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Importación de autos, la antesala del desastre

Ante la negativa del gobierno federal de facilitar trámites y reducir costos para la importación de vehículos para la venta, los yarderos volvieron a manifestarse esta semana para exigir clemencia ante el embate financiero que las nuevas restricciones representan para un negocio que a diario se hunde mientras que las autoridades ignoran la crisis y todas sus consecuencias

Bibiana García Garza

Más de 20 mil pesos por la importación de un carro y pedimentos con cifras que no corresponden a la realidad entre otras trabas e irregularidades son los elementos que forman parte de la nueva realidad de decenas de comerciantes de autos importados en esta y otras ciudades fronterizas a nivel nacional.

Ante esta situación, que desde finales del mes de octubre tiene a los yarderos sumidos en una crisis por la falta de flujo económico en sus negocios, los importadores volvieron a hacer un llamado a las autoridades.

Dicha manifestación se llevó a cabo el pasado lunes 26 de enero en todas las ciudades fronterizas con un bloqueo en los cruces comerciales desde Tijuana, Baja California, hasta Reynosa, Tamaulipas, pasando por supuesto por San Luis Río Colorado, Sonora.

Como se recordará, el pasado 08 de diciembre los yarderos habían lanzado su primer llamado de atención al gobierno federal con un paro en la Aduana Mexicana que transcurrió por algunas horas mientras se erigían las mismas demandas.

Dichas exigencias tiene que ver con las limitaciones para la importación y nacionalización de vehículos en su cruce de Estados Unidos a México, una inconformidad en torno a una realidad que no solo sigue, sino que se ha agravado considerablemente porque el tener vehículos detenidos del otro lado de la frontera también les representa un gasto.

 Pérdidas totales, con el agua hasta el cuello

Hoy en día, con las nuevas medidas que impuso el gobierno federal en torno a la importación de vehículos, señaló durante la manifestación del pasado lunes el yardero, Josué Torres, importar un vehículo puede costar desde los mil 600 hasta los dos mil dólares.

Además, en caso de realizar el trámite para clientes a los que les urge el carro, la importación viene saliendo en unos 20 mil pesos y en el pedimento y factura se imprime una cantidad mínima, que no corresponde a la realidad, como de alrededor de tres mil pesos, a pesar de que en realidad se pagó el triple de eso.

“Los precios son estratosféricos y no se me hace justo que no nos dejen trabajar, ni bajo nuestro propio nombre, a pesar de contar con un permiso de importación legalmente otorgado por la Secretaria de Economía, ahora se tiene que hacer en base a un amparo”, anotó.

Mientras tanto, añadió, las pérdidas para el negocio son totales debido a los aumentos en los trámites de hasta el 200 por ciento y al pago de estacionamiento de cuatro dólares diarios por carro, en San Luis, Somerton, o Yuma, Arizona.

Antes de octubre, un comerciante de vehículos usados importaba alrededor de 20 vehículos al mes, una cifra que pasó a cero, comentó.

Aunado a la actividad comercial a la que ellos se dedican, terceros también se ven afectados como sus familias, carroceros, yonqueros, dueños de refaccionarias, importadores, agentes aduanales, mecánicos, y todos aquellos que trabajan en la industria automotriz en la frontera, a excepción de las agencias de autos nuevos.

“Sólo queremos que nos volteen a ver y que vean toda esta problemática; estamos sin trabajar normal desde octubre y ha representado para nosotros una caída en las ventas de miles de dólares”, aseveró.

Además, señalaron, el gobierno está poniendo una serie de trabas y cupos para las pocas importaciones que se permiten, y que se pueden prolongar hasta un mes con documentos que, encima de todo, tienen imprecisiones considerables en los números.

Quieren beneficiar a las agencias de autos

Al respecto, el yardero, Ramiro Chávez, consideró que con todas las trabas que se están poniendo ahora en la aduana para las importaciones tal pareciera que lo que se quiere es favorecer el negocio de las agencias de autos nuevos.

Esto sin pensar, advirtió, en que la mayor parte de la población mexicana y de la frontera, no tiene la solvencia suficiente para adquirir uno de estos vehículos y es por eso que recurre a la compra de automóviles importados.

“Mucha gente en la sociedad no puede hacer la compra de vehículos del año como ellos ahora nos quieren imponer, por eso nos están poniendo las trabas de las nacionalizaciones e importaciones y los precios muy altos, pero con los salarios que tienen las personas aquí, no pueden comprarse un vehículo del año, que tienen precios por arriba de los 130 mil pesos”, lamentó.

Y es que las yardas de carros son una alternativa, dijo, para quien solamente puede adquirir un carro en buenas condiciones a precios de entre 2 y 3 mil 500 dólares, o bien, que se les pueden ofertar en abonos y sin altos intereses.

“Queremos que los amparos se acaben y nos dejen  importar como lo hacíamos antes, a valor factura porque aparte no corresponden los valores en los trámites pues ello si pagan poco y venden caro el pedimento”, apuntó.

Las autoridades ignoran el problema

Mientras los yarderos realizan sus paros y manifestaciones exhibiendo su insostenible situación, el gobierno federal no ha dado respuesta alguna a las exigencias y el problema simplemente se mantiene sin solución alguna.

Según refirieron los yarderos en la manifestación del lunes, varios de sus representantes de Baja California viajaron la semana pasada al Distrito Federal con la intención de entrevistarse con funcionarios del Servicio de Administración Tributaria (SAT), o de la Secretaría de Economía (SE), pero no obtuvieron respuesta alguna.

Esto los motivó a retomar el bloqueo de cruces fronterizos por toda la franja fronteriza, esta vez del área comercial, con lo que se afectó la actividad del pasado lunes durante alrededor de ocho horas.

En su momento, se dijo que el paro sería indefinido hasta no obtener una entrevista directa con el Secretario de Hacienda (SHCP), Luis Videgaray, sin embargo antes de cumplir las doce horas los líderes ordenaron la retirada pues al parecer ya habían ´amarrado´ dicho encuentro.

No obstante, en el transcurso de la semana se confirmó que la reunión entre yarderos y funcionarios federales todavía no estaba programada de manera oficial, una tarea a la que se había comprometido el gobierno del estado de Baja California.

Por esa razón, ahora también los yarderos del estado de Sonora aprovecharon la visita del gobernador Guillermo Padrés Elías, el pasado miércoles 28 de enero para pedirle que se sume a las demandas de los comerciantes de autos e interceda por ellos ante las autoridades federales.

Mediante el regidor perredista, Martín Valtierra Meza, se logró entregarle un documento a Padrés sobre la situación que, aseguran, se contrapone a lo que manda el Tratado de Libre Comercio de América (TLCAN).

Asimismo, declaró el edil, se trata de un “jueguito sucio y corrupto” que se empezó a fraguar desde la administración de Felipe Calderón para que comenzaran los amparos y luego se captara más en cuotas aduaneras.

Por ello, reiteró Valtierra Meza, la intención sigue siendo sostener una audiencia con las autoridades correspondientes y que el gobernador de Sonora se sume a la lucha porque también el estado, al ser fronterizo, se ve afectado por el problema.

Sin embargo, de no haber respuesta, advirtió, se tomarían medidas más severas para bloquear los cruces comerciales o particulares de manera indefinida hasta que no se brinde una solución absoluta, completa y definitiva para los comerciantes de autos usados en esta y las demás ciudades fronterizas. @

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