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Secuestro de migrantes: la red, desde Chiapas hasta SLRC

Una red internacional de tráfico de personas, en la que estarían involucradas autoridades de gobierno en complicidad con la delincuencia organizada, fue puesta al descubierto tras el rescate de 135 migrantes en San Luis Río Colorado la mañana del sábado pasado. Los cinco detenidos, que serán procesados por secuestro agravado, mantenían cautivas a sus víctimas en condiciones infrahumanas.

Humberto Melgoza Vega

SAN LUIS RÍO COLORADO, 1 de mayo de 2023.- Al final no fueron 113, ni 133 sino 135 los migrantes que fueron rescatados en esta frontera por integrantes de la Mesa Estatal de Seguridad en un macro-operativo que arrojó la detención de cinco presuntos delincuentes que los mantenían privados de la libertad en condiciones inhumanas mientras exigían a sus familiares un pago por permitirles continuar su camino.

Sorprendidos por la cantidad y por las condiciones de hacinamiento y desnutrición en la que los tenían, las autoridades primero omitieron contabilizar a 20 de ellos y la cifra cerró de manera oficial con los dos restantes, un hombre que le habían fracturado las costillas de un culatazo y que la habían mandado a sacar una radiografía y una mujer embarazada con signos de deshidratación.

Los 135 migrantes estaban hacinados en una casa de seguridad ubicada por avenida Amapolas B entre las calles 20 y 21 de la colonia Mezquite.

Los tenían amontonados como sardinas en tres cuartos pequeños, con una refrigeración de ventana, les daban de comer una tortilla al día y algunas mujeres fueron violadas por uno de los traficantes detenidos originario de Ecuador.

Cuando el operativo llegó a la casa de seguridad –mientras detenían en flagrancia a los cinco sujetos, identificados como Jaime Noé “N.” de 20 años, y Axcel Yoan “N.”, de 22, ambos originarios de Honduras; Leobardo “N.”, de 49, presunto jefe del grupo, Carlos Aarón “N.”, de 34, de Hermosillo, Sonora, y Jesús Armando “N.”, de 40, originario también de Sonora– los migrantes los recibieron como si vieran a Dios, entre rezos y aplausos.

La Unidad Especializada de Combate al Secuestro, grupo elite de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora se encuentra de manera permanente en esta frontera con la instrucción del gobernador Alfonso Durazo de cero tolerancia para los delincuentes que dañen a personas migrantes.

La detección de 10 migrantes colombianos que también habían sido secuestrados un par de días antes fue el hilo que desenredó la madeja para descubrir una amplia red de traficantes de personas que inicia desde la frontera de Chiapas con Guatemala con alcances hasta la frontera de San Luis Río Colorado.

El grupo de migrantes, siete hombres y tres mujeres, fueron rescatados por corporaciones de los tres niveles de gobierno sobre el bulevar Colosio, ya en la salida hacia Mexicali. Habían perdido contacto con sus familias en Colombia por lo que fueron reportados ante el Consulado de ese país en México.  

En sus primeras declaraciones refirieron que habían sido secuestrados por un grupo armado, que los mantenía cautivos en una casa de seguridad donde había muchísimas más personas.

Les dieron como referencia un conocido negocio y con la ayuda de Google Maps lograron ubicar vía satélite la casa de seguridad y el lugar donde escondían los vehículos tipo van de color blanco, de las conocidas como “roba-niños”, donde transportaban a los indocumentados.

Fue así que montaron el operativo donde lograron rescatar a los 135 migrantes y detener a cinco presuntos delincuentes fuertemente armados, quienes bajo todo tipo de maltratos los obligaban a que pidieran rescate a sus familiares en Estados Unidos de a 3 mil dólares por cabeza.

Los que no tenían para el pago se iban quedando rezagados mientras a los que les hacían el depósito vía Western Union se les soltaba cerca del muro fronterizo para que continuaran su camino hacia Mexicali y Tijuana donde planean ingresar a los Estados Unidos, ya sea pidiendo asilo o de manera ilegal.

Algunos de los migrantes retenidos por más tiempo refirieron que por esa casa de seguridad habrían pasado al menos unas 700 personas en los últimos meses que tras pagar por el rescate seguían su travesía hacia el norte.

También, en sus declaraciones ante el Ministerio Público del Fuero Común (MPFC) señalaron a uno de sus captores de raza de color, que aparece en la foto difundida por las autoridades con rastas, de haber violado a algunas de las mujeres que mantenían en cautiverio.

Con los testimonios de algunos de los migrantes liberados, tanto la Fiscalía del Estado como la General de la República (FGR) abrieron sendas carpetas de investigación por los delitos de secuestro agravado y delincuencia organizada, en donde estarían involucrados servidores públicos y choferes de líneas comerciales de autobuses.

