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Comercio informal, no queda de otra

Orillados a trabajar parcialmente en la informalidad y jugársela en el día a día para sacar apenas lo necesario para vivir y mantener a sus familias, se cuentan por decenas los sanluisinos que optan por la venta de artículos semi-nuevos a las afueras de sus casas o a través de las redes sociales pues, en definitiva, poner un negocio con ´todas las de la ley´ resulta no solo caro sino ridículamente injusto frente a la falta de empleo, los bajos salarios y la constante alza en impuestos

Bibiana García Garza

Comercio Doña MaríaSe tienden en los patios de las casas, en las banquetas de todas las colonias y en casi todas las cuadras, avenidas y cruceros de la ciudad, en las plazas públicas, en la línea o donde mejor pueden frente a la abrasadora competencia que, dicho sea de paso, también está presente en las redes sociales.

Mientras el comercio local agoniza acorralado por los impuestos municipales, estatales y federales así como por el pago de servicios y de salarios a los empleados que pueda contratar para una demanda cada vez más mermada de clientes, la informalidad prolifera en un fenómeno que se observa a nivel nacional y crece a la par de las necesidades de una nación en crisis.

Aquí, esa proliferación de venta de artículos de segunda mano no es la excepción pues es la mejor oportunidad que encuentran cientos de familias para el sustento del gasto diario frente a la falta de empleo y los impuestos que deben pagarse para ´incubar´ un negocio o una pequeña empresa, incluidos renta o compra de local y pago de servicios básicos.

Según coincide la mayoría de las personas que se dedican al comercio informal, tanto en las redes sociales como los grupos de Facebook de ´Clasificados´ y otras páginas y perfiles exclusivos para la actividad comercial, en poner un negocio se irían todas las ganancias sin reportar un verdadero ingreso para el gasto familiar.

Esto en contraste con la realidad que pinta el Sistema de Administración Tributaria (SAT) que busca abatir la economía informal ofreciendo incentivos como los dirigidos a patrones para otorgar Seguridad Social a los trabajadores, programas de apoyo y créditos con bajas tasas de interés, y  seguridad de crecimiento, entre otros.

Actualmente, más de la mitad de la fuerza de trabajo de México encuentra en el comercio informal su única alternativa para sobrevivir, es decir, son más de 28 millones de mexicanos (58 por ciento de la población) los que no se encuentran dentro del régimen fiscal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Por lo general, la gente prefiere esa opción también para evitar los engorres de los trámites, los traslados (en el caso de San Luis hacia Mexicali, Baja California), cumplir con los requisitos fiscales, la firma electrónica o el pago de impuestos con los que, por falta de recursos y tiempo, no pueden cumplir.

En muchos de los casos, las familias dedican solamente una parte de su tiempo al comercio informal mientras que desempeñan otras labores en el hogar, con los hijos, y/o en algún otro empleo de medio tiempo, a veces de tiempo completo.

“Hay que tener dinero para poner un negocio”

A pesar de que parece fácil poner a la venta artículos, aún sin los engorres de enlistarse al régimen fiscal y pagar impuestos adicionales, eso también representa un reto que no siempre puede superarse y muchas personas lo han tenido que aprender solamente con la experiencia.

Así es el caso de la familia de la señora María Luis Arceo, quien hoy junto con su esposo maneja una segunda afuera de su casa por la avenida Hidalgo y calle 22, quienes tuvieron que aprender ´a la mala´ que poner un negocio no ofrece resultados inmediatos para palear la apremiante situación económica actual.

En su experiencia, relató, se vieron en la necesidad de cerrar una pequeña pizzería que abrieron el año pasado porque no pudieron con el pago de la luz y el teléfono que solamente se acumulaban al gasto familiar mientras que los ingresos de venta no eran suficientes.

“Por la luz tuvimos que cerrar, de entrada por el verano tenemos que cerrar de julio a agosto porque no se vende nada, pero la pizzería la tuvimos que cerrar porque solo causó gastos y ya no había para meterle más, y eso que nuestra ubicación es buena y es un buen negocio, pero hay que tener dinero para pagar todo eso”, expresó.

Por eso, tanto ella como su esposo optaron por instalar un punto de venta de artículos semi-nuevos como ropa, electrodomésticos y artículos de cocina en las afueras de la casa que rentan, para la que, sobra decir, tienen que pagar agua y luz.

Cuando empezó con la venta hace cuatro años, mencionó,  se iba a vender los artículos al área del Bosque de la Ciudad, pero al ser más complicado para ella el traslado, se decidió por instalarse afuera de su casa.

Con ese negocio hasta el momento, cuenta la señora, han logrado sobrevivir y cubrir sus necesidades básicas así como la escuela y manutención de sus tres hijos, ahorrándose todo el gasto que implicaba un negocio establecido formalmente.

 “Si está muy difícil porque de por sí que uno le anda haciendo la lucha de salir adelante y que todavía quieren que uno vaya a pagar el impuesto pues no; … con esto gracias a Dios sí me sale, aunque no me voy a hacer rica con ello verdad, pero tenemos para comer, sí es una buena ayuda”, señaló.

Aunado a ello, sostuvo, es una de las pocas maneras que se tienen para sobrevivir por la crisis que se vive actualmente, sobre todo la crisis de empleo.

