La crisis en Morena
POR LOS MILLONES Y CANDIDATURAS
Colgado de la imagen de López Obrador, que aparece en su folleto de campaña, el joven Gibrán Ramírez asegura que a él no lo mueven el poder ni el acceso a los cargos públicos, y que tampoco tiene padrino ni “tribu” que lo respalde como aspirante a la dirigencia nacional de Morena.
Humberto Melgoza Vega
SAN LUIS RÍO COLORADO.- En Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, se asoma una crisis que se podría convertir en ruptura si las pasiones de las tribus que se disputan la dirigencia nacional se desbordan ante un eventual resultado adverso en la encuesta que supervisará el Instituto Nacional Electoral (INE).
Esta crisis no es nueva, pero se ha venido acentuando desde que AMLO dejó de ser el líder real de Morena para convertirse en Tlatoani y éste quedó en manos de la “comunista” Yeidckol Polevnsky, quien hizo un manejo discrecional de los recursos del partido y ahora con Alfonso Ramírez Cuellar, tirando línea a favor de uno de los candidatos, el veterano Porfirio Muñoz Ledo, quien ya amenazó que expulsaría del partido a Marcelo Ebrard por “adelantado”.
En el otro extremo, el diputado federal Mario Delgado, favorito de López Obrador y de Marcelo Ebrard, es señalado de placearse por las principales ciudades del país con recursos públicos, en donde cuenta con el apoyo cupular de gobernadores, diputados y presidentes municipales.
“La cuarta transformación seguirá avanzando a paso firme en todo el país, por ello los alcaldes y diputados de Morena en Sonora estuvimos hoy con el diputado Mario Delgado, quien aspira a la dirigencia nacional de Morena…”, escribió el alcalde Santos González en su Facebook el pasado domingo junto con una fotografía alusiva.
Embarcados en un inédito proceso de renovación de la dirigencia nacional, un mandato del Tribunal Federal Electoral ejecutado a través del INE, los morenistas amenazan con sacar al perredista que todos llevamos dentro, la reencarnación de una lucha fratricida que los haga perder lo hasta ahora ganado, con el beneplácito de los partidos tradicionales ahora de oposición.
De visita proselitista en San Luis Río Colorado, Gibrán Ramírez Reyes se quejó de que el piso no estaba parejo y de la marcada línea oficial a favor de Mario Delgado, pero se abstuvo de verter alguna opinión sobre Santos González.
“Mi candidatura es la única que no pertenece a ninguna tribu o facción, ni está apadrinada …Yo soy el candidato de la base morenista, no de la cúpula”, comentó el aspirante a la dirigencia, pero ya no supimos si eso era bueno o era malo.
Enseguida presumió estar arriba en las encuestas “serias”, y de las que lo colocan en la cola de la competencia, ningún comentario.
“Morena es un partido en crisis, no obstante que encabeza las preferencias electorales en todo el país, no obstante que es el partido en el Poder Ejecutivo, podríamos llamarle una crisis de éxito… las pugnas internas por la sucesión en el partido, siempre especulando a quién le tocaría definir los puestos, los presupuestos y las candidaturas…Por esas pugnas, el enfrentamiento entre cúpulas burocráticas y cúpulas del poder…”, argumentó.
Se refirió a la nota principal de ayer del diario Reforma –archienemigos del presidente que los llama “pasquín”–, en la que revelan una conversación del dirigente temporal Alfonso Ramírez Cuellar donde afirma que están apoyando la candidatura de Muñoz Ledo para evitar a toda costa que llegue Mario Delgado, al que consideran el favorito de López Obrador.
“…salió un audio en Reforma de Ramírez Cuéllar charoleando con gobernantes emanados de nuestro partido para que le metieran a la campaña de Muñoz Ledo, por parte de la cúpula burocrática del partido; y por otra parte, eso es abierto, es notorio, la candidatura de Mario Delgado obedece a los entramados locales del poder, donde se presentan con diputados locales, con diputados federales, con jefes políticos…”, expuso.
“A nuestro movimiento lo hemos denominado Pacto desde abajo, una candidatura construida con miles de compañeros que confían en mí, no es de ninguna facción, de ningún partido político y que a diferencia de mis compañeros, que no han solicitado ni siquiera licencia a sus encargos… “, señaló.
“Me parece un poco irónico cuando veo las lonas de Mario que dicen `con el pueblo todo, sin el pueblo nada´ y nada más están ahí diputados, regidores, presidentes municipales…nunca hay pueblo, con Porfirio mucho menos, él hace campaña desde su casa en Las Lomas…”, apuntó.
Señalado por el periodista simpatizante de la 4T, Hernán Gómez, de hacer un manejo discrecional de los recursos en su cargo al frente de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) perteneciente al IMSS, donde tenía un salario de 150 mil pesos, Gibrán Ramírez aseveró que era parte del “fuego amigo” y que Zoé Robledo ya lo había exonerado.
“Eso fue una trampa de una pregunta que le sembraron en la mañanera, es pura politiquería”, manifestó el joven que rechazó ser uno de los neointelectuales orgánicos de la Cuarta Transformación.
Al finalizar la rueda de prensa a la que llegó media hora tarde, tras 20 minutos se levantó y dijo “buen provecho”, sin compartir el desayuno para el que habían convocado a la prensa local en el pomadoso hotel Araiza, Gibrán se retiró a toda prisa, dejando con la palabra en la boca al reportero. @
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