Caborca, el poder de la mafia
De nueva cuenta Caborca, Sonora fue nota nacional luego que circularon en redes sociales las imágenes de un convoy con más de 20 vehículos con gente fuertemente armada que irrumpieron para pelear la plaza sin que ninguna autoridad los molestara. El alcalde de la heroica ciudad aseguró que había establecido comunicación con el gobierno estatal y federal para implementar mecanismos que nos permitan recuperar la tranquilidad en nuestro municipio”.
Humberto Melgoza Vega
SONORA.- “La ciudad nunca estuvo secuestrada, ellos llegaron sobre objetivos específicos y luego se retiraron por donde llegaron”.
Este es el puntual comentario de una fuente confiable del ámbito periodístico, residente de la Heroica Caborca, respecto a la espectacular irrupción de un comando fuertemente armado compuesto por más de 20 vehículos la madrugada del pasado miércoles.
El aparatoso convoy, perteneciente al cártel de la Gente Nueva Los Salazar, hicieron unas ejecuciones selectivas, se llevaron por la fuerza a varias personas que nada tenían nada que ver y que ya los están regresando, por otros están pidiendo rescate “y hay unos que ya no van a regresar”.
La Gente Nueva, bajo el liderazgo del jefe Crispín Salazar, mostraron de esta manera su capacidad de fuego, en un alarde de fuerza por recuperar la plaza que históricamente han controlado y que actualmente regentea la parentela de Rafael Caro a través de su sobrino Rodrigo “Lito” Páez Quintero y su jefe operativo el “Cara de Cochi”.
En su recorrido a baja velocidad desde Altar hasta Caborca, poco más de 30 kilómetros por la carretera Federal No. 2, el comando armado con rifles de asalto y vestidos con ropa táctica tipo militar fue visto pero jamás molestado ni interceptado por autoridad alguna.
Luego de cargar gasolina a la entrada de Caborca, ingresaron al poblado pasada la 1:00 de la madrugada de acuerdo a cámaras de seguridad que registraron su arribo donde se pudo apreciar que entre la veintena de unidades también iba un “monstruo”, como se conoce a los vehículos con blindaje artesanal preparados para la guerra.
En varios videos difundidos por páginas de Facebook que hacen labores de propaganda para los cárteles y en audios que circularon por WhatsApp se dio cuenta de nutridas detonaciones y descargas de armas largas, pero no se trató de enfrentamientos porque no encontraron resistencia.
De manera extraoficial se habló de cuatro asesinatos y siete “levantones”, además del caos y el terror sembrados entre la población que a la mañana siguiente reanudó sus actividades cotidianas con toda normalidad.
Durante varias horas y con total impunidad, los integrantes del convoy tomaron por asalto la ciudad, echaron bala hasta casi agotar el parque y luego de calentarse la plaza a sus rivales, prácticamente incendiada, se replegaron a su base de operaciones en el municipio aledaño de Altar, en espera de que ahora sí las autoridades civiles y militares hicieran el resto.
Tras reconocer que fueron rebasados por la delincuencia, el alcalde Abraham Mier Nogales solo atinó a publicar en su cuenta de Facebook una especie de boletín en donde expresaba su consternación “por los hechos violentos que vivimos los caborquenses la madrugada de este miércoles, donde lamentablemente hubo pérdidas humanas y jóvenes desaparecidos”.
Abraham Mier, mejor conocido como “El Cubano”, mencionó que entre los que fueron privados de su libertad habían personas sin ninguna relación con la delincuencia organizada e hizo un llamado a sus captores “para que tengan misericordia y devuelvan a estos jóvenes con vida”.
Y agregó: “Reitero mi compromiso con nuestros ciudadanos de procurar la paz en todo momento y les informo que estoy en comunicación directa con las autoridades estatales y federales para implementar mecanismos que nos permitan recuperar la tranquilidad en nuestro municipio”.