“Mira cómo está la crisis y luego casi no hay trabajo, y menos para nosotros, los que ya tenemos más edad, que pasamos de los 40, ya no quieren ni de 35 años, entonces pues ¿qué te queda?, buscarle por tu lado, por tu cuenta”, lamentó.

Inclusive, aclaró, de cualquier manera se ve obligada a pagar impuestos en la Aduana al cruzar los artículos que pone a la venta de Estados Unidos, en donde los consigue a precios económicos, a pesar de que hay muchos artículos que no se pueden cruzar, ni pagando impuesto.

“… estas cosas yo las traigo del otro lado y tengo que pagar un impuestos para cruzarlas porque también cobran y muchas cosas no pasan”, indicó.

Para lo que hacen con los impuestos

Para otras personas que se dedican a la venta de artículos por internet, que también invierten en adquirir productos electrónicos, ropa o zapatos importados de Estados Unidos, principalmente, es importante sacarle la vuelta a los impuestos porque de lo contrario, “no sale nada”.

De acuerdo a Rebeca Jaques, de 26 años de edad, quien vende celulares, baterías, cargadores, videojuegos y otros electrónicos en uno de los grupos “Clasificados” de Facebook, se tiene que ver en la necesidad de ofertar sus productos en internet porque nunca terminaría de pagar, dice, si pone un negocio, por muy pequeño que pudiera ser.

Pese a que paga también los servicios básicos para su casa y mantiene a sus dos hijos, le parece excesivo que a los comerciantes se les quiera cobrar aunque quieran ganarse la vida de manera honrada.

“A mí me parece demasiado todo lo que hay que pagar y hay que hacer para poner un negocio, prácticamente se trabaja para mantenerlo y no para ganar nada para uno, es muy injusto porque uno quiere ganarse la vida de manera honrada y apoyar a la economía del país y no te dejan”, expresó.

Además, dijo, ni el municipio ni el país la gente parece disfrutar de los beneficios que supuestamente deben reflejar todos esos impuestos que se pagan al gobierno.

“Uno paga y paga sin atrasos pero luego uno también se rebela, vemos en las noticias tanta corrupción y gobernantes que se hinchan los bolsillos de dinero del pueblo y entonces ya no nos quedan ganas de pagar impuestos porque ¿para qué?”, asentó.

Es por ese motivo, agregó la joven, que la única manera de poder hacerse de un poco de dinero, y de manera honrada porque “no está robando a nadie”, es con vender productos que le sirven a las personas y que le pueden reportar un ingreso para mantener a su familia.

Grave problema social

Sobre el tema, el regidor perredista e integrante de la comisión de Hacienda en Cabildo, Martín Valtierra Meza, coincidió con la percepción social en cuanto a que el gobierno federal, principalmente, se comporta de manera rapaz con la sociedad y con los contribuyentes, lo que ahuyenta efectivamente a mucha gente a integrarse al régimen fiscal.

“Se han convertido en un problema todas las medidas centralizadas que aplica el SAT unilateralmente, desde que se exige la contabilidad electrónica, o la firma electrónica”, reconoció.

Esto en el sentido de que no todas las personas cuentan con los recursos suficientes para los traslados o inclusive para acceder a una computadora o a internet, lo que les dificulta aún más el camino hacia la formalidad, que junto con impuestos locales y estatales, conlleva más pagos, trámites e impuestos.

El único apoyo que se puede brindar a las personas que se dedican al comercio informal, comentó, es que el gobierno municipal tolera esa actividad solicitando únicamente una contribución mínima en lo que se refiere al control de los espacios en los que se instalan.

“Se trata de buscar una coordinación como una forma de apoyarlos porque sí se está dando mucho más la informalidad hoy en día y es preocupante porque es muy complicado cumplir ahora con los requisitos de Hacienda con medidas muy represivas por todos lados”, consideró el edil.

Por otra parte, aunque hasta el momento no se han reflejado acciones que impulsen considerablemente el comercio local por parte de la Copresan, por ejemplo, anunció que al menos ya se logró que antes de concluya la presente administración se repartan estímulos para la promoción de pequeñas y medianas empresas.

“Tenemos 300 mil pesos para promoción de pequeñas y medianas empresas ya existentes aparte de otros estímulos de la Tesorería para descuentos, tal vez sea mucho o poco, depende del punto de vista donde se vea, probablemente es poco porque es mucho el rezago que hay en cuanto a apoyo a los pequeños negocios, pero hay varias propuestas que se están analizando ya en ese sentido”, adelantó.

Entre las propuestas que se discutirán con Copresan, Secretaría de Economía, Desarrollo Turístico y las cámaras, agregó, se encuentran las de remodelar algunos de los puestos semi-fijos de la zona centro y promover otros apoyos que se puedan encontrar disponibles.

Así, mientras el gobierno y los organismos buscan alternativas para hacerle frente a la situación económica actual, el comercio tanto formal como informal ya se prepara para el verano pues en el régimen fiscal o no, la situación no deja de ser apremiante.

Las altas tarifas y la ya “tradicional” baja en las ventas de esa temporada se esperan con temor, aunque igualmente es una situación que ya viven decenas de comerciantes, por ejemplo, en el primer cuadro de la ciudad, quienes están desesperados por que concluyan las obras de remodelación cuyos bloqueos los han llevado, según refieren, a pérdidas financieras catastróficas.@

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