¿Cómo operan?, ¿quiénes participan?, ¿en dónde los esconden?, son algunas de las preguntas que se van a ir resolviendo conforme avancen las investigaciones.  

La red

En la red de tráfico y en este caso, secuestro de personas, estarían involucrados agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) que operan en la frontera de Chiapas con Guatemala, donde inicia la travesía y viacrucis de los migrantes que viajan hacia el norte en busca del llamado Sueño Americano.   

Luego de haber pasado por selvas, desiertos, cañones, sobrevivido a fieras salvajes y paramilitares que los asaltan, migrantes de lugares tan lejanos como Rusia, China, Haití, Brasil, Irán y Afganistán, entre muchos otros, todavía les falta sortear el último obstáculo como lo es México, que a veces resulta el más difícil y peligroso.

En Tapachula, Chiapas, los migrantes que llegan de todo el mundo obtienen un permiso de internación temporal que les permite viajar libremente por territorio nacional hasta por 180 días.

Ahí compran los boletos con destino a ciudades fronterizas como Mexicali o Tijuana, viajes que duran hasta dos días en autobuses de la línea Elite o Estrella Blanca.

Entre Caborca y Sonoyta tiene años que se instala un punto de revisión de la FGR sobre la carretera federal, en donde se nota que varios de ellos son “madrinas”, una especie de ayudantes que hacen el trabajo sucio.

De acuerdo al testimonio de los migrantes rescatados, los supuestos federales que se suben al autobús dizque a inspeccionar para entonces ya traen una lista con el nombre, nacionalidad y hasta el número de asiento en el que viajan.

Es a la altura del kilómetro 110, ya en territorio sanluisino, en donde la delincuencia organizada monta falsos retenes, los choferes de los autobuses se orillan o se detienen mientras que con cualquier pretexto son bajados los migrantes anotados en la lista, mientras que al resto de pasajeros les permiten continuar su camino.

A bordo de camionetas tipo Van son traslados por la carretera federal hacia esta frontera, lo que no se sabe es cómo hacen para librar el retén militar Cucapáh, que durante muchos años se distinguió como el número 1 del país por sus importantes decomisos, ni tampoco para llegar ahí sin ser detectados por la Policía de Caminos.

Primero son llevados a un rancho abandonado ubicado a las afueras del sur de la ciudad donde a todos les quitan sus teléfonos celulares, dejándolos incomunicados.

Luego, ya en casas de seguridad dentro de la mancha urbana, les exigen una cuota de 3 mil dólares para dejarlos en libertad.

A los que logran pagar la tarifa los tiran cerca de la línea y los amenazan para que no denuncien, lo cual es muy raro que suceda, porque lo que quieren es llegar a su destino.

En diciembre pasado, elementos de la Policía Municipal ya habían rescatado a 47 migrantes provenientes de Ecuador, República Dominicana y Nicaragua, entre ellos mujeres y niños, quienes estaban retenidos contra su voluntad en un domicilio de la avenida Libertad 41 y 42 mientras sus captores, que alcanzaron a escapar cuando llegó el operativo, pedían dinero por su rescate.

A salvo

Los migrantes que fueron rescatados eran 34 de Ecuador, 6 de Afganistán, 4 de Guatemala, 7 de El Salvador, 1 de Senegal, 1 de Burkina Faso, 4 de Mauritania (África), 13 de Perú, 12 de Colombia, 11 de Cuba, 7 de Honduras, 4 de República Dominicana, 1 de Haití, 1 de Irán, 3 de Jamaica, 1 de Bangladesh, 2 de Nepal y 2 de Uzbekistán.

Además 5 de China, 7 de Brasil,  1 de Angola, 6 de India y 2 de Venezuela, 135 en total.

Tras el rescate, el gobierno municipal implementó un operativo especial, primero para poner bajo resguardo a los migrantes, quienes de la Academia de Policía los pasaron a las instalaciones del estadio nuevo de Beisbol.

Pusieron en marcha un operativo en el que participaron además de la DSPM, la Dirección de Desarrollo Social, el DIF Municipal, Salud tanto municipal como del estado así como la Secretaría del Ayuntamiento.

La brigada interdisciplinaria atendieron a los migrantes y con el apoyo de la Casa del Migrante “Divina Providencia” que dirige Martín Salgado pudieron darles dos comidas al día, la Fiscalía, el DIF Municipal, el Club de Leones, entre algunos otros benefactores sociales que gustan de permanecer en el anonimato,  también participaron en la atención de los desplazados.

Personalmente, el alcalde Santos González Yescas acudió al campamento donde los tenían a salvo para ofrecerles todo el apoyo del gobierno local.

Entre el miércoles y jueves los migrantes fueron llevados por el INM –y por sus propios medios– hacia Mexicali, algunos a Tijuana, donde buscan pedir asilo en los Estados Unidos tras el término del Título 42. @

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