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La clave de la información

Los enredos de las elecciones 2021 en Baja California

Por Roberto Elenes

MEXICALI.- Como simple muestra del inobjetable  influjo de López Obrador ejercido sobre Baja California durante las elecciones de 2019: En medio del calor infernal que hacía por esos días de verano en el Valle de Mexicali; extenuados, Celestino Salcedo, David de la Rosa, Marco Aurelio Gámez y José Alberto Martínez, oponentes de Chavita Minor,  yendo por Morena sobre el Distrito 01, al final se preguntaban: «Pero cómo es que pudo ganar el Chavita, si se pasó toda la campaña en la sombrita, abanicándose con su propaganda, sentado debajo de un mezquite pa´no morir de insolación».  

Con Lady Champán.

¡Increíble!, pero ganó, como increíble fue para los candidatos morenistas, enloquecidos de júbilo, festejando por haber llegado donde llegaron en aquel año inolvidable de 2019. En contraposición, ese año Morena se apodera de la plaza bajacaliforniana con tan solo el 29% del listado nominal, la más baja de la historia. ¡Mucho cuidado para el 2021! Ya no se pueden atener tanto al voto inercial.

Por arte y magia del lopezobradorismo, el flamante diputado federal, Jesús Salvador Minor Mora, llega al Congreso de la Unión en 2019 para agazaparse y seguir agazapado en aquel recinto consagrado a la política, en Ciudad de México. Porque aquí, en Mexicali, de él ni el menor destello de sus luces.

Salvo contadas excepciones, más o menos este es el perfil dominante de los morenistas que gobiernan hoy Baja California. Lo mismo sucede a lo largo y ancho del país, no obstante, para Morena las elecciones intermedias del 2021 serán históricas, porque su posible triunfo les permitirá replicar otros triunfos adicionales y así tratar de consolidar el proyecto que AMLO concibe para México.

Hank, soldado de PRI y también de Cristo

Hank, soldado de Cristo, porque ahora reaparece como candidato ciudadano para la gubernatura de este estado con las siglas del PES ―Encuentro Solidario, antes Encuentro Social es un partido de evangélicos inclusive más ultraconservador que los católicos más persignados dentro de Acción Nacional―, listo para enfrentarse a la coalición ”Va por BC”, legalmente conformada ante el Consejo General del Instituto Estatal Electoral (IEE) por el PAN, el PRI y el PRD, alianza que posiblemente sea echada por la borda.

Porque resulta que el PRI bajacaliforniano sin la estructura electoral y el dineral con que cuenta el “soldado número uno” de ese partido, se quedaría expuesto no a perder su registro puesto que es un partido nacional, pero sí ante su menguada feligresía que no halla cómo repuntar en las elecciones a nivel local. Lo previsible es que los priístas se replieguen al PES, apoyando la candidatura de Jorge Hank Rhon a la gubernatura, mandando mucho al carajo a la coalición ”Va por BC”, que no encuentra candidata o candidato sólido para enfrentarse a la hoy morenista Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Esta situación ha puesto en un predicamento a la nomenclatura panista bajacaliforniana que coquetea con Héctor Osuna Jaime ―cuñado de Carlos Torres, esposo de la ex panista Marina del Pilar― y el comité nacional de ese partido empecinado en imponer a una mujer para la gubernatura de Baja California como se hizo en Chihuahua.

 La facción panista que no coincide con la llegada de una candidata a gobernadora ―la que a estas alturas aún ni siquiera adquiere rostro―, plantea que de no ganar el PAN la gubernatura, de lo que sí están perfectamente resueltos es en recuperar el control de la alcaldía de Mexicali, a través de la candidatura de la diputada Eva María Vázquez Hernández ―lo que sí es posible―, así se tenga que pactar con el mismísimo soldado de Cristo; o sea, con los evangélicos cuyo voto fortalecerá a Hank.

Por razones distintas en la misma sintonía se encuentran los kikistas, a raíz dela fractura de relaciones entre Kiko Vega y Héctor Osuna Jaime y de la urgencia, tanto para Kiko como para Hank, de sacarse esa estorbosa piedra en el zapato llamada Jaime Bonilla.

