consejo Municipal de Salud se tomó  basados en la disposición de la Secretaría de Salud federal, léase Hugo López Gatell, quien decretó que a partir de esta semana tanto Sonora como Baja California pasarían al color naranja del semáforo, aunque la curva de los contagios sigue sin aplanarse.

Al fin rebelde, de las pocas decisiones acertadas que ha tomado el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, fue que en el vecino estado seguirían al menos esta semana en rojo, aunque la presidenta municipal de Mexicali, Marina del Pilar Ávila cedió a la presión de la iniciativa privada y autorizó la reapertura de gimnasios, tianguis, casinos…, eso sí, con todas las medidas de seguridad e higiene que demanda el protocolo de la nueva normalidad.

En Sonora, a regañadientes, porque se la quiere seguir llevando suave con el presidente, la gobernadora Claudia Pavlovich acató la entrada en vigor del semáforo naranja, aunque hizo un  llamado junto con su secretario de Salud, Enrique Clausen, a seguir cuidándose como desde el inicio de la pandemia.

A la presidenta municipal de Hermosillo, Célida López, ferviente admiradora de AMLO, no le quedó más opción que seguir manejándose en semáforo rojo ya que en la capital están desatados los contagios, nada más 216 reportados ayer, 6 mil 884 en total, la mitad de los 16 mil 307 acumulados en todo el estado, así como estuvo San Luis los dos primeros meses de la pandemia, que ayer registró 46 nuevos contagios, nuevo récord para un solo día.

En San Luis, donde los contagios van relativamente a la baja y hay días en los que no se reportan muertes, aunque los hospitales y las redes sociales estén saturadas de pacientes y condolencias, se acordó la reactivación de la economía, vigilando de manera estricta que se respeten todas las medidas de seguridad e higiene.

En el boletín enviado tras la sesión del Consejo, el alcalde Santos González estableció que “el sector comercio no aguanta más esta crisis económica”, por eso tomaron la decisión de pasar al semáforo naranja, que en el papel ya no es de riesgo máximo para la población.

La decisión generó reacciones encontradas en la opinión pública, entre los que ya necesitan y les urge trabajar y generar ingresos para sostener su negocio y la familia, conscientes del riesgo que representa y de que deben aplicar el nuevo protocolo sanitario;

Y por otro lado el grueso de la población, que a pesar del encierro y las carencias, asustados por el avance de la epidemia –ya nadie puede decir que no conoce a familiar o amigo contagiado o víctima del Covid, hasta el presidente López Obrador–  prefieren que se mantengan de manera estricta las restricciones para evitar un posible rebrote.

Aunque no tomen en cuenta el punto de vista de este modesto columnista, la reapertura de los mal llamados negocios no esenciales, como se denominó al inicio de la pandemia a los giros que no eran estrictamente vitales, como hospitales, farmacias, mercados –aunque para los paleteros y trabajadores de maquila su labor no es menos esencial, porque de eso viven—debe venir aparejada de una agresiva campaña para el uso obligatorio de mascarilla en espacios públicos o en ambientes cerrados, algo que no ha hecho el presidente municipal.

“No es opción, es obligatorio el uso de cubre-bocas”, recalcó anoche el secretario Enrique Clausen, quien luce más repuesto luego de haber vivido en carne propia el embate del coronavirus.

En unas dos semanas estaremos evaluando si fue acertada la decisión de pasar al semáforo naranja; si las empresas, negocios y la clientela en general se comportó de manera consciente y responsable para evitar un rebrote de los contagios, de otra manera tendremos que permanecer en alerta constante por tiempo indefinido, cuidándonos, fortaleciendo nuestro sistema inmunológico, con la esperanza puesta en que llegue pronto la nueva vacuna.

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