¿A dónde van los desaparecidos?
Madres, hermanas, esposas, de Sonora, Nogales, Puerto Peñasco, San Luis Río Colorado, de lugares tan distantes como Guerrero o desde Perú y Colombia tienen el común denominador de haber perdido a sus seres queridos y conservan la esperanza de encontrarlos con vida. La brigada tocó ayer tierras sanluisinas donde se abocaron a buscar en la zona de “Las Antenas” y lo primero que encontraron fueron muchos casquillos de arma larga.
Humberto Melgoza Vega
SAN LUIS RÍO COLORADO.-Una de las expresiones más fuertes y dolorosas de la guerra entre bandas de narcotraficantes que mantienen asolado al país es la de los desaparecidos.
De los miles de muertos que se registran mes con mes, año con año en todo el territorio nacional, hay un número similar de desaparecidos, víctimas de levantones que pareciera se los tragó la tierra.
Los colectivos de Madres Buscadoras muestran el rostro más amargo de esta conflagración armada entre organizaciones mafiosas, mujeres que buscan a sus esposos, hijos, sobrinos y nietos aun a costa de arriesgar su propia vida.
Los ejecutados, baleados a sangre fría o asesinados a quemarropa, con el consabido tiro de gracia, engrosan la negra estadística de esta guerra civil que se vive en México, sus deudos los lloran y sufren por su ausencia física.
Pero desaparecerlos, enterrarlos en cementerios clandestinos o en zonas despobladas es como morir mil veces, mantener abierta una herida que sangra, porque la incertidumbre mata, pero también la esperanza de encontrarlos con vida es lo que muere al último.
Luego de semanas, meses y hasta años las madres y esposas buscadoras van perdiendo la ilusión de volver a mirar a sus seres queridos, pero al menos se conforman con localizar sus restos para darles cristiana sepultura y tener adonde ir a rezarles y llevarles flores cada 2 de noviembre, día de los fieles difuntos.
Las historias son a cual más de dolorosas.
Como la de José Salvador Caballero López, de 50 años, y de Derlin Nadir Cruz Donaire, de 23, desaparecidos desde el 8 de agosto de 2021, interceptados por desconocidos cuando viajaban a bordo de un carro Vento color blanco con placas locales en el tramo Tubutama-Sáric, en la carretera 43 de Sonora.
En San Luis Río Colorado también abundan los casos, como el de Everardo López Gerardo, quien fue visto por última vez el 1 de junio de 2021.
Su madre, parte del Colectivo Buscando en San Luis R.C. lo lleva a todos lados en una camiseta donde se lee “los vamos a recuperar porque Dios está con nosotros” y añade un teléfono celular para cualquier información.
Otro drama vive la familia de Avisaí Saucedo Valenzuela, desaparecido en esta ciudad el 11 de julio de 2020; también buscan a Adolfo Alberto López Becerra, quien no ha vuelto desde el 26 de septiembre de 2021.
“Mi corazón te busca, desaparecido”, se lee en la camiseta de la mamá de Víctor Emmanuel Encinas Ramírez, quien se volvió ojo de hormiga desde el 21 de julio de 2021 en esta ciudad fronteriza.
Vivos se los llevaron…
Cecilia Degado Grijalba es la líder de las madres buscadoras en Sonora. Es una misión que ella no buscó, le cayó por azares del destino, cuando un grupo de maleantes se llevaron a su hijo.
Meses después de buscarlo lo encontró en una fosa clandestina en Hermosillo, junto con otros 17 cadáveres. “Y ahora busco a mi sobrino Moisés Alfonso Reynoso Delgado, desaparecido desde el 23 de julio de 2020”.
Ayer, Cecilia y una nutrida comitiva de madres y padres que traen perdidos a sus seres queridos llegaron a esta frontera para seguir con la búsqueda
Al frente del Colectivo Buscadoras por la Paz de Sonora, Cecilia, quien viste una camiseta negra en la que se lee “La esperanza puede más que el miedo”, destaca la importancia de visibilizar el movimiento al que en esta ciudad se sumaron madres de otros países de Centroamérica, así como Perú y Colombia y una delegación de defensores de derechos humanos de los Estados Unidos.
“Es importante que la sociedad tome conciencia y nos apoye, por parte del gobierno de Sonora hemos tenido el apoyo total y gracias a ellos se hizo esta brigada internacional”, reconoció.
“En Nogales encontramos dos osamentas, dos tesoros que regresan a casa, aunque nuestra esperanza y la de todas las madres es encontrarlos con vida”, destacó en entrevista con Semanario CONTRASEÑA.
“Muchas de nosotras hemos tenido la mala fortuna que se han llevado por la fuerza a nuestros hijos, es una pena que se haya incrementado tanto la violencia”, expresó.
Y enseguida aclaró: “Nosotros no estamos buscando culpables, estamos buscando a nuestros familiares desaparecidos”.
Armados con palas, picos y varillas y mucho valor civil las madres buscadoras se adentraron en la zona desértica conocida como Las Antenas en donde según el sicario conocido como “El Wasón” –quien fue interrogado por sus captores en video antes de ser descuartizado—es donde enterraban los cadáveres de sus enemigos.
En la brigada fueron acompañadas por reporteros locales y algunos extranjeros que han seguido la cobertura que recientemente pasó por Nogales, Sonoyta, Puerto Peñasco y ahora San Luis Río Colorado.
En su penoso recorrido van de una ciudad a otra, recogiendo pedazos de historias de crimen y desolación, a veces tienen la suerte de encontrar restos humanos, los que luego someten a pruebas de ADN, para saber si son compatibles.
En el operativo de ayer, que deberá continuar este viernes, participaron madres de familia de varias partes del país, personal de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Sonora y federal, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), de la Secretaría de Gobernación, de la Guardia Nacional, del Ejército Mexicano, de la Fiscalía General de Justicia de Sonora, de la Policía Estatal, de la Policía Municipal, de Protección Civil, de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC)…
“No vamos a descansar hasta encontrar a todos nuestros desaparecidos, que lo ideal y esperamos en Dios es hallarlos con vida y no vamos a parar hasta conseguirlo”, manifestó una de las madres buscadoras, venida desde Acapulco, Guerrero. @