En el preludio de una campaña electoral significativa, el amarrar el control de la capital del estado es una asignatura muy importante en el ejercicio del poder en los próximos años, y eso mismo andan buscando el gobernador Jaime Bonilla y la alcaldesa de Mexicali Marina del Pilar Ávila.

Por parte del gobernador están impulsando a  Karen Postlethwaite y con el beneplácito de la alcaldesa a Norma Alicia Bustamante, como precandidatas a la presidencia municipal de Mexicali, pidiendo a Dios y también al diablo que desde la dirigencia nacional de Morena no envíen como candidata a la alcaldía de Mexicali, a un «Caballo de Troya», cuyo nombre es Alejandra León Gastélum, una senadora que sí tiene un trabajo clientelar efectivo entre los diversos grupos «chairos» de Baja California, aunque detestada,  en concierto, por la élite «fifí» de Mexicali.

Sabedora de que Marina del Pilar es hechura política de Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, la senadora León Gastélum tampoco se siente del todo segura pues la pueden traicionar. Además de Morena, Alejandra León llegó a la senaduría apuntalada por el PT y el PES. Una posible alianza entre la León y Hank, sería dinamita pura lista para bombardear la campaña de Marina del Pilar en la entidad, en su intento de llegar a la gubernatura de Baja California. Pero eso es algo que no va a suceder, la León nada tonta, se va a disciplinar porque sabe que sin el cobijo de López Obrador y de Morena no hay mucho para dónde ir.

Abrazados por la hoguera de su vanidad

Y abrazados por la hoguera de su vanidad, en esta enredosa contienda electoral de 2021 en Baja California, buscando la gubernatura ―impulsado por Gustavo de Hoyos―, está Alejandro Mungaray Lagarda por Movimiento Ciudadano (MC); pero lo más riesgoso, jugándose el registro, también se encuentran el Partido de Baja California (PBC) con Carlos Atilano Peña, Redes Sociales Progresistas (RSP) con Victoria Bentley y Fuerza por México (FM) con Jorge Ojeda García.

Una Marina hasta con submarinos

En 2019, el coordinador de campaña que llevó exitosamente a Marina del Pilar a la alcaldía de Mexicali, fue Netzahualcóyotl Jáuregui Santillán, y es seguro que vuelva a serlo para la gubernatura en juego este año, yendo la mexicalense enarbolando los pendones de Morena, PVEM y PT.  Con esta alianza, es sabido, de antemano, que van a ser muchas las manos tratando de meterse en esta contienda, pero el verdadero escollo de Jáuregui Santillán, como coordinador de campaña ―sin peso real hasta este momento―, es evitar que Carlos Torres Torres ―esposo de Marina del Pilar― y su hermano Luis Alfonso, principalmente en Tijuana, se asuman por abajo del agua (los submarinos) como el Think Tank en la conformación de la estructura partidista y de la operación política de Marina como candidata a la gubernatura del estado.

Allí, la intervención de Mario Delgado como dirigente nacional de Morena, va a ser fundamental para definir cuáles serán las reglas del juego y los roles que todos deberán jugar al parejo. Si no, clavan a Marina para hacerles compañía a sus submarinos bajo el agua.

Además de su indudable simpatía y su inaudita buena suerte, otra fortaleza con que cuenta Marina del Pilar ―muy por encima de todo poder y el dinero que pueda atesorar Jorge Hank Rhon para financiarse una campaña apoteótica―, radica en que todas las alcaldías del estado están bajo control de Morena; presidencias municipales cuyos alcaldes tratarán de reelegirse para el 2021 con una estructura de activismo electoral, de representación general y un trabajo político regularmente ya hechos, pero avalado por AMLO y sus 25 millones de abonados que reciben su lanita cada mes en todo el país, de los cuales los becados de Baja California no están exentos: ¡Voto de conveniencia!

He allí la clave de Mario Delgado para cantar por anticipado ¡carro completo para Baja California! ¿Será?

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