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La guerra no la van a ganar a balazos

La confrontación directa contra los cárteles de la droga es una estrategia que no funcionó y en el sexenio de Felipe Calderón terminaron por hacerse cómplices del Cártel de Sinaloa, “eso está documentadísimo”, afirma Manuel Espino. Insiste que la vía del diálogo sigue siendo la única para restablecer la paz y la seguridad en México.  

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO, 4 de noviembre de 2022.- Los efectos de la guerra contra los cárteles de la droga desatada por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa aún los estamos padeciendo, enfrentamiento sin fin que ha matado a miles de personas en todo el país.

Por la vía armada esta guerra no se va a ganar y la estrategia de abrazos no balazos instrumentada por el gobierno de la Cuarta Transformación ha logrado disminuir el número de homicidios dolosos “pero muy poquito”, sentencia Manuel de Jesús Espino Barrientos.

En entrevista con Semanario CONTRASEÑA, Manuel Espino habla sobre la polémica desatada la semana pasada cuando medios nacionales “revelaron” que había sugerido al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dialogar, negociar y hasta pactar con los jefes del narcotráfico en México una especie de amnistía para recuperar la paz que anhelan los mexicanos.

La información fue retomada y tergiversada por los opositores al régimen obradorista, quienes aprovecharon la recta para golpetear a López Obrador, acusándolo de favorecer al narcotráfico, en particular a la familia del Chapo Guzmán, y por eso sus constantes viajes a Badiraguato.

“Esa es una pendejada y las pendejadas las dicen los pendejos…esas son especulaciones, son ganas de joder. Quien tenía relación con el Cártel de Sinaloa fue Felipe Calderón, él protegió a ese cártel a través de su secretario de Seguridad, ahí sí está acreditadísimo”, manifestó Espino.  

“Primero que nada te quiero decir que yo no he propuesto ningún plan para dialogar con los grupos que operan al margen de la ley, todo es un invento de la oposición, que sacó de contexto y sobredimensionó algunos comentarios que yo hice en un foro académico con especialistas de seguridad y de justicia y con estudiantes universitarios en el Senado…

“En ese foro lo que yo dije es que no podemos descartar ninguna posibilidad, ninguna alternativa y una de estas alternativas es el diálogo como ha sucedido en muchos países…”.

Recordó que en octubre de 2021 le planteó al secretario de Gobernación Adán Augusto López esa idea incluso la posibilidad de socializar el tema y de buscar un acercamiento con los líderes de la delincuencia “que no es difícil saber quiénes son ni dónde están”.

Los opositores se dieron un festín. “Ahí está la prueba de que el gobierno está dialogando: falso. Ahí está la prueba de que Manuel Espino es un interlocutor con el crimen organizado: falso. Ahí está la prueba de que han pactado con los criminales: falso”.

Puntualiza que “esas son calenturas en personas como Lilly Téllez, que tiene un discurso totalmente ofensivo pero hueco de ideas; la mueve la insensatez, la mueve el odio, no hay tal cosa”, aseguró.    

A la gente se le olvida pero la crisis actual de inseguridad en donde se vive una guerra entre grupos delictivos “y de éstos contra el Estado” inició o degeneró desde el sexenio de Calderón “y el saldo de violencia ya ha causado muchísimo dolor, nos urge tener condiciones para vivir con tranquilidad en nuestro país”.

Hace un año le dijo al secretario de Gobernación que la mano dura no dio resultado, “lo intentó Felipe Calderón al sacar a los militares a la calle, que hasta se vistió como militar el 11 de diciembre de 2006 en Michoacán, y fracasó”, subrayó el ex comisionado del Servicio de Protección Federal.

“Su gobierno terminó derrotado, el país ensangrentado y no le quedó otra más que abrir paso a la complicidad con los criminales, ni la confrontación ni la complicidad le funcionaron y la complicidad está acreditada, el secretario de Seguridad de Felipe Calderón sucumbió ante grupos criminales que él encumbró, que él protegió y por eso está preso en Estados Unidos. Ese no es el camino”, aseveró.

“Los países que han intentado esa ruta, de hacerle al valiente y declararle la guerra a los criminales han fracasado. Los homicidios dolosos ciertamente han decrecido muy poquito durante el actual gobierno, yo les sugería acelerar el proceso de paz que propuso el presidente y restablecer la seguridad en el territorio nacional, eso fue lo que me motivó”, señaló.

“El secretario me dijo que en un par de semanas me tendría una respuesta si encontraba eco en la sugerencia para abundar en ella, como ya no me llamaron la di por desechada…

“Mi querido Humberto, los mexicanos no estamos condenados a la guerra y compartimos el sentimiento que para revertir esta ola de violencia debemos restablecer la paz y un proceso de paz debe verse como una oportunidad de reconciliación, no de madrear al otro; y de evitar más víctimas, no como una ocasión para aniquilar al adversario, que esa fue la lógica de Felipe Calderón”, expuso.

 “…No puedes pretender terminar un conflicto a balazos, eso solamente lo incrementa, por eso el presidente implementa una política que muchos no entienden o se hacen tarugos, que él la describe como `abrazos, no balazos´, es una forma de decir se acaba el conflicto y el Ejército Mexicano ya no está para hacer la guerra, está para contener la violencia y restablecer la paz, con el que yo estoy totalmente de acuerdo; es una decisión histórica, que pasa por cambiar el sentimiento de venganza, por el anhelo de un futuro con paz y prosperidad…”, manifestó.

La idea de Manuel Espino “era reinsertarlos en la vida social, que hicieran reparación del daño que han causado a muchas víctimas, para que sustituyan los cultivos ilícitos, para que participen en la vida productiva legal, para que dejen de reclutar de manera forzada a mucha gente que la obligan a tomar las armas para pelearse con otros grupos, para que detengan la producción y distribución de precursores químicos y las drogas que de ahí se derivan, también para que contribuyan en la creación de programas contra la adicciones…”.

En esta idea no se habla de pactos de impunidad, ni de perdonar los delitos cometidos, aclaró Espino.

“Solo a los mexicanos nos toca decidir en el futuro de nuestros hijos, nuestros descendientes, que nuestros hijos puedan estudiar una profesión lícita y no andar entre bandas delictivas, al paso que vamos muchos de nuestros descendientes por presión van a tener que ser cómplices”, consideró.

“Nadie va a hacer lo que dejemos de hacer nosotros, a los mexicanos nos corresponde inevitablemente trabajar para sustituir el dolor ya de 16 años por alegría, por optimismo; que el miedo sea suplantado por la tranquilidad que merecemos.

“Eso supone que comprendamos que un proceso de paz no puede tener como método la guerra, como método la violencia. Ya Felipe Calderón nos hizo experimentar ese método y fracaso; mientras que hay muchos países que han explorado el método del acuerdo, del entendimiento, que pasa por el perdón, y ha funcionado y viven en paz y lo que yo quiero es la paz para mi país”, sentenció.

Impulsar este tipo de alternativas “ya no me corresponde a mí sino al gobierno, a la sociedad civil organizada, a las autoridades, alcaldes, gobernadores…simplemente hay mucha cobardía, hay gente que quiere la paz pero se benefician con maletas de dinero, `no, pues que se siga muriendo la gente, si a mí me llegan 5 millones de pesos mensuales´. Esa es la triste realidad”, finalizó. @

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