El jueves, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) emitió un comunicado de última hora en donde informó que había sido localizado sano y salvo Sebastián Manríquez Verdugo “hijo del locutor y periodista del mismo nombre en Caborca. El joven, de 23 años, fue denunciado (sic) como víctima de privación ilegal de la libertad, tras sucesos violentos en esta ciudad”.
La Fiscalía, a cargo de Claudia Indira Contreras, apuntó que “en total se recibieron 5 denuncias por privación ilegal de la libertad, se han liberado a 2, se mantiene la búsqueda de 3 personas, todos masculinos…”.
Poderes fácticos
Además del control por el lucrativo negocio del narcomenudeo, Caborca es parte de la ruta estratégica para el trasiego de grandes cantidades de droga hacia los Estados Unidos a través del árido desierto de Arizona.
Los cargamentos de droga, mucha de la mariguana que se siembra y se cosecha en el llamado Triángulo Dorado baja desde Magdalena, Santa Ana y Altar y hacen parada técnica en Caborca, para luego llevar los alijos hasta Nogales, El Sásabe y el área de Sonoyta.
Además del narcotráfico está de por medio el millonario negocio del tráfico de indocumentados que tienen su centro de operaciones en Altar, desde los trasladan hasta la frontera y algunos son forzados a cruzar vestidos con ropa de camuflaje y con mochilas a la espalda que cargan entre 20 y 30 kilos, especialmente de mota.
También, en la zona hay una potencial clientela de jornaleros indígenas que vienen a la zafra del espárrago, uva y papa, quienes se hacen adictos –si no es que ya lo eran—para aguantar las extenuantes jornadas laborales.
En los años recientes la plaza de Caborca ha estado en el ojo del huracán.
En décadas anteriores fue uno de los refugios de los capos Rafael y Miguel Angel Caro Quintero, quienes ya no residen en la zona y se dice que regresaron a Guadalajara –donde Don Rafa fue amo y señor hasta el homicidio del agente especial de la DEA, Enrique Camarena en febrero de1985—aunque se mueve por distintas ciudades del país ya que el gobierno de Estados Unidos ofrece 20 millones de dólares por su cabeza.
Tras su liberación por un juez federal en agosto de 2013, Caro Quintero regresó por sus fueros y aunque fue bien recibido por el capo mayor Ismael “El Mayo” Zambada, encontró una hostil resistencia por parte de los herederos de El Chapo Guzmán, la cual se mantiene hasta la fecha.
Históricamente, por la vecindad geográfica, Sonora ha sido territorio del Cártel de Sinaloa. Luego de una serie de divisiones, fracturas y traiciones que arreciaron desde la detención del “Mochomo” Alfredo Beltrán en 2008, cada facción tomó su bando y el cártel de Los Salazar se mantuvo del lado de Los Chapitos.
Al frente del Grupo Delta, José Bibiano Cabrera aka “El Durango” –quien tiene formación militar– hizo la guerra como parte del grupo Gente Nueva a la Barredora 24/7 de los Paez Quintero hasta su detención en abril de 2021, días después de un enfrentamiento en donde mataron a dos elementos del Ejército Mexicano.
Tras una serie de matazones entre ambos bandos, un reguero de cadáveres sobre la carretera y en cajas de tráileres refrigerados, la zona de Caborca se convirtió en una de las más violentas del país y jaló la atención del gobierno federal y el de los Estados Unidos, que ilegalmente se ha metido en territorio nacional para realizar algunas detenciones. Por eso los grandes capos pusieron tierra de por medio.
Los Altareños, como también se conoce al cártel de la Gente Nueva por su zona de influencia, están guerreando contra los Paez Quintero y su clica, con el respaldo de “Los Menores” –Iván Archibaldo, Alfredo, Ovidio y Joaquín Guzmán– y buscan el control total de esta región sonorense.
En medio de esta lucha sin cuartel se inscribe el asesinato de Francisco Celaya Ibarra “El Bronco” y su pareja sentimental Carolina Espinoza, quienes fueron acribillados la madrugada del pasado viernes 11 en la recámara de su casa en Caborca, justo el día que el presidente López Obrador llegaba en gira de trabajo a Sonora. @