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Enrique en el País de las Maravillas

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Durante su Tercer Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto se refirió a México como un país idealista, en donde el discurso no se sostiene con la trágica realidad. Aprovechó el foro para referirse al “populismo” como la principal amenaza para el país, más que la inseguridad, más que la crisis económica. Sí, la clase política gobernante le teme a Andrés Manuel López Obrador.

Ramón Santoyo Valenzuela

 Enrique Peña Nieto se encuentra en su oficina en Palacio Nacional, luce una corbata plateada y un traje sastre negro de alta elegancia, frente a él hay un Smartphone que graba el momento en el que explica lo orgulloso que se siente de portar consigo la banda presidencial, en lo que su boca pronuncia un ligero discurso repleto de un simbólico y ferviente patriotismo, este, el hombre más influyente del país, después del Chapo y Beltrones, descansa un poco la banda presidencial en el  escritorio de lado, ésta –la banda– se desliza por un breve instante, moviéndose en dirección hacia el piso, la cámara del celular voltea intempestivamente hacia el suelo para evitar que quede evidencia de cómo el máximo líder de las fuerzas armadas arroja uno de los más grandes símbolos de la nación en picada, directo hacia el piso. Sí, su tercer informe de gobierno está por comenzar.

Fue este miércoles 2 de septiembre cuando Peña se paró frente a los ricachones de México, a los poderosos “legalmente hablando”, diputados con las manos adoloridas de tanto aplaudirle al jefe del ejecutivo, gobernadores como Padrés con la cara demacrada luciendo su gran corbata azul, y Joaquín López Dóriga refiriéndose por su nombre a Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, el único que recibió tal distinción por parte del comunicador –así ha de estar el tamaño del “chayote”– para los que tuvieron el infortunio de mirarlo por Televisa.

Peña Nieto llegó a su tercer Informe de Gobierno arrastrando no solo el más bajo nivel de aprobación –un 35%, según la encuestadora Buendía y Laredo–, sino además en medio de una severa crisis económica, en donde el dólar ya alcanza los 17 pesos, el precio del barril de petróleo por los suelos, 2 millones de nuevos pobres, con más de 100 mil muertos –casi la totalidad del sexenio de Calderón–, incluida la escandalosa fuga del Chapo Guzmán, el capo más buscado del mundo entero, y con el prestigio deambulando por el inframundo luego de los crímenes de Ayotzinapa, Tanhuato, Tlatlaya y la total exoneración por la compra de la Casa Blanca a manos de su esposa Angélica Rivera, la “Gaviota” ex actriz de Televisa.

Frente a los micrófonos saluda a todos los presentes haciendo un inserto a su esposa, al pajarraco marino aquel de la gran herencia de televisa. Después de los acartonados aplausos, comienza a hablar con pulcritud, sin cometer errores en la pronunciación de alguna palabra, de ubicación de ciudades y estados. Claro, frente a él hay telepromters que ayudan a nuestro despistado presidente a no meter más la pata, más. Cómo si se pudiera, él siempre nos sorprende.

“Quiero hablarles de lo que nos molesta y perturba como sociedad, aquello que nos afecta y preocupa; el último año ha sido difícil para México. Nuestro país ha sido golpeado, los hechos ocurridos en Iguala, la fuga de un criminal de un penal de máxima seguridad; nos recuerdan  situaciones de violencia-debilidad del estado de derecho. De corrupción”. Así es, de corrupción, no se atrevió a mencionar el nombre de Joaquín Guzmán.

“A esto se suma la economía… por cuestiones externas al país”, externas, no propias. El ejecutivo se limpia las manos, culpa indirectamente a los chinos, a los griegos, al Banco Mundial, a todos menos a su gobierno y sus reformas súper heroicas. Ellas están bien, ellas nos salvarán del dólar a 17 pesos y de la gasolina cada vez más cara, –aunque ojo, Enrique mencionó que ya no habrán más gasolinazos–, de las altas tarifas de luz, del mismísimo señor de los túneles. Ellas todo lo pueden en el señor Peña Nieto.

