Ladrilleros, el conflicto sin fin

La inminente reubicación de los ladrilleros provocará que suba el precio del producto, advierten.

Bibiana García Garza

Aunque ya se asignaron algunos terrenos para ladrilleros  a un costado de la Planta Tratadora de Aguas Residuales, otra parte de ellos todavía están en la incertidumbre y acudieron esta semana al Cabildo a exigir se les brinden espacios dignos para trabajar.

Como se recordarán, van 33 ladrilleros que han firmado contrato de comodato para usar dichos terrenos alejados de la mancha urbana para la quema y fabricación de material de construcción, principalmente de ladrillos.

Esto debido a los gases tóxicos que despiden estos materiales en su combustión y los daños que se generan en el medio ambiente al liberar humo a cielo abierto, que pudiera llegar a la ciudad provocando problemas respiratorios para los residentes, sobre todo en lo que respecta a la quema del material en los hornos (no a la elaboración del producto en sí).

Los predios otorgados por el gobierno municipal para estas labores tienen una extensión total de 600 metros y fueron gestionadas por la dependencia de Desarrollo Urbano y Ecología, cuyo titular, Jorge Pompa Parra, supervisó la obra luego del proceso de negociación que se llevó a cabo con  dicho grupo de ladrilleros.

Los ladrilleros reubicados a los terrenos de los que se dispuso desde el pasado 12 de junio,  pertenecen ahora a dos organizaciones, una de diez personas lideradas por José María Sepúlveda, y la otra por Antonio Ibarra.

Ellos se encargarán de construir los hornos que se estarán ubicando en esa zona, sin embargo, faltan otros ladrilleros por reubicar y con quienes se buscará la firma de contratos de comodato para la asignación de sus predios correspondientes.

Por este motivo, el conflicto no ha llegado del todo a su fin pues son alrededor de 60 ladrilleros que divididos en otros grupos tienen otras demandas respecto a los terrenos que el gobierno municipal podría donarles.

Según manifestó una de esas agrupaciones esta semana ante regidores de la comisión de Desarrollo Urbano, tienen la disposición de moverse y están conscientes del daño ecológico que su trabajo genera.

Lo único que piden a cambio, expresaron mediante un documento presentado por los señores Trinidad Quiñones, Gerardo Saucedo, Antonio Aceves, José González, Juan Valenzuela y Rafael Medina, son servicios y espacios dignos para sus ladrilleras.

Por otra parte, solicitan que una institución especializada presente un estudio para determinar cuál sería el área más adecuada para la reubicación y que esa zona sea declarada como ‘industrial’, además de que se les dé la oportunidad de comprar los terrenos en abonos, contando éstos con agua y energía eléctrica.

Los regidores, liderados por el presidente de dicha comisión, Víctor Hugo Galarza, se comprometieron a pasar el tema al Cabildo para ofrecer mejores soluciones tanto en favor de los ladrilleros como de la comunidad en general.

Asimismo, reconocieron la actividad económica en la que contribuyen los ladrilleros en esta ciudad y la importancia que tiene respetar sus derechos, ofrecerles áreas dignas para trabajar, y un mejor lugar para sus familias.

Mientras esto ocurre, esta semana otro grupo de ladrilleros se ampararon contra intentos de desalojo por parte de las autoridades por lo que siguen quemando ladrillo en la misma zona que se localiza en La Grullita y el problema continúa.

Según refieren, el amparo fue solicitad el pasado 02 de julio ante el Juez Cuarto de Distrito de Mexicali, Baja California, y aceptado para proteger y garantizar su trabajo en esa misma zona, aunque el gobierno municipal había dado como ultimátum el 30 de junio para acabar con las quemas.

La división, la desinformación y los diferentes liderazgos entre los trabajadores ha dificultado aún más la situación y mientras las quemas continúan no se ha logrado llegar a un acuerdo en conjunto, mismo que se espera se logre mediante mesas de diálogo entre el Ayuntamiento y dichas agrupaciones. @