El presidente de los Estados Unidos Mexicanos menciona que seguirán en dirección hacia delante, comprometiéndose con la ley y la justicia, “seguiremos transformando a México”, amenaza. Él ve un país en el que se pueda crecer y creer, “según la OCDE México es el mayor reformador entre las 32 economías emergentes”, según Peña el índice delictivo ha bajado, dio un downgrade.

Estamos a tres meses de cumplir la mitad del sexenio de Peña Nieto, y él solo ha cumplido 28 de los 266 compromisos que firmó ante notario público cuando inició su campaña en el ya lejano 2012. Dicen que con el paso que va, necesitará otros 28.5 años más de gobierno para poder cumplirlos todos. 28 años más de Enrique.

Según información que arroja el CIDE (Centro de Investigaciones de Docencia y Economía), el crecimiento de México será de 2.4 %, nada comparable con el 4.2 % que se tenía planeado para este año 2015.

Vivimos en un México bárbaro y violento, como lo describiría el historiador Martín Moreno, a partir del 2008 cuando Felipe Calderón le declarara la guerra directamente al narcotráfico, México se encontraba entre los países más seguros de América Latina, pero después de aquel hartazgo por ver cómo el narco llegaba a tener más poder que el estado de derecho, nuestro país cayó hasta el segundo lugar dentro de los 12 países latinoamericanos que se encuentran en el Índice de Paz Global del Instituto de Economía y Paz. Para este 2015 México se mantiene en aquel segundo y penoso lugar, con 95.6 muertos por cada 100 mil habitantes, datos entregados por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

En lo que van de los 3 primeros años de gobierno de Enrique Peña Nieto, la Sedena ha reportado 37 mil 55 homicidios dolosos –datos dados a principios de año, con un promedio de 26 muertes diarias.

En el “costoso tercer infomercial” del gobierno federal, como se le apodó en Tuiter, se pudo observar un indirecto ataque hacia quien se convierte cada vez más en la piedra en el zapato para la clase política gobernante, Andrés Manuel López Obrador, mejor conocido por su acrónimo AMLO. “En la actualidad, el desencanto por los problemas económicos se expresa en todos los continentes. En medios digitales y en las redes sociales se refleja este descontento. Estos medios les dan voz a los que quieren expresar su enojo y piden cambios…la intolerancia, la demagogia y el populismo no son una mejor opción… con esto me refiero, y no es nuevo, a una amenaza recurrente que ha acechado a la nación: el populismo”.

De igual forma, el mandatario, que parecía estar hablando del país de las maravillas, indicó que la mitad del camino no es para empezar desde cero, sino para continuar adelante consolidando sus reformas. “Continuaremos edificando sobre las bases que hemos cimentado en la primera mitad”, expresó. “Hoy puedo decir, de frente a la Nación, que estamos cumpliendo”.

Por otra parte, tras recibir el tercer informe, académicos manifiestan ver otro México lejano al que el presidente ve. “El campo está desecho y abandonado”, dicen. “Los pequeños productores se han quedado cada vez más desamparados, los agrotóxicos permitidos continúan deteriorando los suelos y el apoyo financiero que pagan los mexicanos con sus impuestos es entregado, principalmente, a las grandes empresas…Es por esta razón que una iniciativa llamada “Valor Campesino” de la Anec, propone que debido a la poca cantidad de pequeños productores que realmente atiende el Gobierno, se reduzca el destino de Proagro de 2 millones 300 mil personas a 40 mil, que son los que tienen menos de 20 hectáreas. Y que se haga un padrón donde quede claro quiénes son los beneficiarios y una ventanilla única de trámites.”, cita un reportaje de www.sinembargo.mx

A unos cuantos minutos de terminar su informe de gobierno, Peña manifestó que es importante que México no claudique en el proceso transformador, “es un hecho que la economía mundial habrá de mejorar… México se perfila ya como una de las 10 economías más grandes del mundo. Nuestro país tiene todo para ser una potencia en los siguientes años”, resuenan aplausos, el presidente levanta la mano, se despide, concluye su mensaje…

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